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Los bombardeos de Híjar por la Legión Cóndor en marzo de 1938

 

Los bombardeos de Híjar por la Legión Cóndor hace 80 años 

José María Maldonado

 

Fuente: Rujiar V (Miscelánea del Centro de Estudios del Bajo Martín – Año 2004)

 

La Guerra Civil que enfrentó a los españoles entre 1936 y 1939 tuvo una especial incidencia en la mayoría de los pueblos del Bajo Aragón. A pesar de que el frente propio de guerra estaba alejado unas decenas de kilómetros de  sus casas, la vida de la población sufrió un drástico cambio durante los aproximadamente diecinueve meses, que la guerra se adueñó de sus tierras y de sus vidas. Las consecuencias de esos escasos dos años perdurarían en el tiempo más de lo que en aquellos momentos se podía prever.

En Híjar, como en la mayoría de los pueblos cercanos, podríamos diferenciar varias etapas a lo largo del tiempo que duró la guerra: los momentos de incertidumbre durante los primeros días de la sublevación militar, la llegada de la columna Ortiz y sus primeros asesinatos y represalias, la adaptación a una nueva vida mientras duró la guerra, los bombardeos y la conquista de la Villa por parte del ejército rebelde en marzo de 1938, para terminar otra vez con asesinatos y represalias a los vencidos.

En este trabajo pretendo poner de manifiesto lo sucedido en la villa de Híjar los días anteriores a la toma del pueblo por el ejército franquista al mando del general Dávila.

Tras la reconquista de la ciudad de Teruel, el ejército gubernamental había quedado bastante diezmado y bajo de moral de combate. El frío, la derrota y el repliegue habían hecho mella entre los civiles y militares republicanos. Franco se encontró con una tremenda masa de hombres cercanos al frente de guerra aragonés y decidió utilizarlos para alcanzar un viejo proyecto: la rotura del frente de Aragón con el último objetivo de alcanzar el mar Mediterráneo y propiciar así la separación física de Cataluña respecto a la zona de Valencia y con ello del resto de la zona republicana. Podía conseguir, además de aislar a esta región, impedir el paso de cualquier mercancía, incluida la ayuda de armas, a través de la frontera francesa hacia las dos zonas gubernamentales, la del centro y la levantina.

Esta operación iba a llevarse en un primer movimiento, por las tierras situadas al sur del río Ebro, y con un objetivo inicial muy claro: llegar hasta el río Guadalope y conquistar las ciudades de Alcañiz y de Caspe. Luego vendrían metas más osadas y definitivas. Esta ofensiva daría comienzo la mañana del miércoles 9 de marzo de 1938.

 

Las órdenes para la preparación de esta gran maniobra se iniciaron nada más concluir la conquista de Teruel ya que la gran potencia ofensiva que en aquellos momentos contaba el ejército franquista contrastaba con la republicana. Los Cuerpos de Ejército de Castilla, de Galicia, el Marroquí, el Cuerpo de Tropas Voluntarias italianas (CTV), así como la 1ª División de Navarra iban a tomar parte en la conquista de nuestra zona, la denominada Zona Sur del Ebro. A esta gran cantidad de tropas y material bélico se agregaron toda el arma de aviación con que contaba Franco: la propia Aviación Hispana, la Aviación Legionaria italiana y la Legión Cóndor alemana.

Los días previos al inicio de la batalla, los grandes aviones bombarderos se encargaron de ir preparando el terreno destruyendo aquellos objetivos que pensaban podían dificultar su ataque o bien pudieran facilitar las acciones al enemigo. Así bombardearon puentes en Caspe y Sástago para evitar la llegada de cualquier tipo de ayuda desde la zona norte e impedir una posible retirada; destruyeron aeródromos y aviones  en Sariñena, Bujaraloz y Caspe con el fin de imposibilitar el despegue de aviones que atacaran sus propias fuerzas. La realidad es que a pesar de que las fuerzas terrestres iniciaron sus acciones el día 9 de marzo, la ofensiva comenzó 6 días antes, el 3 de marzo, con el tremendo bombardeo de la ciudad de Alcañiz, dejando a su conclusión cientos de muertos bajo los escombros.

 

Los días 6,7, y 8, previos al inicio de las operaciones, continuaron los bombardeos preparando el terreno a las tropas terrestres. Lugares cercanos al frente y otros más alejados, pero que se consideraban interesantes destruir, tuvieron la funesta visita de los aviones. La Puebla de Híjar e Híjar no fueron ajenos a estos castigos. El día 6, Híjar ya fue bombardeada, aunque con pequeñas consecuencias.

 

Los grandes bombardeos que sufrió la Villa de Híjar tuvieron lugar en plena ofensiva de la rotura del frente de Aragón. Fueron tres días consecutivos, el 10, 11 y 12 de marzo los que la población sufrió las consecuencias de las bombas alemanas.

En la distribución de las tropas y de los aviones para el ataque definitivo sobre nuestra comarca, fue la aviación alemana, la famosa Legión Cóndor, la encargada de dar apoyo y facilitar la labor de conquista a las tropas del Cuerpo de Ejército Marroquí que se encontraban al mando del ya general Yagüe. Tanto Híjar como Caspe, entre otras poblaciones, fueron bombardeadas por las tropas y las bombas alemanas que daban apoyo al general Franco.

Fueron los enormes Heinkel 111 los que descargaron sus bombas sobre las casas, las tropas y sobre la población civil, un ensayo y un entrenamiento de lo que luego llevarían magistralmente a la práctica y a gran escala durante la Segunda Guerra Mundial.

Los hijaranos habían previsto un posible ataque aéreo y habían preparado diversos refugios antiaéreos para que la población pudiera resguardarse y evitar las consecuencias de las bombas. Nadie podía imaginar que precisamente uno de esos refugios iba a ser la tumba de varios de sus convecinos.

 

Las consecuencias de los bombardeos fueron notables y visibles en la población. Además de los muertos y heridos, además del miedo y el terror que produjeron en cuantos vivieron aquellos bombardeos, los edificios, el pueblo mismo, sintió y sufrió sus consecuencias. Tales fueron éstas que la Villa de Híjar fue nombrada villa adoptada por el gobierno de Franco, y esto sólo se producía si los daños causados por la guerra en la población eran muy notables.

A diferencia de los bombardeos de Alcañiz, Calanda o Alcorisa, por poner unos ejemplos cercanos, no podemos reconstruir fielmente el número de aviones, el número de bombas, su tonelaje o las horas exactas en que la villa fue bombardeada. Al ser la Legión Cóndor alemana la responsable de los bombardeos, es imposible conocer el detalle de las órdenes. Gran parte de la documentación correspondiente a las tropas alemanas que actuaron al servicio de los intereses del Ejército mandado por el general Franco desaparecieron en uno de los numerosos bombardeos de Berlín en 1945. Sí contamos en cambio con los partes tanto del bando gubernamental como los del ejército vencedor donde se da cuenta de estas acciones. Es a través de estos partes que se conservan en el Archivo General Militar de Ávila, en el Archivo Histórico Nacional, sección de la Guerra Civil de Salamanca y en el Archivo Histórico del Ejército del Aire de Villaviciosa de Odón, así como las narraciones de las personas entrevistadas, como se ha podido reconstruir lo sucedido los días previos a la ocupación de Híjar por las tropas franquistas.

 

Por los partes que se conservan conocemos los siguientes datos:

 

Día 10 de marzo:

un bombardeo sin especificar la hora, efectuado por aviones Heinkel 111 de la Legión Cóndor. No señala el número de aviones.

Otro a las 6,50 horas llevado a cabo por 5 aviones.

un tercero pocos minutos después, a las 7 de la mañana, sin especificar tampoco el número de aparatos que intervinieron.

 

Día 11 de marzo:

un bombardeo a las 07,49 horas llevado a cabo por 33 aviones Heinkel 111 de la Legión Cóndor.

otro bombardeo a las 8,30 horas

un tercero a las 13,35 horas.

 

Día 12 de marzo:

un bombardeo, sin especificar la hora, efectuados por  33 aviones Heinkel 111 de la Legión Cóndor.

 

El 6 de marzo:

domingo, hubo un primer bombardeo en las cercanías y que castigó más intensamente la zona cercana a La Puebla aunque también tocó alguna casa de Híjar. El parte oficial dice que fueron aviones A-88 de la Legión Cóndor. No especifica la hora ni el número de bombarderos.

 

A estos bombardeos habría que sumar los que tuvieron como objetivos las carreteras cercanas y los que descargaron sobre La Puebla de Híjar. En algunos de estos partes dice que se efectúan sobre Híjar, pero luego detalla que son sobre la estación, por lo que se deduce que hablan de La Puebla y no del propio Híjar.

 

La realidad es que fueron más los bombardeos que sufrió la villa en esos días de marzo. El día 10, jueves, fueron casi total seguridad 4 las veces que los aviones alemanes arrojaron sus bombas sobre Híjar. Y el día siguiente, el 11, fueron 3 más. Si sumamos el del día 12 y el del día 6, podríamos asegurar que la villa de Híjar sufrió 8 bombardeos desde el 6 al 12 de marzo de 1938.

