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Las elecciones alemanas

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Los resultados producidos el pasado domingo en las elecciones legislativas en Alemania entraban dentro de lo previsible, incluida la baja  participación con un nivel históricamente bajo: el 70,8 % contra el 77,7 % hace cuatro años, explicable por una campaña totalmente anodina, en la que los dos principales contrincantes ni siquiera hicieron un auténtico debate. Ángela Merkel,  al frente del  partido conservador CDU/CSU ha ganado los comicios con un 33,8 %, casi sin despeinarse, aunque perdiendo 2 puntos en relación a las elecciones anteriores, su resultado  más malo desde el 1949. El gran batacazo lo ha sufrido el Partido Socialdemócrata SPD que se hunde con un 23% de sufragios, cuando hace cuatro años había llegado al 34,2 % y retrocede en más de 10 puntos. Durante la campaña no llegó a presentarse como un rival verdadero de los conservadores con los cuales había gobernado. Los principales beneficiarios de esta sangría han sido: el  Partido Liberal Demócrata  FDP con un 14,7% de los votos, que ganan alrededor de cinco puntos de apoyo respecto a 2005, y La Izquierda con un 12 % (con cuatro puntos más). También suben los Verdes al alcanzar un 10.7%, aunque de manera más discreta: dos puntos más que hace cuatro años.

 El gobierno de SPD y CDU/CSU, de Merkel  y Steinmeier, en los últimos cuatro años no lo ha hecho mal, merced a la política de consenso entre los dos grandes partidos y a la continuación de las políticas emprendidas anteriormente por los gobiernos de coalición entre verdes y socialdemócratas, Alemania ha podido por ello abordar mejor la crisis, mas lo incuestionable es que el gran perjudicado ha sido el SPD. Steinmeier, líder del SPD y ministro de Exteriores en los últimos cuatro años, fue el primero en comparecer en la sede de su partido para conceder la victoria a Merkel y los liberales. Ha calificado a los que serían los peores resultados del SPD desde la Segunda Guerra Mundial como "derrota amarga" y ha anunciado que su formación llevará a cabo una "oposición dura". El desastre de los socialistas se debe, a que el SPD está sufriendo una  profunda enfermedad, iniciada aproximadamente hace 6 años, cuando el partido, siguiendo una orientación neoliberal, inició el desmonte del Estado social, algo que para los socialistas debería haber sido intocable, si querían mantener a su electorado. En 2003, el SPD abrazó la llamada "Agenda 2010", y realizó todo aquello que la derecha germana nunca se hubiera atrevido a realizar: recorte del subsidio de desempleo, retrasar la edad de jubilación, subcontratación de los seguros de enfermedad, disminución de subsidios, incremento de los horarios comerciales. En 2003 el partido que inventó el estado social acometió su recorte. Acogida entre el general aplauso, --Merkel en su toma de posesión de la Cancillería en 2005 agradeció a Schroeder que pusiera en marcha la Agenda 2010, el programa de reformas, como "un hito para el país"--.  como una operación quirúrgica dolorosa pero necesaria, mas tuvo un efecto económico menor. Los expertos estiman hoy que contribuyó solo en un 0,2% del crecimiento del PIB. Políticamente, sin embargo, las consecuencias fueron muy duras. La última etapa del recorte se llama Hartz IV, afecta al recorte del seguro de paro y lleva el nombre de Peter Hartz, el jefe de personal de Volkswagen.

La Agenda 2010 y el "Hartz IV" han hecho mucho daño al SPD, ya que ha quedado en buena parte desarmado en cuanto a su identidad social, por lo que  a su alrededor han crecido otras opciones políticas. El Partido de la Izquierda, no hay peor astilla que la del mismo palo, pero también los Verdes, que ofrecen una modalidad liberal de izquierdas, más enérgica en lo medioambiental.

 Por todo lo cual los resultados entraban dentro de lo previsible. Y esto lo sabía perfectamente, el candidato socialista Steinmer, ya que la frase más significativa en uno de sus últimos discursos dirigida a los sindicatos, al mundo del trabajo, la gran cantera tradicional del partido era; "no miréis hacia el pasado", lo que suponía el reconocimiento de que algo no se había hecho bien. Por lo que parece una parte importante de sus votantes han hecho caso omiso de esas palabras, y sí que han mirado al pasado. Supongo que los dirigentes del SPD aprenderán la lección. Como también otras fuerzas europeas socialdemócratas.

Por ende, Merkel va a poder gobernar en coalición con los liberales, ya que así alcanza una mayoría suficiente. Todo da que pensar en que se producirá un viraje claro hacia la derecha. También podría hacerlo en coalición con el SPD, pero ahora este aliado después que le ha hecho el trabajo sucio ya no le sirve.

 

Cándido Marquesán Millán

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