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Algunas noticias sobre el Canal Imperial y Ramón Pignatelli

 

En el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza, en la sección de la Casa Ducal de Híjar y Aranda, existen 3 documentos, realmente interesantes, al proporcionarnos noticias sobre el Canal Imperial y sobre su Protector D. Ramón Pignatelli. Acontecimiento y personaje, extraordinariamente relevantes en la historia aragonesa, y española del XVIII.  

Los tres textos están escritos en Zaragoza, por D. Vicente Goser y Casellas, administrador de todos los dominios  del duque de Híjar en el reino de Aragón, y destinados al Duque residente en Madrid.

El primero de 8 de octubre del año 1784 nos describe perfectamente,  la llegada, en una ceremonia llena de pompa y boato, del agua a Zaragoza por el Canal Imperial, y la navegación de 6 barcas, en las que iba el Protector del Canal D. Ramón Pignatelli, junto con las máximas autoridades de la ciudad. Fue presenciado el acto por más de 20.000 almas, lo que suponía casi la mitad de la población de Zaragoza; ya que según el censo de Floridablanca de 1787, tenía 42.600 habitantes.

 El redactor valora muy positivamente la obra, asi como casi todo el mundo . No obstante, nos muestra también la oposición ejercida por los hacendados a la obra, porque Pignatelli pretendía cobrar el seteno en las tierras que iban a regarse a partir de entonces. Es cierta esta afirmación ya que la acción agrícola del Canal generó una gran oposición en la oligarquía dominante, la Iglesia y un sector de la nobleza, al considerar dañados sus intereses. Al extender el regadío eliminó varios campos de pastos baratos para la Casa de Ganaderos. En general, los grandes terratenientes encontraban más cómodo dejar sin cultivar ciertos terrenos y destinarlos a pasto extensivo de sus ganados.

 La oposición también vino por el reparto de los diezmos, tributos pagados a la Iglesia y de los cuales el Rey, y en su nombre el Canal, patrimonio real, debía percibir una parte; la que correspondia a lo que las tierras producían de más al pasar de baldíos o secano a regadío(1).

 El segundo texto es de 2 de diciembre del año 1786, en el que se nos dan noticias ocurridas el 30 de noviembre del mismo año,  fecha en la que siguió el Canal Imperial su curso, desde donde había quedado en octubre de 1785, hasta la salida del Monte Torrero, explicando las obras construidas en dicho terreno. A parte de una descripción muy viva y gráfica de todas las obras, vuelve a manifestarnos cómo se manifestó el gozo y la complacencia al ver que Carlos III hacía navegar barcos en el sitio y monte que su padre perdió la batalla el año 10. Esta noticia merece la pena hacer un comentario, aunque sea breve. Es un acontecimiento bélico enmarcado en la Guerra de Sucesión de comienzos del XVIII. La batalla, a la que se refiere el texto,  se desarrolló en Zaragoza, el 17 de agosto de 1710, cerca del Monte Torrero, entre las tropas de Felipe V, padre de Carlos III, y las del Archiduque Carlos. El futuro rey borbón tuvo que abandonar momentaneamente la ciudad de Zaragoza, y dejarla expédita a las tropas del archiduque. Las pérdidas fueron de 5.000 muertos y 2.500 heridos, entre ellos 600 oficiales(2). Es destacable cómo un acontecimiento ocurrido 76 años antes, era recordado. Todo un ejemplo de pervivencia y memoria histórica. 

El tercer texto es de 5 marzo de marzo de 1793, en el que se nos cuenta el estado da salud, por cierto bastante malo, de D. Ramón Pignatelli; tres meses antes de su muerte, hecho que se produjo el 30 de junio. Su interés radica en poder conocer algunos datos biográficos, de la evolución de su enfermedad, de un personaje tan relevante, como hemos señalado en párrafos anteriores.

A principios de 1793, Pignatelli contrajo una enfermedad que al decir de los físicos o médicos de la época no tenía remedio. Quien nos ha dejado más noticias sobre su desarrollo fue D. Martín Zapater Clavería, ilustrado y socio fundador de la Económica Aragonesa y amigo de Goya, en un repertorio de cartas, de un Libro copiador de cartas particulares, datado entre 1789 y 1794. Fue una especie de hidropesía, e incluso se le verificó una operación de paracéntesis o paracéndialo, un día antes de su muerte.