El castigo que sufrió la población y la villa hijarana fue muy notable, probablemente exagerado para su importancia logística. El frente ya había sido roto, las tropas estaban en absoluto repliegue, ofreciendo muy poca resistencia al avance de las fuerzas franquistas. No había hombres de refresco ni en retaguardia que hicieran pensar en un castigo tan grande a una población.

Son muchos los testimonios que podrían contarnos las personas, que vivieron aquellos momentos en el pueblo o en sus cercanías y que luego fueron testigos de lo sucedido. Como siempre que se escribe historia oral después de tantos años transcurridos los hechos, hay que volver a decir que cada uno cuenta la historia según la vivió; que cada una de las historias es individual y transmite lo que él sintió cuando la sufrió, y mucho más en este tipo de relatos tan traumáticos para personas que en aquellos momentos eran niños o adolescentes. Pero la edad que tenían les impidió conocer todo lo sucedido; sólo podían ver lo ocurrido cerca de donde ellos se encontraban. Cuando se empezaron a sacar los cadáveres y a desescombrar las casas donde se sospechaba que pudiera haber heridos, muertos o personas que se desconocía su paradero, los soldados impedían la presencia de los civiles en las cercanías.

Santiago Lorén en su libro “Hospital de sangre” narra así su entrada en Híjar cuando, procedente de Zaragoza viene en busca de su familia:

            “…Al acercarnos más, vi que algo había cambiado; la torre de la iglesia de ladrillo mudéjar estaba desmochada y parecía un muñón mostrado a los vientos…. Pasamos el puente de barandillas de hierro forjado, sobre el río Martín…

            … la cuesta del Olmo estaba desierta, en el convento de las monjas ondeaba una bandera con la Cruz Roja, el viejo caserón había vuelto a sus arcaicas funciones de hospital…. Llegué por fin a la plaza Sorribas y entré sin ninguna dificultad en la tienda de mi tío Modesto. La puerta estaba reventada y no podía cerrarse…

            -¡Nos han robado todo, fíjate, nos han robado todo! ¡Esos malditos moros sólo nos han dejado un saco de lentejas…, a mí, que siempre he sido un hombre de derechas!

            … salí disparado de la tienda y ascendí al trote por la calle Estrecha llena de escombros, de un par de casas viejas, … Una vez en la calle Mayor, y desde el arranque de la cuesta de la iglesia, vi que la gran casona aledaña a la de los Gimeno estaba completamente destruida, llenando de un montículo de ladrillos, piedras y tierra, toda la anchura de la calle. Esta vez era de un bombazo directo y reconocí entre los escombros los restos de la fachada de la farmacia de Antonio Albalate.

            … en la carretera a la que bajamos por la cuesta de Abadía, dos postes de telégrafos que habían quedado enhiestos, lanzaban sus hilos en un vano intento de cruzar el río, porque al otro lado los postes caídos se perdían entre la vegetación. Pero justo sobre la carretera, de los hilos del telégrafo colgaban los restos de un cuerpo de un niño, las piernas y el principio del tronco, nada más; se veían los pantalones cortos de pana. Nadie miraba la espeluznante colgadura, la gente me parecí como aislada…

            … De las casas de la plaza porticada sólo se habían caído las dos que tenían la fachada  cara a la calle Estrecha, esparciendo sus viejos cascotes por la tierra dura de la plaza, enfrente del Ayuntamiento…”

 

Román Pastor pasó junto a su familia los días de bombardeo en la zona del monte. Cuando regresaron ya habían entrado las tropas de Franco en Híjar:

“… cuando llegamos al pueblo y entramos nos quedamos desconcertados. La mitad del pueblo estaba todo escachado, no se podía pasar por ninguna calle, aquello daba horror. Y en nuestra casa, no, en la de al lado, rozando a la pared nuestra y la de ellos, pero la bomba cayó en la de ellos. Cayó una bomba que cruzó toda la casa y fue a parar a la cuadra de las caballerías, pero no explotó, sino hubiera escachado las dos, la nuestra y la de ellos.”

 

Más adelante cuenta:

“… mi cuñado se llamaba Francisco Badal y era una familia numerosísima, había trece hermanos. Les tocó movilizarse cuando estaban los rojos en el pueblo, y estaban con los rojos. Había tres hermanos en la guerra… esa familia casi toda murió en el bombardeo. Estaban en un refugio muy malo, que eran de tierra, una cueva… y se metieron allí veintiocho … de la familia de mi cuñado estaban su padre, su madre y tres hermanas, y murieron las tres hermanas y la madre. Y el padre no murió, de puro milagro… una bomba tapó la boca de la cueva y murieron todos asfixiados…”

 

La buena memoria y la amabilidad de Lina Millán nos facilitan otra interesante información:

“… el domingo día 6 hubo un bombardeo, se cayeron dos o tres casas en el pueblo, una en el barrio verde, otra en la calle San Blas y la otra no me acuerdo… bombardearon más en La Puebla que aquí, pero aquí llegó también…

… el día 10 hubo 4 bombardeos… y estábamos en el refugio, cerca del castillo… a las 7 de la mañana empezaron a caer las bombas. Un hermanico mío que tenía 2 añicos, se ahogaba del polvo que había…

… al día siguiente no hubo más que tres. Me acuerdo que sacábamos las caballerías para ir al monte, y mi abuela iba a montar y mataron la burra, la bomba. La abuela no había montado aún… tuvo suerte… el tercer bombardeo no lo vi, ya estábamos en el monte.

La noche la pasamos en el refugio, los mayores iban y venían. Los pequeños nos quedábamos allí. No había nada preparado, allí sentados por el suelo, un poco de comida y a pasar el rato…

… el jueves y el viernes fue trágico.

… el bombardeo más gordo fue el que murieron los San Antón… que eran familia de mi marido… debió de ser a mitad de la mañana. El padre de los que mataron que era hermano de mi suegro, venía por la calle para comer y se encontró con menuda sorpresa. La culpa fue del refugio, que eran unas bodegas, murieron asfixiados.

De este hermano de mi suegro, Mariano, murieron seis, cuatro chicas y un chico. Dijeron que una no apareció, que si la habían llevado al hospital de sangre del Carmen, pero no apareció… los hermanos de mi suegro eran cinco hermanos y todos corrieron hacia el refugio, pero no les dejaron acercar… los soldados eran los únicos que allí trabajaron… los muertos de esta familia fueron María, Teresa, Pilar, Mariano, Matías y otra chica más. La que aún vive es la Joaquina. Eran Marquesán.

Había otra hermana soltera, con su padre. También murieron allí. Y otra que era casada con un niño, que el marido estaba en la guerra, también murió. Ella se llamaba Carmen.

Y aún fue peor, pues había otra, Pilar que era viuda, que se le murieron cuatro hijos. Creo que se llamaban Lola, Joaquina, Maticas y Antonio. Esa pobre mujer lo pasó muy mal. Estos eran Sancho. Vivió con su sobrina Joaquina, la que quedó viva. Ya lo pasaron mal, ya…

También murieron a otros que les decían los Badales. Milicianos también murieron algunos. Uno que había colgado en unos hilos, cerca de donde está ahora el club ese, en la carretera. Y en los viveros también, en una huerta que hay pasado el río cayó una bomba, hizo un pozo muy hondo y decían que había pillado a algunos…

Debieron de morir una treintena…

… ocurrió una cosa rara, al cabo de quince días, una yegua que tenían en la cuadra, donde estaba el refugio,  la oyeron relinchar, aún vivía… a los de esa casa les decían los Valericos…

… el pueblo quedó bastante deshecho. Hasta que no vinieron los de regiones devastadas que levantaron bastantes casas, pues deshecho. Algunos se lo arreglaron por su cuenta un poco…

… decían que habían sido los alemanes…

… los muertos los enterraron en fosas comunes. Alguna cruz han puesto, pero exactamente no saben…”

 

En cuanto a las personas que murieron no tenemos una relación exacta ya que no constan en el Registro Civil de Híjar. Esto es bastante normal en los bombardeos y sobre todo en el caso de los niños y de las mujeres. Una relación de algunos de los fallecidos sería:

            María Sancho y sus hijos:

            María Marquesán Sancho

            Teresa              “              “

            Pilar                 “              “

            Mariano            “              “

            Matías  “              “

               ?                   “              “

            Pilar Sancho y sus hijos

            Lola

            Pilar

            Matías

            Antonio

            Nicolás Sancho Gálvez

            Carmen Sancho Turón y su hijo

               ? , hijo de Carmen

            Quiteria Elhombre Casión

            Isabel Casión Jariod

            Justina Garay Romero y sus hijos

            Justina Badal Garay

            Carmen Badal Garay

            Luisa Badal Garay

 

Todos ellos, excepto Quiteria Elhombre debieron morir en el refugio de San Antón. Quiteria murió en una torre cerca del río.

 

No ha sido posible averiguar el nombre de más muertos durante los bombardeos. Se ha hablado siempre de cerca de treinta. A los nombres conocidos tendríamos que sumar los que no conocemos, a algunos dados por desaparecidos, a los heridos que luego pudieran fallecer y a los militares muertos, ya que sabemos con total seguridad que varios de ellos fallecieron durante el bombardeo.

