Vuelva usted mañana
Entre los numerosos y valiosos artículos escritos por Mariano José de Larra, uno de los más conocidos es el de Vuelva usted mañana, en el que pretende mostrar las grandes penalidades que tiene que soportar un extranjero, monsieur Sans-délai, a la hora de tramitar un expediente dentro de la administración española. Me tomo la licencia de reproducir algunos fragmentos: Vuelto de informe se cayó en la cuenta en la sección de nuestra bendita oficina de que el tal expediente no correspondía a aquel ramo; era preciso rectificar este pequeño error; pasóse al ramo, establecimiento y mesa correspondiente, y hétenos caminando después de tres meses a la cola siempre de nuestro expediente, como hurón que busca el conejo, y sin poderlo sacar muerto ni vivo de la huronera. Fue el caso al llegar aquí que el expediente salió del primer establecimiento y nunca llegó al otro.
-De aquí se remitió con fecha de tantos -decían en uno.
-Aquí no ha llegado nada -decían en otro.
-¡Voto va! -dije yo a monsieur Sans-délai, ¿sabéis que nuestro expediente se ha quedado en el aire como el alma de Garibay, y que debe de estar ahora posado como una paloma sobre algún tejado de esta activa población?
Hubo que hacer otro. ¡Vuelta a los empeños! ¡Vuelta a la prisa! ¡Qué delirio!
-Es indispensable -dijo el oficial con voz campanuda-, que esas cosas vayan por sus trámites regulares.
Por último, después de cerca de medio año de subir y bajar, y estar a la firma o al informe, o a la aprobación o al despacho, o debajo de la mesa, y de volver siempre mañana, salió con una notita al margen que decía:
«A pesar de la justicia y utilidad del plan del exponente, negado.»
-¡Ah, ah!, monsieur Sans-délai -exclamé riéndome a carcajadas-; éste es nuestro negocio.
Todos pensábamos que estas tristes y lamentables prácticas de nuestra administración pertenecían a tiempos pretéritos, mas por lo que estoy observando en estos días recientes, siguen estando vigentes.
Me encuentro en este periodo estival, así como otros muchos ciudadanos, en la imperiosa necesidad de renovar mi D. N. I.. Todavía no me ha caducado, hecho que se producirá a mediados del mes de julio. Estoy en un principio tranquilo. Procuro enterarme a través de Internet del procedimiento que mejor se adapte a mis necesidades. Tengo diferentes opciones: solicitar cita previa a través de Internet, o mediante una llamada telefónica; o ir a alguna de las 4 Comisarías de Policía de Centro, Delicias, Arrabal o San José en la ciudad de Zaragoza. La primera, la telemática, la intento en varias ocasiones. No es posible. Cuando, tras numerosos esfuerzos lo consigo, compruebo que ya no dan cita previa para los meses de julio y agosto, al estar todas las fechas ocupadas; y compruebo con estupor que para septiembre no dan fecha, porque falta mucho tiempo. La segunda, la telefónica, con un coste similar al de las comunicaciones nacionales, después de recibir respuesta de un contestador automático, se me corta. Pienso que no sirve de nada, ya que no hay fecha libre. La tercera, es acercarme a una Comisaría de Policía. Pregunto a un agente que me contesta con mucha atención. Y me corrobora lo que ya pensaba que sólo dan unos números diarios, y que algunos para conseguirlos se tienen que levantar a las 4 de la mañana.
Pensé que eran cosas mías, y que no tenía otra opción que aguantarme. Mas he aquí que no me encuentro sólo, ya que en la prensa zaragozana aparece una noticia con el siguiente titular: La policía recorta las citas para el D.N.I. en pleno verano y empieza a dar fechas para septiembre. Extrayendo algunos fragmentos de la noticia. Alrededor de 150 personas, se agolpaban a las 9 de la mañana de ayer a las puertas de las dependencias de la comisaría del paseo de Teruel, a la espera de que un funcionario comenzara a dar los boletos. Los que los consiguieron llevaban no menos de 4 horas de espera. En la comisaría de San José se repartieron números para citas presenciales, aunque no hubo problemas, ya que los funcionarios comenzaron el reparto a las 4 de la mañana. Una hora después el cupo estaba ya repartido. Menos afortunados fueron los que acudieron a las comisarías del Arrabal y de Delicias, en las que este pasado martes se colgaron carteles con el siguiente mensaje: Hoy no se reparten citas presenciales. Muchas de estas personas fueron remitidas a las oficinas del Paseo Teruel, pero cuando llegaron ya se habían repartido los turnos. Hace pocos días, unos ciudadanos que tenían cita previa para renovar el pasaporte en la comisaría del Arrabal, tuvieron que volverse a su casa sin él, porque los funcionarios se quedaron sin libretas para imprimirlos. Ante tantas trabas, ya tengo noticias de que algunas personas para conseguir la renovación de su D.N.I, han tenido que ir a Huesca o Calatayud. Todos estos acontecimientos por su contundencia encajarían perfectamente en la novela de Kafka, El Proceso.
Termino como conclusión. Ignoro quién es el responsable de esta situación. Supongo que alguno habrá alguno. Entiendo que la ciudadanía no se merece este trato. No sé si peco de ingenuo, pero siempre se nos dice por parte de los responsables políticos que la Administración está al servicio de los ciudadanos. Por lo que acabamos de ver parece que es todo lo contrario.
Cándido Marquesán Millán
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