Hecha esta breve introducción, paso a reproducir los textos, tal como fueron escritos, sin verificar cambio alguno, para conservar mayor viveza y frescura, aún cuando algunas palabras hoy en día se escriben de distinta manera. Ahí van sin más:

 

           

            1º Texto

 

                                    “Exmo. Sr.

 

 

            Señor:

 

            Doy noticia a V.E. del estado de navegación y viaje practicado en el 13 del corriente por el Canal Imperial hasta junto la playa o especie de puerto, que debe formar el mismo sobre esta ciudad, el Sr. Protector del Canal D. Ramón Pignatelli a la frente de la Esquadra, que constaba de 6 embarcaciones, acompañado de los Principales Dependientes del Proyecto en una barca al remo, bien pintada, seguía la segunda del porte de mil quintales, tirada por un caballo y en ella otros Dependientes del Proyecto, disparando continuamente, y con un excelente golpe de música, cargada de carbón y tablazón. La tercera y restantes, igualmente tiradas, por caballos venían con varias gentes disparando continuamente voladores con mucha abundancia y cargadas de gruesas piedras para las obras; todas con hermosos gallardetes y la comandanta con varios pabellones y banderas con las armas de España y Aragón. A esta festiva y alegra función, fueron convidados por el Sr. Protector, la Ciudad, Sociedad, Audiencia, Cabildo, y en particular el Sr. Arzobispo que asistió con gusto de todo el pueblo, y por algunos de dichos cuerpos fue elogiado el Sr. Protector con muestras de agradecimiento, distinguiéndose la Sociedad, como promotora de la industria nacional.

            El concurso del pueblo fue numeroso y se cree excedió a 20.000 almas. Se dirigió por un lado de las obras una porción de agua a esta ciudad, por primera vez regadas estas calles y jardines por agua corriente al Ebro, en especial por esta calle del Coso, Mercado, y otras, y los jardines de varias casas, y de los Exmos. Sres. Condes de Aranda y Fuentes.

            Puede decirse estar concluidas todas las obras desde la Presa a Esta, y si algo falta no es de consideración, respecto al todo.

            En el día se están construyendo en Esta el Murallón, que forma la Playa, 4 Batanes, y 4 Molinos para harina, haciendo perder para ello el nivel de 20 pies las Inclusas de este desnivel, y se aprontan materiales para los puentes del camino de esta Corte y paso de la huerta; obras todas magníficas, solidas, y de buen gusto, formando todas ellas un punto de vista agradable y armonioso. Se pueden regar en el día, de esta parte del Ebro todos los términos de esta Ciudad hasta la villa de Fuentes, para lo que se ha formado provisionalmente un grande canalón sobre la Huerva, y un puente de tránsito para la facilidad de la conducción de materiales, bien que ha de ser valiéndose de las acequias de esta Ciudad, respecto a que después de la Huerva no hay obra alguna comenzada; encuentra alguna oposición en los hacendados por pretender el Sr. Protector el seteno de lo que se puede regar, como de tierras que no han tenido riego, por cuya causa no se ha visto llegar el agua más allá de la Cartuja Baja como podían.

            Por el correo venturo remitiré a V.E. ( por no haberlo podido hacer en este) una relación de todas las obras trabajadas en el Canal, sus dimensiones, y gobierno económico. Dios g. a. V. E. m.a. que deseo y necesito. Zaragoza 18 de octubre de 1784.” (3)

 

 

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2º Texto:

 

 

                        “Exmo. Sr.

 

            Señor:

 