Lo que sí conocemos perfectamente son los daños que causaron los bombardeos franquistas sobre las casas de la Villa, gracias a la información que fue enviada con fecha de julio de 1942 para efectuar los descombros de los mismos con cargo a la Dirección General de Regiones Devastadas, merced a haber sido designada Híjar como pueblo adoptado por Franco.

La relación se hizo habiendo dividido previamente el pueblo en manzanas. Atendiendo a esta división y al nombre y al número de las calles en el momento, en que se hizo este informe conocemos las casas exactamente dañadas:

Manzana 3

            Calle San Antón de los números 20 al 28

 

Manzana 4

            Calle San Antón, números: 33, 34 y 35

            Calle San Antón, números: 41, 42 y 43

            Calle San Antón. Corral

 

Manzana 13

            Calle Jardiel, números 21, 23, 25

 

Manzana 14

            Calle Jardiel, números 5, 7 y 9

            Calle Ainsa, números 1, 3 y 5

            Calle Ainsa, números 19, 21, 23 y 25

 

Manzana 15

            Calle Estrecha, números 2, 4 y 6

            Calle Ainsa, número 12

            Calle Ainsa, números 14, 16, 18 y 20

 

Manzana 16

            Calle Estrecha, números 1, 3 y 5

 

Manzana 19

            Calle Santa María, números 6 y 8

            Calle Santa María, números 14

            Calle Santa María, número 20, 22 y 24

 

Manzana 20

            Calle Santa Rosa, números 1 y 7

            Calle Santa Rosa, números 23 y 25

            Calle Santa Rosa, número 43

            Calle Santa Rosa, número 47

 

Manzana 21

            Carretera Castellón, número 23

 

Manzana 25

            Calle San Blas, número 29

 

Manzana 32

            Cuesta de la sabina, número 8

            Cuesta de la sabina, corral

 

Manzana 34

            Carretera Híjar-Escatrón, números 1 y 3

            Plaza San Blas –Iglesia-

 

Manzana 39

            Carretera Castellón, números 71, 73

            Calle San José, números 4, 6 y 8

            Calle San José, números 12

            Calle San José, números 16, 18 y 20

            Plaza de San Blas, números 9 y10

 

Manzana 40

            Calle San José, números 13, 15, 17 y 19

            Calle Alta de la Virgen, de los números 15 al 23

            Calle de San Blas, números 4, 6 y 8

 

Manzana 41

            Calle San Roque, número 13

            Calle Alta de la Virgen, número 16

 

Manzana 48

            Calle Aguadores, número 48

 

Manzana 51

            Calle del Plano, número 24

 

            Total de destrucciones:  79 casas, la Iglesia de San Blas y dos corrales.

 

El total de metros cúbicos a desescombrar ascendía a la importante cifra de 28.464,831, de los que la partida individual más importante era la destruida  Iglesia de San Blas con 2.352 metros cúbicos de escombros. 

 

Ante semejantes cifras de daños y ante la cantidad de casas destruidas, no parece tan exagerado el número de muertos que hubo durante los bombardeos. La razón de un número de muertos tan pequeño en relación con los destrozos, hay que buscarla en la gran cantidad de hijaranos, que se encontraban fuera de sus casas los días de los bombardeos. Ante la inminencia de la llegada del frente, de las batallas, de la cruel guerra, a las inmediaciones del pueblo, una mayoría de la población optó por abandonar sus casas y refugiarse en las masadas o en los montes o bien en la dura y difícil huida hacia tierras lejanas, que les llevarían finalmente hasta Cataluña y en algunos casos hasta Francia. Empezó así el exilio para un buen número de hijaranos.

La villa de Híjar es una más de las poblaciones aragonesas víctimas de las bombas de aviación en el período final de la guerra civil en tierras bajoaragonesas. Una más donde sus gentes, que no habían buscado ni deseado la guerra la sufrieron de forma intensa; una población más donde las mujeres y los niños pagaron la sinrazón de la violencia.

 

El trabajo digno garantiza las pensiones. Pero, ¿habrá trabajo para todos?

Nuevatribuna.es 3 de marzo de 2018

 

 

Sobre el tema de las pensiones he escrito algunos artículos en este mismo periódico. Como el titulado La rebelión de los jubilados chilenos, un aviso para navegantes despistados con fecha 15 de abril de 2017. Su redacción estuvo motivada porque observaba mucha pasividad entre los jubilados españoles ante los atropellos del gobierno del PP a sus pensiones. Afortunadamente la situación ha cambiado radicalmente. Ya no hay pasividad, hay protesta e indignación.

El gobierno y los medios de comunicación son los que determinan la agenda política, en el 2017 fue  el tema de Cataluña. Hoy, sin embargo son las pensiones por la presión de la calle,  por las masivas manifestaciones-inesperadas para el gobierno- de los jubilados, que han desafiado la Ley de Seguridad Ciudadana (ley Mordaza), que  atacó derechos fundamentales: libertad de expresión y los derechos de reunión, asociación y manifestación. Ley pensada para controla, desactivar y criminalizar las protestas, lógicas por los numerosos ataques al Estado de bienestar. Sobre la importancia de las  movilizaciones para la consecución de derechos civiles, políticos, sociales, económicos merece la pena detenerse. Quien las cuestione o las prohíba no es demócrata. Si las instituciones políticas no dan respuesta a aspiraciones totalmente justas de sectores de la ciudadanía, es legítimo y democrático presionarlas pacíficamente en la calle. Una sociedad democráticamente sana puede y debe mostrar su protesta y su indignación en la calle. Cuando la gente pacíficamente toma la calle, para hacerse oír, es porque quiere cambiar las políticas públicas. Y esta actuación es otra forma de democracia; la democracia de movilización que está cuestionando, sin querer suprimirla, la democracia representativa. Para Eric Hobsbawm 'las marchas callejeras son votos con los pies que equivalen a los que depositamos en las urnas con las manos'. Y es así, porque los que se manifiestan eligen una opción, protestan contra algo y proponen alternativas. La historia nos enseña que si en la sociedad democrática no se produjeran estas oleadas de movilización por causas justas no habría democratización, es decir, no habría la presión necesaria para hacer efectivos derechos reconocidos constitucionalmente, ni la fuerza e imaginación para crear otros nuevos. Con frecuencia, las sociedades se incomodan con estas movilizaciones y aún las consideran peligrosas. Solo cuando triunfan reconocen sus bondades e integran sus conquistas a la cultura e institucionalidad vigentes. Tarea ardua, a veces se necesitan siglos para alcanzar algunos derechos: jornada laboral de 8 horas, descanso dominical, sufragio universal, igualdad entre hombre mujer. En definitiva, con movilizaciones han avanzado las sociedades que hoy conocemos como modernas y democráticas. "Los momentos más creativos de la democracia rara vez ocurrieron en las sedes de los parlamentos". Surgieron en las calles. Y los gobernantes no tuvieron otra opción que tenerlas en cuenta. Lo estamos constatando ahora.

Por otra parte, los jubilados no deberían olvidar comportamientos recientes y actuales de algunas fuerzas políticas. Especialmente de Ciudadanos, que está subiendo en las encuestas.  En el 2017 el Gobierno se sirvió del apoyo de Cs para no aprobar la proposición de ley presentada en octubre del PSOE, Unidos Podemos, Esquerra, PNV y el Grupo Mixto, de subida de las pensiones en una media del 1,2%  en función del IPC previsto para  2017. Revalorización que hubiera supuesto unos 1.200 millones de euros, menos que los 1.350 millones a ACS en compensación por la plataforma Castor.  Mientras Ciudadanos se mantiene al margen, sin tomar partido,  PSOE, Podemos y PDECat han presentado ya iniciativas para subir las pensiones en el 2018 en función del IPC. La subida  supondría unos 1.800 millones, cantidad perfectamente asumible desde la Seguridad Social o de los Presupuestos Generales del Estado. No es un cataclismo económico, como nos pretenden convencer. El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha señalado que un alto porcentaje de jubilados españoles tienen casa en propiedad, un factor importante a la hora de valorar las pensiones reales y netas que no se suele considerar cuando se habla de las rentas que perciben. Ya que no es lo mismo pagar 500 euros de alquiler que 100 de gastos de comunidad. Sus palabras se descalifican por sí mismas. En cuanto a las de Celia Villalobos y Fátima Báñez no me merecen ningún respeto.

Se nos dice, cual si fuera el bálsamo de Fierabrás: la mejor garantía del mantenimiento de las pensiones es el crecimiento económico, que crea puestos de trabajo, y así aumentan las cotizaciones a la S.S. Se replica en buena lógica que hacen falta trabajos con sueldos dignos, para el incremento de las cotizaciones. Pero muy pocos se preguntan: ¿habrá trabajo para todos? Tratar de responder  preguntas como esta solo está al alcance de gobernantes de verdad, que sin olvidar el hoy miran el mañana. Todas las tendencias señalan que el desempleo no solo persistirá y especialmente en España al ser estructural, sino que se incrementara por la digitalización y automatización de la economía. Sin embargo, el pensamiento económico dominante-no muy convencido- aduce que la automatización eliminará las categorías de empleos obsoletas y que las reemplazará por nuevas, contribuyendo incluso al crecimiento de empleos. Tales planteamientos se basan en comparar con lo ocurrido con la Revolución Industrial, pero no hay nada que lo sustente.  Numerosos estudios manifiestan lo contrario, como el de la Universidad de Oxford, advirtiéndonos que la informatización afectará alrededor del 47% de los empleos existentes en USA en el curso de las próximas dos décadas. Vamos de las sociedades del trabajo a las sociedades sin trabajo.

