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Lucha por la dignidad en Bolivia

                                  

  

Todo lo que está ocurriendo en estas últimas fechas en la Bolivia de Evo Morales es muy interesante. Sobre él, que no ha renegado, ni encubierto su humilde origen de la etnia “aymará”, y que ha llevado su exotismo a las Cumbres de gobernantes con toda naturalidad, se ha escrito mucho y casi siempre mal. Obtuvo en las urnas un apoyo del 53,7 % del electorado y, desde entonces, el país andino vive una ilusionante transición política. Su programa electoral es el refundar Bolivia con criterios de soberanía nacional, desarrollo solidario y justicia social. Su proyecto de una Nueva Bolivia tiene varios ejes básicos: la elaboración de una nueva Constitución mediante una Asamblea Constituyente, el control de los recursos naturales bolivianos en manos de empresas extranjeras, la puesta en marcha de una profunda reforma agraria, acabar con el secesionismo y el monopolio del poder político de la oligarquía conservadora que siempre ha dominado el país, así como una política exterior opuesta al  imperialismo de los EE.UU.

De momento, sólo aparece en los medios de comunicación lo relacionado con los intereses de las multinacionales ante el estrago que veían venir como consecuencia de las nacionalizaciones y ocupaciones de hidrocarburos con las que se inició la nueva Presidencia de la República. O que la Constitución se haya aprobado sin cumplir el trámite reglamentario de los 2/3 tercios, por la oposición frontal de determinados prefectos y del grupo Podemos. La miseria y pobreza en la que ha estado sumida una parte importante de su población, sobre todo, la indígena, nunca ha sido noticia. Como tampoco, que por primera vez, un dirigente político se ha mostrado sensible ante ella.

 

El gobierno de Evo ha considerado como una de sus preocupaciones básicas, la de elevar el nivel cultural de sus pobladores. Se ha instaurado el Bono Juancito Pinto- nombre del niño de 12 años de edad que murió en la guerra del Pacífico contra Chile- - para evitar el absentismo escolar y que beneficia a los escolares dándoles 200 bolivianos, para que compren útiles escolares y puedan invertirlo en su educación. El dinero sale de un mes de los recursos hidrocarburíferos y sin duda ayudará a los sectores sociales más deprimidos del país para los cuales esta suma de dinero es importantísima. Se beneficiarán 1.411.091 niños y niñas de 13.070 escuelas niños/as de 1º. a 6º. de primaria. Con relación al año 2006, el pago del Bono se amplió a 6º de primaria este 2007, es decir a 211.713 niños más. Por tanto, para la gestión 2007 el total de beneficiarios es 325.731 más que el 2006, lo que representa un 30% de incremento. En ese sentido, el presupuesto subió de 217.072.000 bolivianos a. 293.977.292. Evo acaba de anunciar que el pago del Bono, se ampliará de sexto a octavo de primaria el año 2008.

 

Como parte importante de su política de Estado, el gobierno de Evo puso en marcha un Plan Nacional de Alfabetización, que lleva el nombre de dos mártires indígenas: Leandro Nina Quispe y Apiawuaki Tupa. El objetivo es de  que “La educación convierta a esas mayorías excluidas en ciudadanos, con todos los derechos que esto implica”. El programa esta basado en el sistema de alfabetización cubano “Yo si puedo”, que fue aplicado en más de 20 países y que logró alfabetizar a 2,5 millones de personas en todo el planeta. Hasta el 30 de noviembre de 2007, han sido alfabetizadas 402.247 personas iletradas, 190.981 se encuentran en clases, en todo el territorio nacional, haciendo un total de 593.228 participantes, desde que la campaña masiva empezó en marzo de 2006. Se activaron 22.940 puntos de alfabetización de los 30.000 previstos, con instalación de electricidad o paneles solares, creando unos ambientes adecuados, y que se han complementado con equipos audiovisuales y personal capacitado. En esta tarea tienen una implicación muy fuerte las Brigadas universitarias de solidaridad y compromiso social. Un profesor sostuvo que “algunos alcaldes, prefectos, no apoyan el programa por problemas políticos, por no estar del lado del gobierno”.  

 

También se ha aprobado la Renta Dignidad, un beneficio universal y vitalicio que entra en vigencia a partir de enero de 2008 y que establece el pago de 2.400 bolivianos anuales a todos los mayores de 60 años que no reciban una renta mensual y 1.800 bolivianos a aquellos que sí tengan un ingreso. Beneficiará a 676.000 mayores de 60 años. Demandará un gasto de 215 millones de dólares anuales. El Presidente quiso que la ganancia de los hidrocarburos rescatados de las petroleras y nacionalizados por el Congreso, en el ingreso impositivo que se denomina IDH, según dispone la Ley 3058 de Hidrocarburos y que debe beneficiar la salud, la educación y los proyectos de desarrollo, se constituya en la fuente principal de financiamiento.

Sobre la justicia social de estas medidas políticas, no cabe discusión alguna. Pero es que además, el Gobierno de Evo ha querido que todos estos derechos queden recogidos en una Constitución, en cuyo articulado se dice, entre otras cosas, que el Estado asume y promueve como principios éticos-morales de la sociedad plural de acuerdo con la cultura indígena: “no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón”, “vivir bien”, “vida armoniosa”, “vida buena”, “tierra sin mal” y “camino o vida noble”; así como también que Bolivia se declara un estado pacifista y que promueve la cultura de la paz, y en el que se reconoce a todos el derecho al agua potable, el alcantarillado, la electricidad, la alimentación, la educación, la sanidad y a una vivienda digna….

Por lo que se ve, todo esto no es noticia.

 Cándido Marquesán Millán

1 comentario

Ángel -

Tienes razón, estas cosas siempre pasan desapercibidas, no son noticia, lo que importan son los hidrocarburos