Retroceso violento de las culatas
El Periódico de Aragón- 20-1-2018
Ortega y Gasset señala: «Que siempre ha ocurrido así. Cuando el inmediato futuro se hace demasiado turbio y se presenta excesivamente problemático el hombre vuelve atrás la cabeza, como instintivamente, esperando que allí, atrás, aparezca la solución. Este recurso del futuro al pretérito es el origen de la historia misma…» La cita del gran filósofo hoy me parece muy pertinente. Voy a tenerla en cuenta. Miraré el pasado con el objetivo de vislumbrar en este túnel tan tenebroso algún resquicio de luz hacia el futuro. Hubo algunos españoles, como Antonio Machado, que supieron caminar en tiempos tan difíciles, como los actuales. Y lo hicieron, siendo consecuentes. Alzaron la voz con valentía y sin miedo, cuando vieron amenazadas democracia y legalidad, aunque ello les supusiera abandonar su tierra profundamente querida. Tan hombre bueno, como buen poeta. Un paradigma de la lucidez y la sensatez. Una de sus obras, entre las mejores escritas en el siglo XX, junto a la Velada de Benicarló de Manuel Azaña, que todo español deberíamos leer es Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo) publicada, por primera vez, en el año 1936. El protagonista de la misma, ficticio poeta y docente, heterónimo-pseudónimo- del poeta sevillano, reflexiona de una manera un tanto desordenada con sus alumnos sobre temas diversos: la sociedad, el arte, la cultura, la literatura, la política y la filosofía, temas que son planteados con una encomiable variedad formal y una insobornable originalidad esencial.
Entre las numerosas reflexiones extraídas del Juan de Mairena, me ha impresionado una, que demuestra además de un extraordinario conocimiento de nuestra historia, una sorprendente visión profética de nuestro futuro. ¡Qué bien conocía la idiosincrasia española! Consecuencia de su profundo amor hacia España. Dice así, es para leerla despacio, con calma y para rumiarla: «En España —no lo olvidemos— la acción política de tendencia progresista suele ser débil porque carece de originalidad; es puro mimetismo que no pasa de simple excitante de la reacción. Se diría que sólo el resorte reaccionario funciona en nuestra máquina social con alguna precisión y energía. Los políticos que deben gobernar hacia el porvenir deben tener en cuenta la reacción a fondo que sigue en España a todo avance de superficie. Nuestros políticos llamados de izquierda —digámoslo de pasada— rara vez calculan, cuando disparan sus fusiles de retórica futurista, el retroceso de las culatas, que suele ser, aunque parezca extraño, más violento que el tiro".
Ortega y Gasset señala: «Que siempre ha ocurrido así. Cuando el inmediato futuro se hace demasiado turbio y se presenta excesivamente problemático el hombre vuelve atrás la cabeza, como instintivamente, esperando que allí, atrás, aparezca la solución. Este recurso del futuro al pretérito es el origen de la historia misma…» La cita del gran filósofo hoy me parece muy pertinente. Voy a tenerla en cuenta. Miraré el pasado con el objetivo de vislumbrar en este túnel tan tenebroso algún resquicio de luz hacia el futuro. Hubo algunos españoles, como Antonio Machado, que supieron caminar en tiempos tan difíciles, como los actuales. Y lo hicieron, siendo consecuentes. Alzaron la voz con valentía y sin miedo, cuando vieron amenazadas democracia y legalidad, aunque ello les supusiera abandonar su tierra profundamente querida. Tan hombre bueno, como buen poeta. Un paradigma de la lucidez y la sensatez. Una de sus obras, entre las mejores escritas en el siglo XX, junto a la Velada de Benicarló de Manuel Azaña, que todo español deberíamos leer es Juan de Mairena (sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo) publicada, por primera vez, en el año 1936. El protagonista de la misma, ficticio poeta y docente, heterónimo-pseudónimo- del poeta sevillano, reflexiona de una manera un tanto desordenada con sus alumnos sobre temas diversos: la sociedad, el arte, la cultura, la literatura, la política y la filosofía, temas que son planteados con una encomiable variedad formal y una insobornable originalidad esencial.
Entre las numerosas reflexiones extraídas del Juan de Mairena, me ha impresionado una, que demuestra además de un extraordinario conocimiento de nuestra historia, una sorprendente visión profética de nuestro futuro. ¡Qué bien conocía la idiosincrasia española! Consecuencia de su profundo amor hacia España. Dice así, es para leerla despacio, con calma y para rumiarla: «En España —no lo olvidemos— la acción política de tendencia progresista suele ser débil porque carece de originalidad; es puro mimetismo que no pasa de simple excitante de la reacción. Se diría que sólo el resorte reaccionario funciona en nuestra máquina social con alguna precisión y energía. Los políticos que deben gobernar hacia el porvenir deben tener en cuenta la reacción a fondo que sigue en España a todo avance de superficie. Nuestros políticos llamados de izquierda —digámoslo de pasada— rara vez calculan, cuando disparan sus fusiles de retórica futurista, el retroceso de las culatas, que suele ser, aunque parezca extraño, más violento que el tiro
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