Las primarias de Alcañiz
Acaban de celebrarse con éxito unas elecciones primarias para conocer las candidaturas municipales del PSOE en la ciudad de Alcañiz. Ha ganado Alfonso Callejero sobre Manuel Ponz por una escasísima diferencia de 4 votos. De entrada, como asistente y participante en la asamblea tengo que manifestar mi profunda satisfacción, porque se desarrolló con gran sosiego y con una gran asistencia de militantes. Lo que cabe entender que la militancia este acto, ejemplo de democracia, lo consideró muy importante.
Que se presenten dos candidaturas por parte de un partido y que decidan sobre ellas los militantes entra dentro de la más estricta normalidad democrática. No sé por qué razón desde determinados medios de comunicación, cuando se da esta circunstancia la interpretan como una fractura. Y si no hay alternativa, consideran que funciona la dedocracia, lo que supone falta de democracia. Que haya distintas opciones, distintas sensibilidades, distintas personas es un claro ejemplo de que un partido está vivo. Como ha sido en este caso en el PSOE. En cambio, en otros partidos en su filosofía no entran tales procedimientos.
Las primarias deberían darse con más frecuencia en los diferentes partidos políticos. En la mayoría de las ocasiones los candidatos los elige el dedo milagroso de la máxima autoridad de un partido, sin saber nadie cuáles son las razones reales de tal decisión. La ciudadanía tiene la impresión de que desde las cúpulas de las ejecutivas en los diferentes partidos solo les interesan los militantes para llenar los polideportivos cuando llegan las campañas; y que no les agradan las primarias, ya que están muy acostumbrados a imponer los diferentes candidatos, que en definitiva es una fuente de poder. Que decidan en última instancia los militantes es mucho más democrático. La democracia emana de abajo arriba, y no a la inversa. Por ello, unas primarias significan un pequeño conato de democratización en nuestros partidos políticos, tarea pendiente desde la Transición. Me parecen muy oportunas en estos momentos las palabras que dijo en 1934 en la Sociedad del Sitios de Bilbao Manuel Azaña “El problema de la política es el acertar a designar los más aptos, los más dignos, los más capaces. Tarea ardua. Se fracasaba en los regímenes cuando el llamado a elegir el más apto era o la voluntad de un príncipe, o de la querida de un príncipe, o la del barbero de un príncipe. La democracia es probablemente y en teoría el mejor sistema para elegir a los más dignos. Aunque nunca es perfecta esta elección.”
En el caso de Alcañiz, el que se hayan presentado 2 candidaturas diferentes con sus correspondientes listas es digno de elogio, ya que significa compromiso por parte de unos ciudadanos, que no tienen inconveniente a dedicar parte de su tiempo para trabajar para los demás, en este caso su localidad. No siempre es fácil la tarea de confeccionar unas listas municipales. Está muy extendida entre la ciudadanía la idea de que la mayoría de los que se dedican a la vida política, lo hacen exclusivamente para servirse, para sacar un beneficio, en lugar de trabajar por los demás. Es decir, que van para ser algo en lugar de para hacer algo. Mas pienso que esta circunstancia es la excepción, en absoluto la regla. Es así, como lo creo. Por ello, es necesario reivindicar la acción política, ya que es una de las tareas más importantes de la acción humana. Muchos ciudadanos en muchos pueblos de esta España nuestra dedican parte de su tiempo para trabajar de una manera callada y sacrificada por sus ciudadanos. Mientras que sus paisanos pasan el tiempo en sus ratos de ocio en el bar echando la partida, viendo la televisión en el sofá de su casa, leyendo un libro o un periódico, muchos alcaldes y concejales tienen que trabajar en su ayuntamiento para que todo un conjunto de servicios lleguen con normalidad a sus vecinos. Cuando se produce una avería en el servicio de aguas, en la recogida de basuras, en la piscina, en las duchas del polideportivo; o cuando hay que confeccionar un programa de fiestas, distribuir el trabajo de los policías municipales, controlar los arreglos del cementerio, o elaborar un presupuesto, siempre está detrás un concejal, sin que se le reconozca en muchas ocasiones su dedicación, todavía más, están en el ojo del huracán, recibiendo críticas injustificadas. La labor política no es fácil. Ya lo decía Azaña “El político está siempre al borde del precipicio. Y si se cae, la gente dice: “Se le está bien empleado, era un majadero”. La política no admite experiencias de laboratorio, no se puede ensayar, es un caudal de realidades incontenibles, no admite ensayo, es irrevocable, es irreversible, no se puede volver a empezar”. Por ello, no sería descabellado, además de conveniente y deseable que muchos de esos ciudadanos que dedican una buena parte de su tiempo a criticar sin más ni más, durante unos cuantos años pasaran por su Ayuntamiento a desempeñar el cargo de concejal. Probablemente cambiarían de opinión.
Además un aspecto que merece la pena destacar es que el candidato que ha triunfado, Alfonso Callejero, no es nacido en Alcañiz, lo que no ha importado a los que le han votado, ya que no es infrecuente el chovinismo que impera en determinados lugares hacia los forasteros. Además tiene juventud, ya que tiene 28 años. Significa una bocanada de aire fresco. Que alguien tan joven asuma este compromiso y que haya tenido la valentía de lanzarse al mundo muchas veces ingrato de la política, es de valorar. Me parece muy importante este hecho, si tenemos en cuenta el desencanto muy extendido entre nuestros jóvenes hacia la actividad política, acusándola, muchas veces con razón, de no dar respuesta a muchos de sus problemas. Por otra parte está muy generalizada la opinión, totalmente justificada, de la necesidad de renovación de los partidos políticos, ya que en los cargos dirigentes permanecen las mismas personas desde tiempos de la instauración de la democracia. Por ello, la juventud del candidato que ha triunfado viene a subsanar en parte tal deficiencia.
Como conclusión, creo muy positivo el acto político realizado este domingo en la ciudad de Alcañiz. Todo un ejemplo de democracia. Y que debería repetirse con más frecuencia.
Cándido Marquesán Millán
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