Hay un hecho muy significativo extraído del libro de Ryan Avent La riqueza de los humanos, en una fábrica de Volvo en Gotemburgo, Suecia, se ceden hectáreas de espacio a los robots. En la cadena de montaje final hay equipos de trabajadores, en grupos de tres, que insertan los componentes más pequeños a los vehículos casi acabados y comprueban que los pasos previos, realizados solo por máquinas. De vez en cuando pasa zumbando un técnico en una bici para supervisar que todo funcione bien. Lo más novedoso en el trabajo que se realiza a varios kilómetros de distancia, en un edificio de oficinas sito en otro punto de las instalaciones de Volvo. Allí, ingenieros programan gran parte del código que hace funcionar el proceso de fabricación. Experimentan con distintas configuraciones de la planta de producción por medio de una maqueta virtual de las instalaciones, montada a partir de un escáner detallado de la línea de producción real realizado con láser. Con unos cuantos clics del teclado pueden observar toda la producción. Y este camino parece irreversible e imprevisible. Del 13 al 15 de marzo Barcelona será un escaparate de la industria 4.0, donde se presentarán las últimas innovaciones en equipos de automatización industrial junto con las tecnologías emergentes. Las aportaciones de esta nueva Revolución Industrial son: la automatización de la producción; Internet de las cosas que facilita el intercambio digital y mejora los procesos de fabricación; inteligencia artificial; robótica que sustituye trabajos rutinarios; el big data y el cloud industrial (ofrece la posibilidad de disponer de servicios en la nube que satisfagan los requerimientos de la industria de una manera más integral; la fabricación aditiva e impresión 3D; y fábrica avanzada y digital.

Termino con un texto “Estamos siendo castigados con una nueva enfermedad, cuyo nombre quizás aún no han oído algunos de los que me lean, pero de la que oirán mucho en los años venideros, es decir, paro tecnológico. Esto significa desempleo debido a nuestro descubrimiento de los medios para economizar el uso del factor trabajo, sobrepasando el ritmo con el que podemos encontrar nuevos empleos para el trabajo disponible”. Estas palabras no son de un economista actual. Fueron pronunciadas por Jhon Maynard Keynes en una conferencia en Madrid, en junio de 1930, titulada “Las posibilidades económicas de nuestros nietos”.

Ahora nos toca

El Periódico de Aragón 3 de marzo de 2018

 

Se ha dicho que en el siglo XXI las mujeres alcanzarían la igualdad. De momento no se va por el buen camino. Fijémonos en la brecha salarial con respecto a los hombres. El pasado día 20 de febrero en el Pleno del Congreso de los Diputados se presentó una Proposición de Ley por el Grupo Parlamentario Confederal de Podemos, admitida a trámite por toda la oposición salvo el PP, en la que Irene Montero señaló «Hoy en día a los 8,5 millones de mujeres, los niveles de brecha salarial existentes implican que las mujeres españolas trabajan al año al menos 54 días gratis en comparación con los hombres. Cobran casi 6.000 euros menos de media anual, según el sindicato UGT. Tienen menos trabajo, más precario y en peores condiciones, sólo por ser mujeres. Según la última EPA, la del cuarto trimestre de 2017, los hombres se llevan el 54 % del nuevo empleo; las mujeres sólo el 46%. La tasa de desempleo femenino pasa del 18 %, la de los hombres es casi cuatro puntos inferior». Las pensiones de las mujeres son casi el 40% inferiores a las de los hombres. Hay que sumar los millones de horas de trabajo dedicadas, que no son consideradas empleos y por tanto no remuneradas y que fundamentalmente realizan las mujeres, a los cuidados. Es el trabajo reproductivo, que según estudios supone el 53 % del producto interior bruto. Un tercio de la riqueza del país básicamente producida por mujeres y que ni siquiera aparece en las estadísticas oficiales. Según el Instituto Nacional de Estadística las mujeres realizan, de media, dos horas y media más de trabajo doméstico diario que los hombres. Las mujeres dedican entre cuatro y cinco horas diarias a las tareas reproductivas. En un año setenta y seis días a las tareas reproductivas y de cuidados; dos meses y medio cada año.

Según el Informe Mujer y Ciencia de enero de 2017 del Consell Valencià de Cultura, además las mujeres sufren otras injusticias en el ámbito laboral. Una de ellas es el techo de cristal. Al igual que para el resto de mujeres profesionales, el ascenso a los puestos de primer nivel sigue estando obstruido. Según los datos del Ministerio de Educación de 2015, en la Universidad, las profesoras representan un 40%, pero en las cátedras hay cuatro hombres por una mujer (80% frente a un 20%). En el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, según datos de 2015, del total de profesores de investigación, la categoría superior, apenas un 25% son mujeres. Lo que indica que hay un sesgo de género a la hora de evaluar los méritos y promocionar al personal investigador.

Pero si la crisis económica ha incidido negativamente en la situación laboral de las mujeres y su capacidad de autonomía, también ha hecho mella en las inversiones en la ciencia y la investigación, y los recortes en los presupuestos públicos han frenado el avance de las mujeres científicas. En los organismos públicos de investigación como el CSIC, donde se observaba un avance sostenido en la promoción de mujeres dentro de sus organismos, se vio truncada con los recortes presupuestarios.

Pero también ocurre con la falta de becas o la llamada «fuga de cerebros», pues, al ser las mujeres mayoritariamente las «becarias» o de puestos de menor relevancia, son ellas las que buscan trabajo o promoción fuera de nuestro país. Lamentablemente, la situación de las mujeres científicas no es solo representativa de España, sino que afecta al conjunto de la Unión Europea.

Muchas mujeres que estudian en carreras científicas, luego las abandonan. Es lo que se conoce como «oleoducto con fugas». En un momento de la vida de una mujer, también aunque sea científica o investigadora, debe plantearse cuál es su prioridad: investigar o ser madre. Una decisión que no afecta a los varones quienes no se plantean ninguna elección al respecto, pero que en el caso de la mujer supone interrumpir su carrera profesional que, en muchos casos, es difícilmente recuperable. Social y culturalmente, todavía no existe un reparto equitativo de las cargas domésticas y familiares ni tampoco una conciliación real de la vida familiar y laboral que permita que la maternidad no suponga una renuncia en la vida de la mujer.

Lo expuesto es una muestra contundente de que el capitalismo neoliberal se sirve de la desigualdad social de la mujer como un componente más de su beneficio económico. Esta desigualdad en el ámbito laboral, con las secuelas expuestas supone un incumplimiento manifiesto de nuestra Carta Magna, ya que según su artículo 14: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Y sin embargo, un presidente del Gobierno tiene la desfachatez de afirmar «ahora no toca».Y sin embargo, a través del argumentario remitido a todos sus cargos, que lo repiten cual loros, el PP aduce que la igualdad no es sólo «algo de mujeres» y que el paro del 8 de marzo «es una huelga de élites feministas pero no de mujeres reales con problemas cotidianos». O que mejor sería una huelga a la japonesa. Menos banderas e himnos y más cumplimiento de la Constitución. ¡Qué desvergüenza!.

En la izquierda hay mucha protesta y muy poca propuesta

 

ConAcento 8 de septiembre de 2017

 

 

 

 

Observamos que se ha producido una extraordinaria concentración de poder y riqueza en unas élites, que pueden tomar decisiones unilateralmente, a las que apenas se puede oponer resistencia. Este hecho, no es fortuito sino consecuencia de una estrategia muy bien pensada desde hace unas décadas. Algunas circunstancias lo facilitaron, como el hundimiento de los países comunistas, mas lo cierto es que ya antes había un claro objetivo de ganar la batalla de las ideas. Y la han ganado de un modo contundente. Para la imposición de sus ideas han contado desde los años 70 con la ayuda mendaz de los escuderos de la derecha: think tanks creados y financiados por grandes corporaciones, la mayoría de la clase política, la academia, los medios de comunicación… Y han trabajado muy bien, al haber conseguido que ideas extravagantes o impensables de los años 70, sean hoy incuestionables y plenas de «sentido común», sin que tengan otra fundamentación que la fe, al no ser comprobables empíricamente. Y así las élites han impuesto su agenda política, por ello la mayoría de los políticos, cual simples palafreneros, están a su servicio, como observamos en el tema de Torre Village en Zaragoza; y además han conseguido convencer de que lo bueno para ellas también lo es para la gran mayoría de la sociedad. Tampoco es una novedad ya lo advirtió Marx «las ideas de la clase dominante son las dominantes en cada época».