            El 30 del mes próximo anterior continuó la Acequia Imperial su curso desde el sitio, en que quedó en octubre de 1784., hasta la salida del Monte Torrero, no muy distante del sitio que se llama Abejar Despital, en cuyo tránsito que será como algo más de media legua, quedan formados dos balsones o playas sostenidas de grandes murallones, el uno junto al Camino de Madrid, inmediato al que se siguen 4 Batanes, 4 Molinos para harina, 3 grandes y hermosas esclusas, que bajan 40 pies, poco más o menos, el nivel del agua; un puente para el tránsito de las caballerías que siguen la navegación y sirve también para la comunicación de los molinos y batanes, inmediato a los que forma el agua una hermosa cascada para desahogo y curso de la misma en los tiempos, que no se emplea para la navegación y molinos. Luego se halla el puente llamado de Madrid, hermoso y bien construido, llevando en el grueso de su arco una acequia para el riego de las tierras inmediatas y que se siguen hasta la puerta de Santa Engracia. A mil pasos con poca diferencia se encuentra, siguiendo el curso de dicha acequia, el puente de la Huerva, que sirve para paso del Canal, bien concluido y en el que se ha formado un desahogadero para limpiar el Canal y para extraer las aguas, cuando pudieran perjudicar en su tránsito. En uno y otro extremo de dicho puente han formado dos alcantarillas para dar tránsito a las dos acequias del Huerva, llamadas Romerada y Aulas. Luego se sigue una escavación, que ha tenido mucho coste por su elevación y calidad, que contenía un guijarro más duro que la peña de de fuego. A 1.500 pasos de este sitio se encuentra la grande escavación llamada de África, por haberla hecho el regimiento de este nombre, su altura de sesenta palmos, con longitud de 500 pasos, poco más o menos. A poca distancia de ella se encuentra el puente llamado de América, por haber dado principio a sus fundamentos los soldados del regimiento de este nombre; sirve para tránsito de gentes de los lugares de Valmadrid, Cuarte, Belchite y otros; su arco de cerrado de 8 palmos de espesor, es de ladrillo, lo demás de piedra; este puente está situado no muy distante y un poco antes de la que se llama la Caseta del Conde Aranda; y a un tiro de bala de él, se halla el segundo balsón que ha de servir para el embarco y desembarco de Zaragoza, especialmente para lo que se dirige hacia el mediodía. A cosa de las tres de la tarde de dicho día salieron de dicho primer balsón diferentes barcos cargados de trigo y otros efectos, que se embarcó toda la gente que quiso y fueron capaces de llevar; en el primero iba el general con su señora y algunas otras gentes de distinción; en el segundo algunos dependientes de dicho Canal con varias personas; fueron siguiendo los demás adornados con gallardetes y otros propios de la navegación. Concurrió en uno y otro fin mucha infinidad de gentes, con gozo y complacencia de ver que hacía Carlos III navegar barcos en el sitio y monte, que su padre perdió la batalla el año ocho, en cuya excavación se han encontrado señales de ella. D. Ramón Pignatelli por enfermo no asistió, si sólo se dejo ver sin salir del coche a las inmediaciones del segundo balsón. Zaragoza 2 de diciembre de 1786.(4)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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         3º Texto:

 

 

 

                        “ Excmo. Sr

 

Señor:

 

            D. Ramón Pignatelli se halla agravado de una indisposición que se le manifestó con fatiga, al subir la escalera. Habrá como dos meses que le sangraron 4 veces, y aunque al parecer tuvo alivio le quedó alguna tos, que aumentada con no poder dormir, ha traido a término de que fue preciso administrarle el Santo Viático el jueves último y esta mañana la Santa Unción. Continuando con la gravedad en concepto de ninguna esperanza de alivio, guardando aquella fortaleza de espíritu que le ha caracterizado toda su vida y con la propia fortaleza atiende a su último fin, de modo que podrá decirse que su mayor heroicidad ha sido la de su muerte. Toda esta ciudad siente perderle, yo con más motivo, pues, le merecía particula estimación, y con su resignación y cristiandad nos da a todos ejemplos de virtud.

                       

                        Dios guarde muchos años. Zaragoza a 5 de marzo de 1793.”(5)

 

            NOTAS:

 

 

1.      PÉREZ SARRIÓN, Guillermo. (1984). Agua, Agricultura y Sociedad en el siglo XVIII. El Canal Imperial de Aragón. 1766-1808. Zaragoza. Institución Fernando el Católico.

2.      SOLANO, Fernando , y ARMILLAS, José Antonio. (1976). Historia de Zaragoza. Tomo II, Edad Moderna. Zaragoza. Excmo. Ayuntamiento de Zaragoza.

3.      Archivo Histórico Provincial de Zaragoza. Casa Ducal de Híjar. Sala III. Leg. 32.

4.      A.H.P.Z. C.D.H. Sala III. Leg. 32.

5.      A.H.P.Z. C.D.H. Sala II. Leg. 76.

 

 

 

Cándido Marquesán Millán.

Profesor de Historia de Secundaria. I.E.S. “Bajo Aragón” de Alcañiz

 

           

 

 

 

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