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El canibalismo en la política española

 

 

En estos 30 años que llevamos de democracia en España se han sucedido 5 presidentes de Gobierno: Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar  y el actual José Luís Rodríguez Zapatero. Cada uno con sus características específicas, han hecho importantes aportaciones a la Historia de España, mas todos han sido devorados por la vorágine de la política, y el actual, según todos los indicios va camino de verse en la misma circunstancia.

Adolfo Suárez fue quien lideró con la ayuda de otras personas, como Torcuato Fernández Miranda, todo el proceso de la Transición Democrática, con sus pros y sus contras, mas lo que parece incuestionable es que hizo lo que se podía hacer en aquellos momentos, superando las fuertes presiones de determinadas instituciones, poco predispuestas a poner en marcha la democracia. Un buen ejemplo fue la imposición por la cúpula militar del actual artículo 2º de nuestra Constitución. Como consecuencia de la división interna de la UCD, con liberales, demócrata-cristianos, socialdemócratas… hizo que Suárez se viera obligado a abandonar la formación que él mismo había creado y liderado, y a crear una nueva el CDS que tuvo una corta vida. Finalmente Suárez se vio apartado de la vida política, pasando casi desapercibido los últimos años de su vida, a excepción de su muerte tras una penosa enfermedad mental. Leopoldo Calvo-Sotelo, a pesar de que estuvo casi 2 años como inquilino de la Moncloa, muy pronto se vio enterrado por los ciudadanos en un manto de olvido de forma casi automática.

 

Felipe González, el más líder de todos, tras el éxito más arrollador en unas elecciones, las de octubre de 1982, gobernó durante 13 años e hizo un trabajo encomiable para España: la entrada en la Unión Europea, la consolidación de la democracia evitando el golpismo, el conducir la economía en buena dirección. Igualmente una serie de avances sociales que han quedado ya consolidados: enseñanza gratuita y universal hasta los 16 años, pensiones no contributivas, sanidad universal, seguro de desempleo. Hubo lagunas en su política económica, que le llevó a soportar huelgas generales y el no acabar con  el terrorismo de ETA. Mas lo cierto es que su bagaje globalmente positivo, al final se vio eclipsado por la corrupción y el Gal, que le marginaron definitivamente de la política. Y hoy muchos españoles solo le recuerdan por estas lacras últimas.

 

José María Aznar en sus dos legislaturas tuvo actuaciones diferentes. En la primera sin mayoría absoluta más moderada, al tener que pactar  con CIU y PNV. En la segunda, con mayoría absoluta, es cuando ya irrumpió el auténtico Aznar, dando muestras de autoritarismo y de megalomanía. Mas su gran aportación, en un ciclo de crecimiento sostenido iniciado en 1995 y que se mantuvo durante más de una década, fueron las medidas adoptadas por Rodrigo Rato para alcanzar los criterios de convergencia señalados en el Tratado de Maastricht, que permitió a España el alcanzar la Unión Monetaria. Pero todo este bagaje se vino abajo como consecuencia de su empecinamiento, haciendo caso omiso a los deseos de la mayoría de la sociedad española y de miembros de su propio partido,  en entrar en la guerra de Irak, secundando a Bush, y su  mala gestión del atentado del 11-M. Estos dos acontecimientos lo han devorado políticamente, y por ello su protagonismo político se ha eclipsado totalmente.

 

Por último, José Luís Rodríguez Zapatero dirigió una primera legislatura impecable con la excepción del fracaso en la negociación con ETA, en la que destacaron un crecimiento económico sostenido, y sobre todo la extensión de los derechos civiles: Ley contra la Violencia de Género, la Ley de la Igualdad y el reconocimiento del matrimonio entre los homosexuales. Como también las nuevas políticas sociales: incremento del salario mínimo interprofesional y las pensiones mínimas, el nuevo permiso de paternidad, el cheque bebé de 2.500 euros y sobre todo la Ley de Dependencia, cuarto pilar del estado del Bienestar. Por ello, en 2008 volvió a ganar, pero en esta segunda legislatura ha irrumpido una crisis económica, la más profunda en los últimos 100 años, que le ha obligado a rectificar sus principios socialdemócratas, y poner en marcha unas políticas de corte neoliberal por la presión de los mercados. De no producirse un cambio radical en la evolución de la crisis, todo da que pensar que ZP va a ser devorado políticamente por ella, y toda su obra política va a ser olvidada.