Entre estas ideas hegemónicas hoy, auténticas verdades dogmáticas, están las que fundamentan y legitiman la desigualdad cada vez amplia e irreversible. Ahí van algunas: incrementar los impuestos a las élites económicas al retraer la inversión e imposibilitar el crecimiento económico va en detrimento de la gran mayoría; es inevitable y positiva la implantación de recortes en el gasto público social para garantizar unas cuentas públicas saneadas y así evitar su bancarrota, que provocaría secuelas gravísimas para toda la sociedad; las políticas de austeridad y devaluación salarial traerán de una manera irreversible la recuperación de la economía y creación a raudales de empleo estable; el Estado debido a su burocratización y gasto incontrolado con el consiguiente aumento de los impuestos debe ser reducido al mínimo; la privatización o externalización de los servicios públicos aportarán mejores prestaciones a los ciudadanos; las empresas funcionan mejor si no están sujetas a convenios sindicales generales; la desregulación de la economía es infinitamente mejor que un sistema, en el que el Estado mantenga mecanismos de control y regulación; el libre mercado sin ningún tipo de cortapisas garantiza el buen funcionamiento de la economía; del fracaso personal somos responsables los individuos; la solidaridad, el altruismo y la empatía hacia los demás son antiguallas del pasado; las políticas keynesianas están caducas…Son dogmas como el de la Santísima Trinidad. Por tanto, no hay alternativa. No obstante, aceptar tal afirmación es una injuria a la razón, pues equivale a una prohibición de pensar. No es un argumento, es una capitulación.

De todo lo expuesto se deduce que toda opinión distinta al pensamiento dominante es menospreciada, algo que una sociedad sumisa asume mayoritariamente. Como señala Owen Jones, «este proceso de marginalización es un rasgo esencial del nuevo consenso», del nuevo sentido común.

Pongamos ejemplos. Cuando un gobierno anuncia la privatización, de la parte que es negocio, claro está, de un hospital, del suministro o depuración del agua, de la electricidad, del transporte, u otro servicio público, ya no es noticia, porque es ya algo aceptado como normal. Incluso que un partido socialista apoye a un gobierno corrupto hasta las entrañas. Sin embargo, si un político tiene la osadía de proponer que los ricos paguen más impuestos; de manifestarse a favor de una banca pública o cooperativas de crédito; o por un modelo de comercio minorista de proximidad en lugar de las grandes superficies; o por la remunicipalización del agua o de la vivienda, al considerarlos como servicios básicos fundamentales, que emanan de un texto constitucional, es probable, no mejor, es seguro, que se convierta en noticia y sea sometido a ataques furibundos por tierra, mar y aire, y acusado de izquierdista, radical, populista, comunista… En definitiva, tales propuestas razonables, lógicas, normales hace 30 0 40 años, serán boicoteadas hoy desde todos los frentes del sistema vigente. Y lo más probable es que el gobierno renuncie a aplicarlas. Y tal renuncia es de «sentido común».

Por ende, hoy, los que menos tenemos estamos a la defensiva. Una cuestión clave del poder ha sido siempre su capacidad de intimidación. Y desde hace tiempo, el poder y su capacidad de infundir miedo se ha ubicado solo en un lado del tablero. Lo que Rosanvallon llamaba el «reformismo del miedo», el poder intimidatorio de la sociedad industrial y de los potentes sindicatos pertenece a otros tiempos. Todavía más, según Josep Fontana las élites hoy se sienten tan seguras, que no tienen razón alguna para sentarse a la mesa a negociar, ya que al otro lado no hay más que ruido e indignación fragmentada, sin alternativas organizadas. Hay mucha protesta pero pocas propuestas, sobre todo en el ámbito de la izquierda.

Hoy existen algunos intentos políticos de luchar contra el neoliberalismo. Totalmente fallidos. Nick Srnicek y Alex Willians en su libro Inventar el futuro. Poscapitalismo y un mundo sin trabajo hablan de política folk. Multitudes protestan contra la austeridad, pero siguen los recortes brutales. O contra la desigualdad, pero el abismo entre los ricos y los pobres se acrecienta. Las luchas alterglobalizadoras; grupos antiguerra y ecológicos; huelgas estudiantiles, el Occupy y el 15-M, las mareas tienen características comunes: aparecen rápido, movilizan a muchas personas y, sin embargo, terminan por palidecer generando un sentimiento de apatía, melancolía y derrota. En una palabra, la política folk carece de herramientas para derribar el neoliberalismo.

Desde la izquierda debe construirse un discurso alternativo contrahegemónico suficientemente ambicioso e ilusionante para la gran mayoría, en el que no pueden faltar sus dosis de utopía. Renunciar a la hegemonía supone abandonar la idea de ganar y ejercer el poder; y también perder la fe en el terreno de la lucha política. La historia nos enseña que muchas ideas, que en un principio parecían utópicas, una vez aplicadas dejaron de serlo. Ejemplos: matrimonio de homosexuales, el aborto, el voto femenino, la jornada laboral de 8 horas… Por ello, para que unas ideas puedan ser aceptadas en un futuro hay que ponerlas encima de la mesa y defenderlas con convicción. Voy a citar algunas de ellas. Una necesidad imperiosa de un replanteamiento total de la cuestión energética, construido en energías limpias y renovables y abandono de las contaminantes. Una apuesta decidida por el avance tecnológico basado en la robotización, automatización y digitalización. Disponemos hoy de suficiente tecnología para prescindir de la mayoría del trabajo humano y a la vez producir cantidades cada vez mayores de riqueza. La reducción por la tecnología de la demanda de la mano de obra, posibilitaría la propuesta del acortamiento de la semana laboral, que ha sido siempre, salvo hoy, defendida por la izquierda. Sin embargo, estamos observando que la tecnología en lugar de servirnos para incrementar nuestro ocio, las jornadas laborales son cada vez más largas y con sueldos más reducidos. Y es así porque el aumento de la productividad beneficia exclusivamente al capital. Y por último, la propuesta sin ambages de una renta básica universal, que proporcionaría a todo ser humano la autonomía, sin la cual la libertad no es posible.

Sobre la revolución de "LO COMÚN", como alternativa al neoliberalismo

 

ConAcento 19 diciembre 2017

 

El pasado 7 de noviembre, Christian Laval realizó una ponencia en la Universidad de Zaragoza sobre lo común y con motivo de la presentación de “La sombra de Octubre (1917-2017)” en España. En las líneas que siguen a continuación expondré algunos aspectos fundamentales del pensamiento de Cristian Laval y Pierre Dardot, producto de la lectura de dos de sus libros, que han propiciado algunas reflexiones personales.

En Europa los franceses Cristian Laval y Pierre Dardot partiendo de Michel Foucault, en La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad neoliberal, profundizan en la esencia del neoliberalismo, señalando que es mucho más que un tipo de capitalismo. Es una forma de sociedad e, incluso, una forma de existencia. Pone en juego nuestra manera de vivir y las relaciones con los otros. No sólo es una ideología y una política económica, sino también un verdadero proyecto de sociedad (en construcción) y una cierta fabricación del ser humano. “La economía es el método, el objetivo es cambiar el alma”, decía Margaret Thatcher. En el neoliberalismo, la competencia y el modelo empresarial gobiernan nuestras conductas e incluso establecen una forma de vida. No sólo los salarios de los diferentes países, sino que todos los individuos establecen relaciones “naturales” de competición entre ellos. Se trata de hundir al máximo de gente posible en un universo de competición y decirles: “¡que gane el mejor!”. O sea, somos conducidos a vivir en continua rivalidad y competitividad, intentado ir más allá siempre para alcanzar objetivos, resultados. En definitiva,  el neoliberalismo se puede definir como el conjunto de discursos, de prácticas, dispositivos que determinan un nuevo gobierno de los hombres según el principio universal de la competencia (rivalidad en el mercado). Antes que una ideología o una política económica es, de entrada y ante todo,  una racionalidad; y que, en consecuencia, tiende a estructurar y organizar, no solo la acción de los gobernantes, sino también la conducta de los propios gobernados. A través de dispositivos y técnicas de poder introduce efectos subjetivos de tipo empresarial, que induce a los individuos a identificarse como una empresa de sí, propietario de un capital humano, que es necesario administrar mediante elecciones sabias, a través de un cálculo de costes y beneficios.

Si hay un lugar impregnado de los principios neoliberales es la Unión Europea. La actual crisis europea muestra hasta qué punto los fundamentos de la construcción europea (la competencia convertida en dogma) conducen a asimetrías crecientes e irreversibles entre países más o menos competitivos. La carrera a la competitividad (capacidad de competir), a la que se lanzó Alemania a inicios del 2000, no es sino el efecto de la implementación de un principio inscrito en la Constitución Europea: la competición entre las economías europeas, combinada con una moneda única gestionada por el BCE garante de la estabilidad de los precios, constituye la base misma del edificio comunitario y el eje dominante de las políticas nacionales. Esto significa que cada país miembro es libre de usar del dumping fiscal más hostil para atraer a las multinacionales -de esto sabe mucho Juncker-, de devaluar los salarios y  reducir la protección social para generar empleo a expensas de sus vecinos; de rebajar los costes de producción a través de la deslocalización; de reducir la inversión pública y el gasto en educación, sanidad, desempleo, pensiones, para disminuir el nivel de las contribuciones obligatorias y los impuestos.

