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Mi visión de las elecciones en la Comunidad Valenciana

Cándido es va alegrar molt de l’espectacular increment de vot que ha tingut el nostre partit a la Comarca, però està prou sorprès dels resultats del PSOE a la nostra Comunitat i ens ha remés un article que es compendi de varis articles al voltant del lloc politic que li correspon jugar al PSPV-PSOE després dels resultats electorals. Esperem que ens valga a tots per a que des d’aquest espai de diàleg puguem treure sossegadament les conclusions i plantejaments que més ens puguen valdre per poder continuar amb el projecte socialista al País Valencià:

lermalermalermaTuve la gran suerte de trabajar en la Comunidad Valenciana, como profesor de Instituto, durante los cursos 1985-1992. Mis recuerdos son muy gratos de aquella preciosa y dinámica tierra. Por avatares profesionales retorne a Aragón. En aquellos años recuerdo que la Comunidad Valenciana políticamente era un granero de votos para el PSOE. El Presidente de la Comunidad era Joan Lerma y alcaldesa de la ciudad de Valencia Clementina Ródenas. En las elecciones autonómicas de 1983 votaron al PSOE el 51,77 %, mientras que a la derecha el 32,11%.  Lerma se mantuvo como President hasta 1995; año que fue desplazado por Zaplana, al que sucedería Camps.  

campsFrancisco Camps ha hecho válidos los sondeos que le alzaban como flamante vencedor de las autonómicas superando ampliamente el 52% de los votos, y ha ampliado la mayoría absoluta alcanzada en 2003.  Camps llegó al Palau de la Generalitat hace ahora cuatro años, cuando Eduardo Zaplana hizo las maletas camino de Madrid para asumir la cartera del Ministerio de Trabajo. En las elecciones de 2003 fue el candidato en el que más ciudadanos confiaron y en 2007 ha vuelto a llevarse el gato al agua frente a Joan Ignasi Pla, que aspiraba a gobernar en coalición con otras fuerzas de izquierda. No ha tenido ni esa opción. 

 

bernieEn los meses previos a las elecciones, Camps supo rodearse de fotógrafos y masas aprovechando eventos de resonancia internacional como la Copa América, la visita del papa Benedicto XVI y la del patrón de la Fórmula 1 a la capital, Bernie Ecclestone, que llegó a vincular la llegada del circo del automovilismo a Valencia a la victoria del candidato del PP en las elecciones. Otra de las claves del triunfo de Camps han sido las inauguraciones de nuevas infraestructuras, las cifras macroeconómicas tales como los casi 400.000 empleos creados y 30.000 parados menos.

formula1El presidente prometió 400 nuevos colegios e institutos y gratuidad de los libros de texto, duplicar las ayudas a las madres trabajadoras, mil millones para vivienda joven, más unidades de salud mental a domicilio y, mantener la reivindicación ‘Agua para todos’ que exige el trasvase del Ebro. 

plaDurante la campaña, desde el PSPV se acusó al PP de haber permitido enladrillar la costa y de despilfarrar el dinero en proyectos faraónicos. Sus denuncias no han calado y no ha conseguido superar en porcentaje de votos obtenido en 2003. Las promesas de los socialistas valencianos se centraron en crear una Agencia Tributaria valenciana, acabar con la cultura del dinero fácil a través de los PGOU (Planes Generales de Ordenación Urbana), construir más escuelas infantiles, 200.000 nuevos empleos fijos, promulgar una ley de tiempos máximos de espera en Sanidad, así como 5.000 camas nuevas y dentista gratuito. Esquerra Unida, el Bloc Nacionalista Valencià y Els Verds unidos en Compromís pel País Valencià, una coalición de izquierdas nacionalista que trabajará unida en las Cortes Valencianas, ha obtenido el 7% de los votos. La coalición se comprometió antes de las elecciones a desarrollar el sector público, más políticas medioambientales, ayudas para la plena integración de los inmigrantes, reducción de la jornada laboral a 35 horas por ley y supresión de las empresas de trabajo temporal.

 

 

ritaRita Barberá llegó a la alcaldía de la ciudad de Valencia en 1991, merced a una coalición de populares y regionalistas  reemplazando a Clementina Ródenas, la candidata. Tras cuatro legislaturas Rita sale vencedora del cara a cara con la ex ministra socialista Carmen Alborch, quien a pesar de ser tan mediática como ella, no ha conseguido arrebatarle ni un solo concejal. El PSOE mantiene los 12 que obtuvo en 2003, mientras que el PP suma a sus 19, los 2 de L’Entesa. Estaba claro, Valencia iba a seguir teniendo una mujer al frente de su Ayuntamiento, como ocurre desde hace casi dos décadas.

Clementina RodenasPrimero fue la socialista Clementina Ródenas, entre 1989 y 1991, y después la actual alcaldesa, día sí y día también vestida de rojo, que podrá seguir desarrollando su modelo de ciudad en el que asegura que su prioridad son los barrios. Su deseo es que cualquier familia pueda tener a su alcance jardines, escuelas, transporte adecuado, bibliotecas y centros para mayores y jóvenes. Entre las propuestas que anunció durante su campaña, se encontraba el cheque escolar para todos los niños de 0 a 3 años, la instalación de cámaras de seguridad en la calle, terrenos para nuevos centros de salud, 35 nuevos aparcamientos públicos, más jardines, prolongar la avenida Blasco Ibáñez, así como la creación de un casal fallero para todos los ciudadanos.

alborchPor su parte, la candidata socialista, que durante la campaña criticaba la subida de los impuestos de los últimos años, la política cultural ‘casposa’ o el peligroso emplazamiento de la subestación eléctrica en Patraix, tendrá que aplazar sus iniciativas entre las que se encontraban la construcción de 16 centros socioculturales, 6.000 nuevas viviendas de protección oficial, 24.000 plazas de aparcamiento o la peatonalización de las calles de la Paz y San Vicente.

 

alperiEn la ciudad de Alicante, el urbanismo, la piedra angular de la estrategia de la izquierda para derrocar al Partido Popular, no ha servido para provocar el vuelco electoral esperado. El PP ha vuelto a ser el partido más votado en la ciudad y apenas ha cedido un 3% de los votos respecto a 2003. Con todo, sólo un escaño ha separado a las dos fuerzas políticas mayoritarias, PP y PSOE, que se han quedado sólos en los bancos del pleno tras la desaparición de IU del arco político municipal. Y eso que la sombra de la corrupción no podía planear más cerca del alcalde, Luis Díaz Alperi (PP), su concejala de Urbanismo, Sonia Castedo, y el concejal de Tráfico, Luis Concepción, investigados por la Fiscalía Anticorrupción por presunta prevaricación y malversación en la adjudicación de tres aparcamientos subterráneos.  

 

Las maniobras especulativas y el desarrollo insostenible provocan una progresiva degradación del litoral, tomado, literalmente por los apartamentos. No en vano, esta provincia arrebató a Málaga en 2006 el título de líder nacional en ventas de segundas residencias a extranjeros. Y no lo tenía fácil, ya que la andaluza lo ostentaba de forma ininterrumpida desde 1998.Mientras algunos se enriquecen con el ladrillo, los alicantinos tienen que vérselas día a día con problemas reales como el tráfico; la limpieza, o la falta de ella, y la seguridad, que si bien podían determinar su voto, no han sido decisivos para cambiar el signo político local. 

En las listas del partido popular se produjo una sorpresa de última hora, cuando el ‘campismo’ —corriente afín al presidente regional electo— ganó la batalla a los ‘zaplanistas’. Finalmente, Díaz Alperi repetía como cabeza de lista de una candidatura en la que han predominado los vinculados a Francisco Camps. 

En esta legislatura había dos escaños más en juego tras el aumento del censo hasta las 330.000 personas lo que explica que los asientos en disputa hayan pasado de 27 a 29. Finalmente no sobrevino el cambio. 

 

alberto fabraEn la ciudad de Castellón, el PP ha obtenido la mitad de los 27 escaños que forman el Ayuntamiento de Castellón, lo que permite al actual alcalde y candidato popular a la reelección, Alberto Fabra, gobernar de nuevo con mayoría absoluta. El PSOE, cuya lista encabeza Juan María Calles, obtiene 12 concejales, dos más de los que obtuvo en las elecciones municipales de 2003. A pesar de perder un concejal, el PP encadena cinco legislaturas en el poder de una ciudad marcada por el crecimiento urbanístico, tras recolectar casi la mitad de los votos. El candidato ‘popular’ y alcalde los últimos dos años, Alberto Fabra, supera con nota el polémico escollo de haber llevado como número tres en su lista al presidente del PP en la provincia, Carlos Fabra —sólo comparten apellido y no lazos familiares—,  quien está imputado por delitos contra la Administraciones Públicas.Alberto Fabra, antes concejal de Urbanismo, que cogió el testigo del histórico alcalde de Castellón de la Plana José Luis Gimeno Ferrer a mitad de legislatura, presentaba una candidatura centrada en promesas de servicios sociales. 

callesJuan María Calles, candidato por el PSOE, la segunda fuerza más votada en la ciudad con 12 concejales, apostaba por la creación de un Parque Natural y el de impulso de zonas verdes, así como iniciativas en materias de Sanidad, Educación y Movilidad. Y es que Castellón de la Plana, según insiste la oposición, sigue siendo la única de las tres capitales valencianas que no tiene tranvía. 

 

nomdedeuEl Bloc reduce a la mitad su peso en el consistorio, volviendo a los resultado de hace ocho años. Su líder, Enric Nomdedéu, que ha trabajado durante los últimos cuatro años como concejal de Sanidad mediante acuerdo con el PP, ha hecho hincapié en que la ciudad ‘engorda’ en lugar de crecer —es la capital de provincia con mayor número de inmigrantes rumanos— y apostaba por paliar las diferencias en una ciudad que considera cada vez más descompensada.  

 

Izquierda Unida, que durante las dos últimas legislaturas se había quedado fuera del Ayuntamiento, no ha conseguido estimular a su electorado y tendrá que esperar otros cuatro años para buscar un hueco político en la capital castellonense. 

Como acabamos de constatar, la Comunidad Valenciana de ser  de izquierda en los años 80 y mitad de los 90 ha pasado a ser de derechas. En las elecciones autonómicas de 27-M los populares han alcanzado el 53,32%, mientras que los socialistas se han quedado en el 35%. En 25 años se han invertido las tendencias de los votos.  Y todos los indicios indican que va a seguir así durante bastante tiempo. Sería largo y prolijo indagar cuáles son los motivos. Uno de ellos las guerras fraticidas entre los diferentes sectores socialistas. Mas lo que parece incuestionable es que hoy es un granero de votos para el PP.  

campsfabraParafraseando a David Miró, del Periódico de Cataluña, podemos empezar a entender lo que está aconteciendo, si tenemos en cuenta, como dijo Francisco Camps en la noche electoral: “Ha ganado una manera de entender la vida, la valencianía”. Y no podía ser más exacto. Porque a la hora de analizar las causas del triunfo popular, y que ha dejado a la izquierda completamente desarbolada, hay que ir más allá de unas siglas, de un candidato o de una campaña más o menos acertada. Un prócer de la izquierda valenciana lo resume en una frase entre lúcida y desconsolada: “El país ha cambiado y nosotros no nos hemos enterado”. 

En el campo progresista se estaba preparado para la derrota, pero no para la humillación. El torrente popular se ha llevado por delante muchos mitos, como el del cinturón rojo de Valencia que servía de salvavidas para un PSOE en horas bajas. Ya no existe tal cinturón Ciudades siempre de izquierdas, como Torrent o Paterna, se han pasado al PP. Y así en muchos otros municipios. De los reductos socialistas solo queda Elche, y a duras penas. Otro mito enterrado el 27-M es que los valencianos siempre votan al partido que gobierna en Madrid. No ha sido así. Los valencianos han votado, puede que por primera vez, en estricta clave interna, y es bastante posible que el resultado de las próximas generales sea algo diferente, más halagüeño para el PSOE. Pero eso no es consuelo para una izquierda indígena consternada y, sobre todo, desorientada.

  

La verdad es que el partido socialista tampoco había hecho nada o muy poco para ganar las elecciones, ni en estas ni en las anteriores. Confiaban en el efecto Zapatero y desgaste del PP para volver a gobernar. Cada derrota se vivía con la ilusión de que la próxima vez sería distinta. Vano intento. 

En todo este tiempo no se han dado cuenta que el PP ha aprovechado su dominio político, social, económico y mediático para promover una nueva escala de valores para mantenerse en el poder. Y tienen que asumir la nueva situación de un país donde no importa que haya un accidente de metro con 42 muertos por una deficiente señalización, un alcalde o un presidente de diputación estén imputados por diversos delitos de corrupción, La retahíla de escándalos de corrupción municipal destapados en los últimos meses apenas ha pasado factura en las urnas a los sospechosos.  

 

fabraEl caso más llamativo es el de Carlos Fabra, que conservará la presidencia de la Diputación de Castellón pese a estar incurso en múltiples sumarios. Fabra proclamó que el “juicio popular” lo ha absuelto. No importa que los medios de comunicación públicos sean descaradamente manipulados, y no importa que el partido gobernante haga trampas con el padrón. Nada de eso importa. Los valores son otros: hacer dinero rápido y hacer ostentación pública de esa riqueza. Todos los que se  opongan son enemigos del progreso, los aguafiestas de turno. Francisco Camps y el PP han sintonizado perfección con ese sentir general. ¿Cómo van a castigar los electores a un alcalde corrupto si todo el mundo se beneficia del fraude en el paraíso del dinero negro? Al contrario, el corrupto es la garantía de que la fiesta continuará como hasta ahora. ¿Una sociedad enferma?  ¿Puede?  

Se dan casos de jóvenes que se asociaban para comprar un piso y al poco venderlo y repartirse el beneficio. No se me ocurre ejemplo mejor para explicar lo que Camps define como una manera de entender la vida. Ante esto,  ¿qué puede hacer la izquierda? Pues hay dos opciones: o plantas cara con un sistema de valores alternativo y una nueva agenda o bailas al mismo son que la mayoría. Ser de izquierdas implica todo un conjunto de valores, como la solidaridad, la justicia y la libertad. Hay que mantenerlos a rajatabla, y si por mantenerlos se pierde, pues se pierde.   

 

construccioPor último querría acabar con esta reflexión. Cuando termine el boom inmobiliario, que acabará, es posible que la Comunidad se encuentre con una crisis económica y social, con medio millón de inmigrantes que nadie se ha preocupado de integrar y con un monocultivo turístico que puede ser peligroso ante la competencia lógica de otros lares. Nadie sabe qué pasará a ciencia cierta, pero yo hago un pronóstico. Los que ahora hacen negocio cogerán los bártulos y se irán con la música a otra parte. Y los que se queden recogerán las cenizas del país que no fue.

 

 


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