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La burbuja de la clase política

                       

                            

            La situación política en la España nuestra está llegando a unos derroteros, que está poniendo al límite la paciencia de los ciudadanos. Sabido es que en estos momentos estamos inmersos en una crisis económica sin precedentes, que ha dejado pequeña a la Depresión de los años 30 del siglo pasado, y que está poniendo a prueba a la hora de explicar sus orígenes y de abordar las soluciones a los más reconocidos economistas del mundo. Toda regla tiene una excepción, en este caso es  la de un expresidente de Gobierno  que acaba de afirmar y se queda tan fresco lo que sigue: Sinceramente, conmigo en el Gobierno no se hubiera producido esta crisis. Una de sus secuelas más dramática es el paro, que se ha convertido en la primera y gran preocupación, de la mayoría de los ciudadanos, y que está rompiendo el proyecto vital de muchos trabajadores, jóvenes y menos jóvenes. A la solución de esta crisis deberían volcarse a conciencia nuestra clase política. Por lo que estamos observando desde el gobierno no se está acertando con las  medidas terapéuticas que está tomando. Por parte de la oposición, los españoles ignoramos cuáles sus soluciones, o si las tiene; a no ser las ya conocidas: reformas estructurales en el ámbito laboral, rebaja de impuestos, y reducción del déficit. Las mismas que se usaron en las legislaturas del Sr. Aznar, sin darse cuenta que la situación actual es mucho más compleja. La oposición parece por su actuaciones en este ámbito de la economía, que se está recreando en la crisis, como si tuviera la firme convicción de que cuanto peor sea, más factible es la posibilidad de desembarcar un día a la Moncloa. Poco ha señaló con buen criterio el periodista Miguel Ángel Aguilar: “El PP tiene que abrir el arco de sus intereses y propuestas en vez de mantenerse siempre agazapado en espera de que sobrevengan desgracias o turbulencias con la vana pretensión de explotarlas a su favor”.  Mas no quiero transitar por este camino, ya que se ha hablado bastante. Quiero volver a la idea de inicio de este breve artículo. A que la paciencia de la ciudadanía pude estar llegando al límite.

            Conocida la problemática que acucia a una parte importante de los españoles de a pie, el espectáculo que nos están proporcionando nuestros ínclitos representantes políticos es una mezcla de tragicomedia y de surrealismo. Hoy  toda la cuestión política gira en torno a: ¿Será procesado el tesorero del PP, el Sr. Barcenas? ¿Qué decisión tomará al respecto el Sr. Rajoy? ¿Lo cesará o no? ¿Camps pagó o no pagó las facturas de los trajes de Milano?, ¿Rita Barberá, la alcaldesa de Valencia recibió o no del Bigotes los bolsos de marca Vuitton?, a lo que ésta replicó con las anchoas de Revilla y que todos los políticos desde el primero al último, reciben regalos; unos de más enjundia que otros, por lo que cabe pensar que los de los ministros serán de mayor tamaño, y que además se va a querellar contra el grupo Prisa. En la misma línea lo van hacer el PP de la Comunidad Valenciana, y el PP nacional. La respuesta desde el PSOE por medio de Leire Pajín ha sido contundente: “Muchos ciudadanos debieron pensar ayer que el PP y su Presidente tienen mucha caradura”, -afirmó-, porque “al PP no le interesa saber si ha existido una trama organizada para conseguir contratos públicos a cambio de regalos; si ha habido espionaje político, o si su propio tesorero ha sido ampliamente recompensado por gestiones que parecen dudosas. Lo único importante para ellos es que no haya filtraciones, y se les olvida que las denuncias del caso Gürtel vinieron de las filas del PP”. Aquí todo vale. El tú más que yo. Política del ventilador. Aquí de lo que se trata no es de combatir la corrupción. Aquí lo que interesa es hacer el mayor daño posible al contrincante, aunque ello produzca secuelas nocivas en nuestro sistema democrático.  Las opiniones de los ciudadanos sobre todas estas vicisitudes anteriormente descritas, las acabo de constatar en un bar, frecuentado por currantes mayoritariamente de la construcción, que todavía mantienen sus puestos de trabajo, desde albañiles, fontaneros, electricistas, carpinteros, etc, que con un tubo de cerveza almuerzan su bocadillo envuelto en papel de aluminio traído de su propia casa. Mientras comían con buen apetito, una cadena de televisión nacional, estaba emitiendo las imágenes de Rita Barberá, Francisco Camps, Dolores Cospedal y Leire Pajín. Las miradas metálicas de los currantes manifestaban una mezcla de asco, hastío, y cabreo impresionantes. En cuanto a las palabras, no quiero mencionarlas eran muy similares. No obstante, me tomo la licencia de citar algunas de ellas, que por cierto no  son las más fuertes: ¡Qué cabrones¡ ¡Son todos iguales¡ ¡Nos tienen hasta los cojones¡  Yo les recomendaría a nuestra clase política, que se dieran de vez en cuando alguna vuelta por aquellos lugares por los que discurre la vida de los españolitos normales. De verdad, que podrían aprender mucho y sacarían provechosas conclusiones. Entiendo que nuestros políticos como no se mezclan con la ciudadanía, salvo en campañas electorales; demasiado apegados al coche oficial, acostumbrados a comer en los restaurantes de bastantes tenedores, a pagar con tarjetas Visa Oro, y a recibir suculentos y desinteresados regalos de las marcas más sofisticadas, viven en una especie de burbuja, totalmente desconectada de la problemática de la gente normal. Por ende, que no se sorprendan del creciente descontento de los españoles hacia la clase política. Aunque por su incorregible comportamiento, tengo la impresión de que tampoco les importa mucho.

 

 

 

Cándido Marquesán Millán

 

2 comentarios

Oscar. -

Gran artículo, Cándido. Uyyyy, Rubén, Rubén. No te conozco, pero demuestras saber poco de economía al culpar a los gobiernos y a los políticos de la crisis económica actual.

Ahora que hablas de Pizarro. Este señor, con el tema de la burbuja inmobiliaria y los precios de los pisos por las nubes, cuando estaba sentado en un avión, viendo los enormens páramos que tenía España comentó a sus allegados desde la ventanilla que porque con tanto suelo disponible no se construían más viviendas en España. Ya sé sabe: más vivienda= a más trabajo. Da lo mismo el valor generado.

Miedo me da ese señor que se las da de economista y no sabe o no quiere saber que la vivienda en este país se ha estado FINANCIANDO CON CRÉDITO EXTERIOR y que todos los hipotecaditos y bancos españoles van a tener que ir devilviendo al interbancario.

En cuanto a la política económica de Zapataro: trasvasar la deuda privada a la deuda pública. Ya veremos como acaba, pero temo que acabaremos pagando la deuda de empresas y familias entre todos.

Vaya iluminado el señor Pizarro. Si quieres leer a alguien que sepa de economía, lea don Ricardo Vergés, señor Rubén. Quizá se enteré que "el milagro español", "el España va bien", "el estamos en la Champions ligue de la economía", se deba a que3 hemos crecido con la hiperdeuda, el hipercrédito, y la financiación de nuestra economía a través de los mercados interbancarios de Frankfurt y del BCE.

Es decir, crecimiento económico sustentado en la deuda.

Lea a Ricardo Vergés y no lea tanto al señor Pizarro.

http://www.ricardoverges.com/pdf/LadrilloOrigen.pdf

http://www.ricardoverges.com/pdf/Factura.pdf

http://www.ricardoverges.com/pdf/Politica.pdf

Un saludo.

Rubén -

Sí, de acuerdo, la cúpula de los dos partidos mayoritarios están dentro de una burbuja política, pero mientras unos se preocupan en darnos falsas esperanzas, otros ya tienen su propio plan anticrisis (http://www.pp.es/actualidad-noticia/plan-anticrisis-partido-popular_523.html), que ya fue adelantado por Pzarro en el debate con Solbes, y que este exministro de economía negaba diciendo mentiras que una vez más serían combertidas en votos (mentiras+400€).
Lo de que salga Leire Pajín ya no tiene nombre,ya que hace la misma función que hacían en sus días "gloriosos" el famoso Guerra y el ahora ministro Pepiño, la función de mosca cojonera.
También opino que con Aznar, la economía del libre mercado ha sido insuperable.
Otra cosa que añadir: la gan historia de España ha vivido escasos periodos gobernados por gobiernos de izquierdas (¿Alguno ha acabado bien?). Las primera y segunda república acabaron con las dictaduras de Miguel Primo de Rivera y de F. Franco, que no fueron las mejores maneras de acabar con los mediocres gobiernos y con el caos del 2 y del 26, PERO RECALCO QUE ACABAR CON UN CAOS NO ES LA MEJOR MANERA UN DICTADURA, NI LA DE PRIMO DE RIVERA NI LA DE FRANCO. Otro fracaso fue el gobierno de Felipe Gónzalez, la mitad acabóen la carcel, y el último el actual, que acabará con una gran derrota electoral de Zapatero.
Y por último recalcar mi reclamo hacia la libertad, respetando también a los gobiernos de izquierda, ya que vivimos por suerte en democracia.