Este principio general de la competitividad supone la extensión indiscriminada de la normativa neoliberal a todos los países, a todos los sectores de la acción pública, a todos los ámbitos de la sociedad; lo que implica con la excusa de que la oferta sea más competitiva, introducir la competencia entre los asalariados europeos y del resto del mundo, con la consiguiente devaluación salarial. Un ejemplo de la Renault: mientras que la dirección del grupo elogia la competitividad de los asalariados españoles ante los trabajadores franceses, en España destaca el ejemplo de Rumania para pedirles que trabajen gratis los sábados.

Corolario de la competitividad es una carrera suicida de los planes de austeridad, que al reducir gravemente los ingresos de la mayoría de la población, son inseparables de la voluntad asumida de gestionar las economías y las sociedades como empresas empujadas a una irreversible competición mundial  La imposibilidad de incrementar la fiscalidad de las grandes empresas para evitar su deslocalización, reduce los ingresos de los Estados, por lo que para cumplir con los planes de austeridad, no tienen otra opción que recortar el gasto social. Todo sea por la competitividad. Pero esto es un camino sin retorno. A pesar de todos los sacrificios acumulados por la sociedad griega las instituciones de la UE imponen a los griegos nuevos  y brutales recortes de miles de millones de euros. ¿Habrá algún límite? En el neoliberalismo como en el totalitarismo, no lo hay. ¿A qué se debe tal empecinamiento con los planes de austeridad? Es la consecuencia del propio mecanismo de la competencia. Tal obstinación, hasta el fanatismo por parte de los gobiernos de la UE, se explica porque están atrapados en un marco normativo, tanto mundial como europeo, hecho de reglas privadas y públicas y de consensos que tienen valor de compromiso cara el futuro, construidos por ellos mismos en los últimos decenios. Incapaces de romper con este marco, se ven arrastrados en una huida hacia delante para adaptarse cada vez más a los efectos de su  política anterior. Por ello,  esta crisis no es solo una crisis de mala orientación de las políticas de austeridad, tiene que ver con los propios fundamentos de la UE. La gran decisión adoptada ha sido constitucionalizar las disposiciones restrictivas que impiden que se puedan aplicar políticas diferentes que salven a Europa de otra manera. Los dirigentes europeos se han encerrado en una prisión de la cual no pueden salir.

Pero Dardot y Laval no se limitan a realizar un análisis en profundidad del neoliberalismo, necesario por otra parte, sino que presentan una alternativa en un nuevo libro Común. Ensayo sobre la revolución en el siglo XXI. Formulan la hipótesis de que hoy se está construyendo una racionalidad alternativa, que han denominado ‘racionalidad del común’. Lo común se ha convertido en el principio efectivo de las luchas y los movimientos que, desde hace dos decenios, han resistido a la dinámica del capital y han producido discursos originales. Las reivindicaciones en torno a lo común surgieron en los movimientos altermundialistas y ecologistas. En el Reino de España, algunos concejales de Ahora Madrid prometieron sus cargos con la fórmula “Omnia sunt communia” (“todo es común”) y la palabra “común” está en el nombre de diferentes iniciativas municipalistas en Zaragoza, Barcelona, Cádiz, La Coruña… Tomaron como referencia el antiguo término de  commons (comunes), buscando oponerse a lo que era percibido como una nueva ola de enclosures (cercamientos), merced a las privatizaciones de lo público, tanto recursos (minas, tierras, energía, telefonía, ferrocarriles, agua, conocimiento, etc.) como servicios (sanidad, educación, cultura, etc. ).  Esta expresión (enclosures) remite al proceso histórico antiguo de acaparamiento para explotación privada de tierras comunales en las campiñas europeas mediante el cercamiento de los campos. Esto supuso en Inglaterra que los campesinos se quedaron sin tierras y no tuvieron otra opción que vender su trabajo para sobrevivir a la industria incipiente.

Frente al descrédito de la democracia representativa, lo común es un principio político basado en una democracia real y participativa que permite a los ciudadanos participar en la toma de decisiones. Principio que se puede aplicar a todos los ámbitos de la sociedad, incluidos los partidos o la empresa,  y que es la base de una concepción de la democracia en su sentido más puro y radical, el de una democracia que implique la coparticipación de los individuos en una misma actividad.

En los últimos 30 años de neoliberalismo se ha producido la revolución de las clases dominantes de la sociedad. Ahora es otra: la de restituir las actuales instituciones a la sociedad y transformarlas según el principio de lo común.   Revolución que no significa insurrección violenta; aunque  si tensión, enfrentamiento, ya que tocar los intereses de los clases dominantes y las formas políticas que las sustentan crea inevitablemente un conflicto, pero lo importante es que la sociedad retome el control sobre su organización política y social.  La revolución está ya iniciada. De las protestas y las manifestaciones en la calle han surgido según el principio de lo común a nivel local huertos urbanos compartidos, cooperativas de autoconsumo, que fomentan la transformación de la sociedad. Son formas de autogestión y de autoorganización social que están transformando el tejido de la sociedad, aunque son aún muy difusas y hay que articularlas en otros niveles de la sociedad. Lo común no significa ni la desaparición del Estado ni del comercio privado, pero tendrán un papel diferente. No es comunismo, ni socialismo real.

Otro aspecto de lo común es la distinción entre lo público-estatal y lo público-común. Lo público-estatal reposa sobre dos aspectos contradictorios: por un lado, pretende garantizar la universalidad del acceso a los servicios públicos; por otro, reserva a la administración estatal el monopolio de la gestión de esos servicios reduciendo a los usuarios a consumidores, excluidos de participar en la gestión. Lo común debe poner fin a esa división entre “funcionarios” y “usuarios”.  O sea, lo común debe garantizar la universalidad del acceso a los servicios mediante la participación directa de los usuarios en su gestión.  Uno de sus objetivos es convertir los servicios públicos en instituciones de lo común, para impedir su privatización por el político de turno, como ha ocurrido en España, que ha supuesto el expolio de un patrimonio de todos los españoles para beneficio de empresas privadas, con la consiguiente secuela de corrupción, nepotismo y clientelismo. ¿Con qué derecho un gobierno vende un patrimonio que pertenece a todos los españoles? Lo que es de todos tiene que ser decidido por todos. Tales opciones no son utópicas. Hay ejemplos.  La guerra por el agua en Cochabamba en Bolivia en el año 2000, donde los pobres y los indígenas se opusieron a la privatización del agua. Se levantaron contra el presidente Banzer que defendía los intereses de la Bechtel Corporation-la empresa líder mundial en ingeniería que estaba detrás del conglomerado de Aguas de Tunari– y que acababa de ganar en subasta pública la provisión del servicio de agua en Bolivia.

En Italia tras el  triunfo del referéndum contra la privatización del agua en junio de 2011, el alcalde de Nápoles Luigi de Magistris y su adjunto “delegado para los bienes comunes y la democracia participativa”, Alberto Lucarelli, llevaron a cabo la remunicipalización de la gestión del agua, un ejemplo paradigmático de creación de comunes locales o, más exactamente, de servicios públicos locales gobernados  como comunes. En Paris, la remunicipalización del agua ha supuesto una disminución de un 8% en el precio de las tarifas. Y lo mismo ha ocurrido en el Reino Unido, Alemania o Canadá, en ámbitos como los servicios sanitarios, la electricidad o la recogida de basura. Esto explica también que una ciudad como Munich se haya planteado El Ayuntamiento de León en enero de 2013  aprobó en pleno con los votos del PP y del PSOE el cambio de modelo de gestión de contrato privado a titularidad municipal del servicio de Limpieza Viaria y de Recogida de Basuras, así como la subrogación de 224 plazas de trabajo, que formarán parte del Consistorio, con un ahorro de ocho millones.

Los ayuntamientos “del cambio”, son conscientes de su propia debilidad ante los obstáculos que hay que confrontar a la hora de llevar las remunicipalizaciones. Se han de  enfrentar a los poderosos lobbys que ahora gestionan estos servicios, sometidos a unos blindajes muy difíciles de superar. Y otra dificultad mayor radica en si existe una base social suficiente para emprender las remunicipalizaciones. En algunas ocasiones con movimientos sociales con trabajo previo que exigen la reversión del servicio, como el caso del agua en Barcelona, es evidente que será más fácil. En otros, se trataría de generar un movimiento ciudadano gracias al propio proceso de (re)municipalización. Si hay conflicto, habrá debate público y quizás movilización. Las (re)muncipalizaciones son una buena oportunidad para llevar a los medios la discusión sobre los servicios públicos y su vinculación con los derechos sociales.

Como conclusión. El éxito de Thatcher y Reagan en los ochenta consistió en hacer dominantes posiciones -neoliberales- que hasta entonces habían sido minoritarias. Tras más de una década de gobiernos de este tipo, el entramado institucional -y los grupos de poder que los sustentan- así como el nuevo sentido común que se impuso se convirtió en un legado muy difícil de confrontar. Pero quizás no se trata de volver atrás a los valores postfordistas que dieron lugar al keynesianismo sino de posicionar una nueva lógica política. En el primer caso, Thatcher y Reagan usaron el shock de la crisis de los 70 para operar en ese escenario revuelto, ahora se trataría de aprovechar la del 2008 para generar un nuevo sentido común progresista que vuelva a poner en valor lo público pero democratizándolo radicalmente.

El morboso espíritu de la Institución Libre de Enseñanza penetra como un virus

ConAcento 12 febrero 2018

 

Juan Marichal en su libro El secreto de España. Ensayos de historia intelectual y política y en el capítulo El pensamiento transterrado, califica a los años de 1886- 1936 un nuevo “medio siglo de oro” para nuestra cultura; José Carlos Mainer acuñó el término “la edad de plata” en su conocidísimo libro. Juicios ambos totalmente justificados. En esta autentica explosión cultural, que contrasta con el páramo cultural del período anterior y el posterior, tuvo mucho que ver la Institución Libre de Enseñanza, de inspiración krausista, creada en 1876 por Francisco Gíner de los Ríos, un proyecto educativo basado en la libertad de la ciencia, de investigación y de cátedra, que supuso una ruptura con la enseñanza dogmática entonces vigente controlada por las autoridades eclesiásticas; una educación para la libertad, neutral y aconfesional desde un punto de vista religioso. Más la labor de la ILE no quedaba circunscrita al ámbito pedagógico, iba más lejos, ya que quería conseguir un nuevo tipo de hombre, con una nueva ética con el fin de llevar a cabo un profundo cambio social, tan necesario en la España de aquel entonces. De la ILE brotarían otras ramas. Así, la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas– para que profesores conocieran los avances europeos- cuya presidencia ocupó Ramón y Cajal, junto a José Castillejo; el Centro de Estudios Históricos, dirigido por Menéndez Pidal, y en el que figuraron Américo Castro, Sánchez Albornoz; la Residencia de Estudiantes que albergó a Buñuel, Dalí, Emilio Prados, etc, y por cuyas tribunas desfilaron Einstein, Valéry, Ravel, Russell y Freud.; la Escuela de Estudios Superiores de Magisterio para la formación del profesores e inspectores de acuerdo con modelos europeos; el Instituto-Escuela, un centro de innovación y experimentación pedagógica; las Misiones Pedagógicas, idea de Manuel B. Cossío, a quien se debió la fundación del Museo Pedagógico, las colonias escolares, además de ser el impulsor de la creación del Ministerio de Instrucción Pública. Como también el impresionante impulso a la cultura y la educación en la II República fue de inspiración institucionista con la construcción de nuevas aulas, aumento de plantillas de maestros con sus correspondientes aumentos de salarios… Podríamos además citar un numeroso grupo de escritores, científicos, políticos, que estuvieron influidos por la ILE: Besteiro, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Azaña, Leopoldo Alas, García Morente, etc…

Toda esta encomiable labor se va a cortar de cuajo con la guerra civil. Muchos de estos vinculados con la ILE no tuvieron otra opción que la represión o el exilio, por lo que el daño a España fue irreparable. Un lugar de acogida fue la América, donde se hallaron en el ámbito propio de su idioma. De ahí que el profesor de la Universidad Nacional de México, el filósofo José Gaos, acuñara un neologismo para designar la afortunada condición del español en las Américas de su lengua: “transterrado”, en lugar de “desterrado”. Más adelante explicaré tal vocablo.

En la España franquista se acusó a la ILE de todos los males de la patria, culpabilizándolos del desencadenamiento de la guerra. Como botón de muestra pueden servir el libro “Una poderosa fuerza secreta. La Institución Libre de Enseñanza”, auspiciado por la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia publicado en 1940, donde se reúnen una serie de trabajos en parte inicialmente aparecidos en 1937 en El Noticiero de Zaragoza, escritos por personajes políticos de primera fila además de prestigiosos profesores o catedráticos de universidad, como eran: Fernando Martín-Sánchez Juliá, Miguel Artigas, Antonio de Gregorio Rocasolano, Miguel Allué Salvador, Miguel Sancho Izquierdo, Benjamín Temprano, Carlos Riba, Domingo Miral, José Talayero, Ángel González Palencia.. Entre ellos hay una notable presencia de nombres vinculados a la ciudad de Zaragoza, hecho al que no será ajena la circunstancia de que la Comisión para la Depuración del Personal Universitario –Comisión A–, creada por Decreto publicado en el BOE de 11 de noviembre de 1936, que fue presidida por Antonio de Gregorio Rocasolano y de la que fue secretario Ángel González Palencia, hubiera establecido con anterioridad su sede en esa ciudad). En esta obra se lanzan los ataques más viscerales y truculentos contra la obra de la ILE. En algunos momentos superan lo imaginable en cuanto a su crueldad. Por ello, nada tiene de extraño que González Palencia en el último capítulo del libro titulado la Herencia de la Institución Libre de Enseñanza escriba estas palabras: “Desbaratado el tinglado institucionista al dominarse la Revolución para cuyo servicio se levantara pacientemente en el transcurso de varios lustros, habrá el Estado español de resolver acerca de las piezas sueltas de aquel tinglado, construidas en su totalidad con dinero de la Nación. La casa matriz, la escuela de niños que en la calle de Martínez Campos era el núcleo fundamental de la secta, habrá de sufrir la suerte de los bienes de todos aquellos que han servido al Frente Popular y a la Revolución marxista. Como en los días gloriosos imperiales, podría arrasarse la edificación, sembrar de sal el solar y poner un cartel que recordase a las generaciones futuras la traición de los dueños de aquella casa para con la Patria.”

Si esta cita del final del libro es de una crueldad manifiesta, no lo es menos otra del prólogo, que no lleva firma, motivos tiene para ser anónimo: “Nadie pensará que este libro es «gran lanzada a moro muerto». Sería demasiado desprevenido e ingenuo. ¡Ojalá muestra lanzada fuera a un cadáver! Gustosos sacrificaríamos nuestra gallardía a la tranquila seguridad de que el «institucionismo» había muerto y era irresucitable. El morboso espíritu de la Institución Libre penetra por vías desconocidas, es inobservable e inaprehensible, como un ultravirus, que sólo se diagnostica cuando ya ha producido sus patológicos efectos. Razón tiene el Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza cuando, más adelante, escribe que «conviene situar estas páginas en su doble finalidad de prevención seria para el futuro y de caballeroso alegato contra personas que viven y que pueden responder a las públicas y concretas inculpaciones que se les dirigen… Porque bien pudiera suceder que cuando las armas victoriosas de nuestro Ejército y Milicias hayan devuelto a España su glorioso pasado, intentara este viejo y frondoso árbol de la Institución, que hoy parece abatido por las circunstancias, retoñar de algún modo, con todas o con algunas de sus ramas, al calor de la España generosa y olvidadiza».

La clarividencia del Caudillo, los méritos de la sangre derramada por tantos mártires y héroes y el apretado haz de los españoles católicos, serán el valladar impenetrable al espíritu irreligioso y apátrida de los institucionistas.

Pero las armas para esta lucha han de ser sobre todo espirituales. No basta la labor negativa; es necesario sustituir ideas y organismos. Por eso, el final de este libro, su colofón, es un esbozo de labores organizadoras positivas.”

Termino con una referencia al catedrático de la Facultad de Medicina de la Central de Madrid, Enrique Suñer, autor del libro Los intelectuales y la tragedia española, de 1937, primer coro orquestado y reiterativo formado por catedráticos, y por miembros del clero secular y regular, de la machacona acusación de ser los hombres de la Institución los autores intelectuales de la crisis española que, según ellos, hizo necesaria la Guerra Civil. El libro de Suñer será frecuentemente citado por diversos autores de Una poderosa fuerza secreta, como fuente de autoridad.

Estremece pensar que la cultura, la educación, la ciencia estuviera controladas por individuos, como los citados en las líneas precedentes. Por cierto, algunos de ellos, todavía por sus méritos-¿Qué méritos?- tienen bustos dedicados en las plazas zaragozanas, y, otro, da nombre a un CEIP de la provincia de Zaragoza.

Me parece muy oportuno terminar estas líneas con una referencia al gran poeta, otro exiliado, Luis Cernuda, autor del probablemente mejor poema del siglo XX en nuestra lengua Díptico español, del que no me resisto a exponer un breve y extraordinario fragmento, también muy duro, que refleja perfectamente la España que dejaron, la de Franco: Así ocurre en tu tierra, la tierra de los muertos,/ adonde ahora todo nace muerto,/ vive muerto y muere muerto;/ pertinaz pesadilla: procesión ponderosa/ con restaurados restos y reliquias,/ a la que dan escolta hábitos y uniformes,/ en medio del silencio: todos mudos,/ desolados del desorden endémico/ que el temor, sin domarlo, así doblega.

La espiral del silencio

 

El Periódico de Aragón 117-11-2017

 

La politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann en su libro La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social de 1977, expone una teoría sociológica muy interesante denominada «La espiral del silencio», cuyas premisas fundamentales expongo a continuación.