 

Es así de cruel la actividad política. Los ciudadanos y los propios partidos políticos sólo confían en los éxitos, y deben darse siempre, ya que cuando llegan los fracasos, aquellos se olvidan. Ya decía Azaña que la actividad política es compleja. El político está siempre al borde del precipicio. Y si se cae, la gente dice: “Se le está bien empleado, era un majadero”.  Por ello, a los que tras la derrota pasan a la categoría de expresidentes,  les ocurre como ha dicho el propio Felipe González: "Somos como grandes jarrones chinos en apartamentos pequeños. No se retiran del mobiliario porque se supone que son valiosos, pero están todo el rato estorbando".

Entiendo que no debería ser así, ya que en otros países los hechos son muy distintos. Expresidentes norteamericanos llevan a cabo actividades diplomáticas importantes encomendadas por sus sucesores. En España no se deberían desaprovechar todos esos conocimientos, amistades y experiencias acumuladas de los expresidentes por aquellos que les sucedan en el gobierno o en el partido. Mas parece que éstos quieren arrinconarlos, ante el temor de que puedan hacerles sombra y les quiten protagonismo. Véase los recelos de Rajoy en relación a Aznar o de Rodríguez Zapatero con Felipe González o Aznar.  

 

Cándido Marquesán Millán

 

3 comentarios

cándido -

Para Patri. Me alegro de que te hayas metido en mi blog. Es muy simple, comparado con el tuyo, que es todo un alarde. Espero que sigas meti´´endote.
Un abrazo
Cándido

Patri O. -

@Rubén: Odio cuando dices eso de "progre", tan despectivo. Las palabras no duelen, las intenciones sí.

Segundo, los recortes son obviamente debidos a la crisis, si no hubiera habido crisis no habría habido recortes ¿dónde dirías que estaba el electoralismo entonces? y por otra parte, si son buenas políticas, qué más da el motivo que haya detrás de ellas.

A mí me parece, Cándido, que tu enfoque es correcto (habrá quien diga que es porque también es el mío) y me ha gustado mucho la cita de Felipe González, la verdad es que lo tengo en bastante alta estima.


Nada más Cándido, y siento ser tan mala ex-alumna y haber tardado tanto en visitar tu blog, me voy a suscribir para que no se me vuelva a olvidar.

Un abrazo!

Rubén -

Tras haber leído este artículo, resalatar el buen resumen realizado de nuestra democracia, aunque personalmente, el enfoque no es de mi agrado. Si Azanr según tú, Cándido, debió hacer caso al pueblo español y no entrar en la guera de Irak, quizás Zaptero también deba hacernos caso y largarsde. La guera de Irak... esa guerra que tantos progres rechazan, cuando su fin era acabar con un régimen dictatorial que amenzaba al mundo, que con el paso de los años EEUU haya casmbiado su posición... puede ser, pero Aznar confió enm llevar la libertad al pueblo iraquí. Resalatar la ausencia de la Ley del Aborto, que no ha sido incluida, en el gobierno de Zaptero, y del mismo modo, que todas esas políticas que han sido nombradas, han sido recortadas duramente, muestra de que más de una han sido leyes puramenmte electoralistas. En mayo de 2011 hay elecciones autonmómicas y municipales, esperemos que la población española sea consciente del casmbio que necesitamos, y la democracia cristiana, el Partido Popular, consiga la victoria en el mayor número de CCA y municipios.