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Y sigue la conjuración

                                   

 

Una vez que el  juez Gómez Bermúdez  dio a conocer la sentencia del 11-M, se ha producido una auténtica avalancha de artículos de opinión en los diferentes medios de comunicación. Tampoco ha venido a decir nada nuevo la sentencia, que no estuviera dentro de lo previsible. Que en esta masacre no tuvo nada que ver el terrorismo de ETA, y sí la autoría islamista. Por ende, la teoría de la conspiración se ha venido abajo con contundencia. