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Algunas nuevas reflexiones sobre el viaje del Papa

           Acabo de leer la Homilía pronunciada por el  Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal-Arzobispo de Madrid en la Eucaristía en la Plaza de la Cibeles, celebrada con gran pompa y boato, ya que ha sido concelebrada por 800 obispos, arzobispos y cardenales venidos de todo el mundo, así como por unos 8.000 sacerdotes, ante cientos de miles de jóvenes de todo el mundo, que ha supuesto la apertura de la XXVI Jornada Mundial de la Juventud. Por cierto, debería denominarse JMJ(Católica).

De entrada, sobre este gran acontecimiento me parece muy oportuna la opinión del sacerdote y catedrático de Filosofía lucense Xosé Alvilares: Los llamados "viajes pastorales" del Papa hacen de éste el único llamado a proclamar el Evangelio -sólo él es la Iglesia-, pero, además, lo hacen representante de Dios. Por su parte, las concentraciones mundiales de la juventud son exhibición de un "poder" mundial y mundano que choca con el más reconocido espíritu del Evangelio. "Mirad que no hagáis vuestra justicia delante de los hombres para que os vean, porque entonces no tenéis mérito ante vuestra Padre que está en los cielos" (Mateo, 6, 1) Es el Cristianismo como espectáculo, que Jesús rechazó en las tentaciones.

Ha levantado una gran polémica este viaje entre determinados grupos vinculados con el laicismo, que significa “Doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente el Estado, de toda influencia eclesiástica o religiosa.”. El laicismo no tiene nada que ver con el anticlericalismo, como desde las jerarquías católicas españolas nos quieren hacer ver, ya que hay muchos creyentes católicos partidarios de alcanzar una sociedad laica. Según uno de los mayores expertos en el tema en cuestión, Rafael Díaz-Salazar “El laicismo es un movimiento emancipatorio, uno de los que más han contribuido a combatir la dominación, y que lucha contra la persecución al pluralismo. Gracias al laicismo tenemos sociedades emancipadas de la  dominación eclesiástica y más plurales. En sus orígenes, es un movimiento religioso, de inspiración cristiana, que fue impulsado por minorías protestantes perseguidas que se vieron obligadas a emigrar a Norteamérica y que, en el nacimiento de los EEUU tuvieron mucho cuidado en asegurarse de que lo que se iba a crear fuese una república laica. Es un intento de articular la diversidad y el pluralismo en todas sus manifestaciones personales y colectivas. Es una crítica del clericalismo político, del intento por las castas sacerdotales de todas las religiones de teledirigir la acción del Estado. También es la defensa del pluralismo, de la autonomía del orden jurídico y político, de la dignidad y legitimidad de una moral autónoma, y de la libertad de conciencia. Además es la reivindicación de una cultura de tolerancia activa. El laicismo no sólo se opone a la dominación, sino que también es un humanismo que propone virtudes, se implica en la creación de ciudadanos y, por eso, le da muchísima importancia a la educación.”

El coste estimado de la visita del Papa será de 50 millones de euros. Además, el Estado, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid han firmado un acuerdo de colaboración con la Iglesia Católica, por el cual se ceden los institutos públicos de la Comunidad como lugar de residencia para los asistentes a estas jornadas, ocasionando gastos de personal, electricidad, agua, instalación de duchas, desperfectos,…A las ayudas directas del Estado, la Comunidad Autónoma de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, hay que sumar lo que el Estado dejará de ingresar en forma de impuestos, ya que el Gobierno deducirá entre un 45% y un 90% de lo que gasten los patrocinadores del evento (Grupo Prisa, Sogecable, Intereconomía, Vocento, Unidad Editorial, Iberia, FCC, Acciona, Telefónica o el Grupo Santander entre otros). Lo de menos es el costo, sea grande o pequeño. Un Estado aconfesional, es aquel que no está adscrito  o vinculado a ninguna confesión religiosa, tal como lo establece nuestra Constitución, y si es así no puede sufragar un viaje privado y perteneciente a una confesión religiosa concreta. Si lo hace, está incumpliendo la normativa constitucional. Como tampoco que en la misma sede de la Consejería de Educación madrileña aparezcan carteles informativos sobre la Jornada Mundial de la Juventud que señalan mensajes como: "Todos estamos llamados a la santidad", "Abrid vuestro corazón a Dios", o "Arraigados en Cristo, podréis vivir en la plenitud lo que sois"; o en el Instituto de la Juventud  “Si crees, si dudas, si no crees. JMJ". No se puede utilizar unas dependencias públicas para fomentar determinadas creencias religiosas.

Yo no me indigno por la visita del Papa, con la que algunas personas estarán de acuerdo y otras no, sino con su financiación pública con el dinero de la ciudadanía, especialmente en un momento en el que se están recortando numerosos servicios sociales con el argumento de que es necesario disminuir el gasto público. En el viaje que realizó a Inglaterra el Papa, la Iglesia católica británica pidió a las 22 diócesis de Inglaterra y Gales y a las 8 de Escocia que aportasen una cantidad determinada para sufragar los gastos.

