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Misión cumplida, soldado Rivera

                                               

 

Si  Rajoy es hoy el inquilino de la Moncloa es producto de un plan perfectamente diseñado por unos generales muy poderosos y sagaces para vencer al enemigo político, en el que fue clave el soldado Rivera.

El presidente del Banco de Sabadell, Josep Oliu, en junio de 2014 dijo públicamente: “Tenemos que crear un Podemos de derechas, ya que el existente nos asusta un poco”. Ciudadanos fue la red para pescar el descontento de la sociedad española por las políticas del gobierno de Rajoy, y evitar el crecimiento de Podemos. Un líder joven, con buena presencia y un buen comunicador. No muy concreto en sus mensajes y sus ideas salvo en su defensa de la unidad de España. Algo que vende mucho en el mercado electoral español, salvo en la periferia. El significante vacío lleno  de palabras huecas, que tiene un gran éxito en política. El Cs no ha tenido problema económico alguno, conocidas sus campañas, su presencia en los medios y sus sedes por doquier. ¿Quién lo financia?

Según Sebastián Lavezzolo, en el primer Podemos la estrategia fue transversal, populista y de oposición a los partidos tradicionales. Usando el “ellos” contra un “nosotros”; “los de arriba” contra “los de abajo”. Combinó  una mayor permeabilidad externa, de recepción y apertura a las demandas de la militancia y de la ciudadanía en contraste con la opacidad de los partidos tradicionales, y una fuerte disciplina interna para dirigir el partido por los cauces diseñados por el núcleo fundador. Una fuerte horizontalidad externa con una fuerte verticalidad interna. La irrupción de Cs modificó  completamente el tablero político, al presentarse con grandes apoyos mediáticos, como un partido joven, moderno, de centro, con menos ideología y más pragmatismo. También se vinculó con el 15-M, al denunciar los privilegios del establishment bipartidista y reclamar reformas de calado. El crecimiento de Cs espectacular en las encuestas- entre enero y marzo de 2015 pasó del 5% al 18%- agotó la estrategia de Podemos. La palabra “casta” se hizo inservible, lo cual rompió con la ambigüedad estratégica de definirse como un partido “ni de izquierdas ni de derechas”. Para atajar el avance de Cs, Podemos tuvo que recuperar el eje tradicional de la política, “derecha e izquierda”. Renunció a la transversalidad y se convirtió en un partido de izquierdas. Sus contrincantes fueron ahora el PSOE e IU, con lo cual vio reducido su espacio político.

 La jugada, fue muy hábil, aunque no surtió los efectos esperados: la mayoría absoluta de PP-Cs el 20-D. Se puso en marcha el Plan B: imposibilitar un gobierno de Podemos con PSOE. Rivera ofreció el Acuerdo para un Gobierno Reformista y de Progreso a Sánchez. Sorprende que la militancia del PSOE refrendase tal Acuerdo   Mas, Rivera sabía que nunca se sumaría Podemos, por sus diferencias programáticas, y por la cuestión territorial. El verdadero objetivo del Cs lo corroboran unas declaraciones en junio de 2016 de Begoña Villacís, candidata por Cs a la alcaldía de Madrid y miembro de la Ejecutiva. Son breves, pero contundentes: “Cuando, si uno  examina lo que ha ocurrido en estos 4 meses, el PP no ha movido ni un dedo para impedir que el populismo llegase al poder. Esto lo ha conseguido Ciudadanos en estos 4 meses, hemos alejado al PSOE de lo que venía siendo su pacto natural, recordemos en Madrid, Barcelona, Cádiz, La Coruña, Zaragoza, en todas las partes se habían aliado y nosotros pensamos que, aun a riesgo de perder votos, era nuestro deber, pensar en España por encima de nuestro partido, el alejar al PSOE de Podemos y lo conseguimos, y lo conseguimos porque si no ahora mismo estaríamos hablando de otros posibles gobiernos; tendríamos un gobierno de PSOE y Podemos, y no lo tenemos”. Cabe pensar que muchos militantes del PSOE tras esta lectura cuestionarán el mantra que sus dirigentes todavía mantienen "Podemos reventó el gobierno de progreso".

 El PP  jugó la carta de las nuevas elecciones del 26-J con la aquiescencia del Cs, ya que el tiempo jugaba a su favor: el electorado cansado, abrumado por la incertidumbre y decepcionado ante la incapacidad de los “nuevos partidos” para construir un gobierno alternativo. Para el PP su mayor fuerza  fue la lucha cainita entre las izquierdas. Entretanto, Mariano se fumaba un puro, leía el Marca, cuatro frases, no más, como “hay que seguir en la dirección ya emprendida, para crecer y crear empleo, y así aumentar los cotizantes para salvar el Estado de bienestar”; y sembrar el miedo ante el populismo y advertir a los votantes del Cs “ya se ha acabado la hora del recreo”. No necesitó más, la corrupción ya se amortizó el 20-D.

 

Aunque el plan de la mayoría absoluta PP-Cs no se alcanzó el 26-J, los resultados de Rajoy mejoraron sustancialmente con respecto al 20-D, por lo que ya estuvo en mejor situación de formar gobierno, para lo que contó con el apoyo incondicional, servil y mendaz del Cs, ejerciendo Rivera de auténtico palafrenero de Rajoy. Rivera hizo el paripé con cuatro exigencias. Luego ya conocemos las presiones brutales ejercidas sobre Sánchez para cambiar el “No es No” por la abstención. Su negativa, su  vergonzoso cese, la creación de la Gestora-Okupa de Ferraz con el objetivo de propiciar la abstención.

 

Soldado Rivera: ha cumplido su misión histórica, por lo que España le estará siempre agradecida y le recompensará como se merece.

 

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Cándido Marquesán

 

 

 

 

 

 

 

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