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La huelga de hambre de Aminatu Haidar

 

La huelga de hambre iniciada hace unos días por la activista saharaui Aminatu Haidar es un nuevo conflicto diplomático que tiene ante sí el Gobierno español. Todo se originó el 13 de noviembre pasado, cuando el gobierno marroquí  le impidió la entrada en El Aaiún, al rellenar en la ficha de entrada que su país era el Sahara Occidental. No era la primera vez que Aminatu actuaba así. Lo hizo ya  el 15 de noviembre de 2006, cuando en el control policial de El Aaiún, al rellenar la ficha de entrada escribió lo mismo. El policía marroquí puso gesto de disgusto, señaló que "ese país no existe", tachó las dos palabras y escribió por encima: Marruecos. Después le franqueó la entrada.

Parece que la actuación diferente de ahora del Gobierno marroquí, al negarle la entrada, se debe al discurso reciente del rey Mohamed VI, del 6 de noviembre exigiendo contundencia con los "adversarios de la integridad territorial" de Marruecos. Por ende, unos días más tarde era expulsada ilegalmente hacia Lanzarote, donde fue admitida, también ilegalmente,  ya que permitieron que entrara pese a no tener la documentación exigida por el Ministerio del Interior, que establece que los extranjeros, para hacerlo, deben presentar un documento de identidad o de viaje, y pasando por alto el hecho de que la luchadora saharaui manifestara no querer estar en España e intentara volver a El Aaiún, hecho que le fue negado, contradictoriamente, por no poder presentar su pasaporte. ¿Por qué se le permitió entrar en España sin documentación, con una simple tarjeta de residencia? Se trata de un incumplimiento grave de la Ley de Extranjería, que estipula que la tenencia de pasaportes y de documento nacional de identidad es requisito indispensable para entrar en nuestro país. Y más grave aún es que las únicas posibilidades que maneja el Ministerio de Asuntos Exteriores de España sean que ella acepte un nuevo pasaporte marroquí o que se acoja al estatuto de refugiada política, cuando no lo es.

Mas la realidad es la que es, y la activista saharaui lleva ya varios días en huelga de hambre, y que por ello está recibiendo muchos apoyos. Entre ellos el de Saramago, que le acaba de dirigir una carta, en la que entre otras cosas le dice: Querida Aminatu Haidar: Has dado un ejemplo valioso que en todo el mundo se reconoce. No pongas en riesgo tu vida porque te quedan por delante muchas batallas y eres necesaria. Tus amigos, los amigos de tu pueblo, tomaremos el relevo en los foros que sean necesarios. Al Gobierno de España le pedimos sensibilidad. Contigo, con tu gente. Ya sabemos que las relaciones internacionales son muy complejas, pero hace muchos años que se abolió la esclavitud para las personas y para los pueblos. No se trata de humanitarismo: las resoluciones de Naciones Unidas, el Derecho Internacional y el sentido común están de un lado, y en Marruecos y en España se sabe.

            En la misma línea Rosa Montero acaba de escribir: Hace ya 33 años que los españoles les traicionamos y que Marruecos les machaca impunemente, mientras los demás miramos para otro lado. Los refugiados, más de 200.000, llevan un tercio de siglo viviendo en la extrema penuria de los campamentos, y a la vez los saharauis que residen en el Sáhara padecen una represión brutal y recalcitrante de la que Aminatu es un ejemplo

La actuación de esta valiente mujer cabe explicarla por el hecho de que su pueblo se ha visto sometido a una de las mayores injusticias que se conocen. Como ha escrito Pedro J. Machado investigador del Centro de Estudios sobre África y Medio Oriente de La Habana (Cuba).  En el proceso de  descolonización de África iniciado a mitad del pasado siglo XX, que condujo a la formación de nuevos Estados, el caso del Sahara Occidental constituye un asunto único. Es un conflicto que no se quiere concluir según lo establecido, y que además reviste matices vergonzosos. El tema es actualmente una cuestión de muy difícil solución que pudo haberse zanjado fácilmente, pero que ahora transita por los intereses de las grandes potencias, en que: la decisión confusa y miserable de la España colonizadora al repartir el territorio, la intransigencia expansionista de Marruecos, la presencia hegemónica de Francia, primero, y de Estados Unidos, después, así como las características del protagonismo de la ONU, han sido determinantes, sin enumerar otros factores. El desértico territorio de esta ex colonia española con grandes reservas energéticas, como fosfatos, variados minerales, unas costas llenas de pesca, enormes reservas de agua subterránea, así como una situación estratégica privilegiada, constituye el único caso pendiente de descolonización en Afrecha. El Sahara Occidental espera un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui, que es el aspecto esencial a organizar y que inexplicablemente sigue sin realizarse. Ha transcurrido mucho tiempo desde que el régimen franquista de España se despojó medrosamente de esta colonia. Posteriormente una vez alcanzamos la democracia en España, ningún Gobierno ha apoyado de una manera decidida la causa llena de justicia del pueblo saharaui, de lo que todos los españoles debemos sentirnos profundamente avergonzados, a no ser que la causa de la justicia nos sea indiferente. Nuestros Gobiernos, sin distinción, se han olvidado de la causa del pueblo saharaui por razones de Estado: Ceuta y Melilla, la pesca, las inversiones de nuestras empresas en Marruecos, o las presiones de USA… Es lo que hay.

 Lo acaba de afirmar con contundencia Mohamed Abdelaziz, Líder del Frente Polisario: Fue una vergüenza que en 1975 España entregara al pueblo saharaui y a su territorio a Marruecos en bandeja de plata, contra toda moral y contra toda ley. Fue una vergüenza que España participara en financiar el muro militar marroquí de más de 2.700 kilómetros que divide el territorio saharaui, y lo es que ahora financie la renovación del armamento del Ejército que está en ese muro. Es un error que España se haya convertido en el abogado de Marruecos ante la UE, para que alcanzara la situación de estatuto avanzado, como prueba de sus avances en materia de democratización y de derechos humanos. Realmente vergonzoso.

 

 

Cándido Marquesán Millán

1 comentario

Daniela Gabasa -

Sin ninguna duda este es un conficto que sigue sin tener una solución cercana y todo porque importan más las relaciones entre paises que la situación en la que se encuentra este pueblo. Prueba de ello es el caso de Aminatu Haidar, que por defender sus derechos se esta viendo en una situación tan lamentable.