La sociedad amenaza con aislar a los individuos díscolos con el pensamiento dominante. Los seres humanos experimentamos constantemente el temor al aislamiento, a ser rechazados por quienes nos rodean, ya que somos seres sociales y sentimos una acuciante necesidad de encajar en el grupo. Por ello, con mucha frecuencia nos mostramos reacios a manifestar públicamente nuestras opiniones, si intuimos que vamos a recibir algún tipo de rechazo de nuestro entorno. No es necesario que esa reprobación se manifieste de una manera explícita. Este temor al aislamiento provoca que los individuos estén constantemente «sondeando» el clima de la opinión pública para determinar qué opiniones pueden expresar. Los resultados de dichos sondeos afectan a su comportamiento en público, sobre todo su disposición o renuencia a expresar abiertamente sus opiniones. De acuerdo con ello, surge la llamada «espiral del silencio», que es la situación, que se dibuja a medida que aquellos que tienen posiciones minoritarias son enmudecidos, y las opiniones percibidas como mayoritarias aumentan y se vuelven dominantes. Ese silencio les hace invisibles en la esfera pública, lo que provoca que acaben teniendo la sensación de que su opinión es más marginal de lo que es en realidad. Esto refuerza aún más su temor al rechazo social, creándose así una espiral donde las voces minoritarias van progresivamente enmudeciendo.

No obstante, no siempre acontece así. Ya que también pueda darse un «núcleo duro», es decir, algunos individuos que al ser presionados reafirman y persisten en sus opiniones. Esta minoría estaría formada fundamentalmente por personas con mayores niveles educativos y económicos, así como por los que no les importa el aislamiento o la exclusión de la masa. Además esta minoría es necesaria para llevar a cabo los cambios necesarios en cualquier sociedad, mientras que la mayoría es un factor de estabilidad.

Obviamente a la hora de establecer unas opiniones dominantes, lo que podríamos llamar «la opinión pública» es clave el papel de los medios de comunicación, Si estos actúan de una manera autónoma o si están al servicio de los gobiernos de turno o de los poderes económicos es otra cuestión. La respuesta se la dejo a cada cual.

Retorno a la teoría de la «espiral del silencio», que podemos constatarla en la situación política actual de Cataluña, donde nuestro lógico hartazgo no debería suponer nuestra indiferencia. Para Naomi Klein, la actuación de Rajoy aquí es un «ejemplo clásico de doctrina del shock para prestar menos atención a problemas como el paro o la corrupción». En la Cataluña de hoy determinadas voces, contrarias a la independencia, se han visto hasta hace poco sometidas a una espiral del silencio, ya que desde los medios de comunicación e instituciones públicas se ha construido un discurso dominante: la preferencia por la independencia es la idea predominante. Lo que no significa que efectivamente sea así, en todo caso habría que comprobarlo electoralmente. Sirva de muestra un fragmento de una carta de Ester Ayala Estrella de Cassà de la Selva (Girona) aparecida en Cartas al Director en un periódico nacional: «Desde que estudié esta teoría en la universidad, y desde que el auge del movimiento independentista catalán ha ido creciendo, me siento cada vez más identificada con ella. Me identifico con esa minoría que no dice públicamente lo que piensa, ni acribilla a sus contactos de WhatsApp ridiculizando a los que no piensan como ellos y que no responde por prudencia. Pertenezco a esa minoría que lo único que quiere es vivir en paz y armonía con su prójimo, y que desea preocuparse solo por las cosas verdaderamente importantes de la vida».

En la España no catalana, la de acá, algunos nos vemos sometidos a la situación de la espiral del silencio. Por ello, no tenemos otra opción que callarnos, y si tenemos la osadía de hablar, recibimos ataques furibundos. No obstante, asumo el riesgo. Algunos opinamos que para una solución razonable del problema catalán y también español, el más trascendente en los últimos 100 años, y al que curiosamente los medios de comunicación hasta hace poco lo consideraron poco relevante, es inevitable por una parte, el recurso al diálogo o la negociación, por supuesto respetando la ley, con un referéndum pactado y legal, que, según la teoría de la ventana de Overton, si hoy es impensable y radical, si los medios de comunicación y la clase política se lo propusieran y lo explicasen con la adecuada pedagogía, en el futuro podría ser no solo aceptable, sino también sensato y aplicable políticamente, según una reciente encuesta de El Mundo, ya el 57,4% de los españoles están a favor de él; y por otra, la exclusión de medidas drásticas como la del artículo 155 que, por mucho que la gran mayoría de los medios de comunicación de acá nos quieran vender y convencer de la suavidad de su aplicación, para lo único que sirven es para agravarlo cada vez más.

Retroceso violento de las culatas

El Periódico de Aragón- 20-1-2018

 

Ortega y Gasset señala: «Que siempre ha ocurrido así. Cuando el inmediato futuro se hace demasiado turbio y se presenta excesivamente problemático el hombre vuelve atrás la cabeza, como instintivamente, esperando que allí, atrás, aparezca la solución. Este recurso del futuro al pretérito es el origen de la historia misma…» La cita del gran filósofo hoy me parece muy pertinente. Voy a tenerla en cuenta. Miraré el pasado con el objetivo de vislumbrar en este túnel tan tenebroso algún resquicio de luz hacia el futuro. Hubo algunos españoles, como Antonio Machado, que supieron caminar en tiempos tan difíciles, como los actuales. Y lo hicieron, siendo consecuentes. Alzaron la voz con valentía y sin miedo, cuando vieron amenazadas democracia y legalidad, aunque ello les supusiera abandonar su tierra profundamente querida. Tan hombre bueno, como buen poeta. Un paradigma de la lucidez y la sensatez. Una de sus obras, entre las mejores escritas en el siglo XX, junto a la Velada de Benicarló de Manuel Azaña, que todo español deberíamos leer es Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo) publicada, por primera vez, en el año 1936. El protagonista de la misma, ficticio poeta y docente, heterónimo-pseudónimo- del poeta sevillano, reflexiona de una manera un tanto desordenada con sus alumnos sobre temas diversos: la sociedad, el arte, la cultura, la literatura, la política y la filosofía, temas que son planteados con una encomiable variedad formal y una insobornable originalidad esencial.

Entre las numerosas reflexiones extraídas del Juan de Mairena, me ha impresionado una, que demuestra además de un extraordinario conocimiento de nuestra historia, una sorprendente visión profética de nuestro futuro. ¡Qué bien conocía la idiosincrasia española! Consecuencia de su profundo amor hacia España. Dice así, es para leerla despacio, con calma y para rumiarla: «En España —no lo olvidemos— la acción política de tendencia progresista suele ser débil porque carece de originalidad; es puro mimetismo que no pasa de simple excitante de la reacción. Se diría que sólo el resorte reaccionario funciona en nuestra máquina social con alguna precisión y energía. Los políticos que deben gobernar hacia el porvenir deben tener en cuenta la reacción a fondo que sigue en España a todo avance de superficie. Nuestros políticos llamados de izquierda —digámoslo de pasada— rara vez calculan, cuando disparan sus fusiles de retórica futurista, el retroceso de las culatas, que suele ser, aunque parezca extraño, más violento que el tiro".

Ortega y Gasset señala: «Que siempre ha ocurrido así. Cuando el inmediato futuro se hace demasiado turbio y se presenta excesivamente problemático el hombre vuelve atrás la cabeza, como instintivamente, esperando que allí, atrás, aparezca la solución. Este recurso del futuro al pretérito es el origen de la historia misma…» La cita del gran filósofo hoy me parece muy pertinente. Voy a tenerla en cuenta. Miraré el pasado con el objetivo de vislumbrar en este túnel tan tenebroso algún resquicio de luz hacia el futuro. Hubo algunos españoles, como Antonio Machado, que supieron caminar en tiempos tan difíciles, como los actuales. Y lo hicieron, siendo consecuentes. Alzaron la voz con valentía y sin miedo, cuando vieron amenazadas democracia y legalidad, aunque ello les supusiera abandonar su tierra profundamente querida. Tan hombre bueno, como buen poeta. Un paradigma de la lucidez y la sensatez. Una de sus obras, entre las mejores escritas en el siglo XX, junto a la Velada de Benicarló de Manuel Azaña, que todo español deberíamos leer es Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo) publicada, por primera vez, en el año 1936. El protagonista de la misma, ficticio poeta y docente, heterónimo-pseudónimo- del poeta sevillano, reflexiona de una manera un tanto desordenada con sus alumnos sobre temas diversos: la sociedad, el arte, la cultura, la literatura, la política y la filosofía, temas que son planteados con una encomiable variedad formal y una insobornable originalidad esencial.

Entre las numerosas reflexiones extraídas del Juan de Mairena, me ha impresionado una, que demuestra además de un extraordinario conocimiento de nuestra historia, una sorprendente visión profética de nuestro futuro. ¡Qué bien conocía la idiosincrasia española! Consecuencia de su profundo amor hacia España. Dice así, es para leerla despacio, con calma y para rumiarla: «En España —no lo olvidemos— la acción política de tendencia progresista suele ser débil porque carece de originalidad; es puro mimetismo que no pasa de simple excitante de la reacción. Se diría que sólo el resorte reaccionario funciona en nuestra máquina social con alguna precisión y energía. Los políticos que deben gobernar hacia el porvenir deben tener en cuenta la reacción a fondo que sigue en España a todo avance de superficie. Nuestros políticos llamados de izquierda —digámoslo de pasada— rara vez calculan, cuando disparan sus fusiles de retórica futurista, el retroceso de las culatas, que suele ser, aunque parezca extraño, más violento que el tiro