A pesar de esta financiación pública del viaje y de otras prebendas establecidas en los Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede,  lo que supone que no existe Estado alguno en el mundo, que trate mejor a la iglesia católica que el español; de ahí se podría pensar que la jerarquía católica  se mostraría agradecida. En absoluto. Por el contrario se muestra profundamente compungida porque dice estar perseguida  por parte del Estado español.  Alucinante. Además es seguro, así ha ocurrido en otras ocasiones, que el Papa será atendido por nuestras autoridades con todo tipo de atenciones, agasajado como Jefe de Estado, lo que no le impedirá lanzar todo tipo de ataques a determinas leyes que hemos decidido darnos los españoles, a través de nuestros representantes parlamentarios. Sería lo mismo que si Rodríguez Zapatero en viaje oficial a los Estados Unidos criticará determinadas leyes norteamericanas. Incomprensible además de falta de respeto.

Quiero acabar con una parte del mensaje de la Homilía de Rouco: ¡España!, cuya principal seña de identidad histórica, ¡de su cultura y modo de ser!, es la profesión de la fe cristiana de sus hijas e hijos en la comunión de la Iglesia Católica. La personalidad histórica de España se forja con rasgos inconfundibles en torno a la visión cristiana del hombre y de la vida desde los albores mismos de su historia, iniciada en gran medida con la primera andadura de la predicación apostólica en suelo español hace casi dos mil años.  Esta afirmación entronca claramente con el nacional-catolicismo según el cual la españolidad ha estado indisolublemente unida a la catolicidad y cualquier intento modernizador y secularizador dirigido a superar la confesionalidad del Estado, la libertad de conciencia y de religión, debe ser radicalmente rechazado; aquel que rompe la unidad religiosa rompe la nación española, y viceversa; los heterodoxos son antirreligiosos y por consiguiente antinacionales y anti-españoles. Aunque tradicionalmente esta corriente de pensamiento ha sido vinculada, casi exclusivamente, con el franquismo, a lo largo del siglo XIX, se fue configurando y adquiriendo unas características propias. El franquismo no haría otra cosa que apropiarse de lo ya plenamente establecido. Además Puede que a España haya que vincularla con el catolicismo, no con el cristianismo, pero no deberíamos olvidar que a lo largo de nuestra historia bajo el pretexto de imponer determinada uniformidad religiosa, se han cometido monstruosos atropellos con numerosos seres humanos: la expulsión de los judíos y los moriscos. ¡Y qué podemos decir del Tribunal de la Santa Inquisición que persiguió cruelmente  a otros muchos disidentes!  ¡Cómo no habíamos de ser católicos! Naturalmente, es que no tuvimos otra opción en un pasado no muy remoto,  aunque hoy en día esta circunstancia está cambiando. El porcentaje de católicos se está reduciendo a marchas forzadas. Según una encuesta  del C.I.S. de este verano: en 10 años cerca de 5 millones de españoles han dejado de considerarse católicos. Los matrimonios civiles ya superan a los religiosos. Entre los creyentes, un 56% dicen que no van nunca a misa. Y el número de los creyentes que dicen ir a misa todos los domingos y festivos ha pasado en estos diez años del 21% en el año 2000 al 13% en el 2010.  Otra encuesta realizada a nivel europeo por la empresa European Midset a finales de 2009, para nuestro país las profesiones están valoradas por nota así: maestros (7,6), médicos(7,5), científicos (7,4), ecologistas (6,4), policías (6,2), militares (5,7), jueces (5,4), empresarios(5,2), periodistas y funcionarios (5), religiosos (4,3). A nivel de instituciones: Universidad (7), ONGs (6), Ejército (5,9), Autoridades religiosas (4,2), Sindicatos (4,1), Partidos políticos (3,4).  Tampoco es necesario acudir a las encuestas para constatar un hecho indiscutible, el que cada día los templos católicos están más vacíos, y entre los asistentes el porcentaje de jóvenes es cada vez menor. Son datos que deberían hacer reflexionar a la cúpula dirigente de la Iglesia: Papa, obispos, sacerdotes y religiosos. Por el contrario, los obispos españoles suelen siempre culpabilizar de los problemas de la Iglesia a agentes "externos" a Iglesia: el materialismo ambiental, el Gobierno socialista..etc..etc... La explicación de lo que está ocurriendo puede radicar, tal como  señala el teólogo Juan José Tamayo la Iglesia hace oídos sordos a los retos de la sociedad actual y mantiene los esquemas inamovibles del pasado, en temas como la moralidad: no al preservativo, no a las relaciones prematrimoniales, no a dar la comunión a los divorciados vueltos a casar, no a la homosexualidad etc... etc... De verdad, se hace más mal a la Iglesia desde dentro que desde fuera.

 

 

 Cándido Marquesán Millán

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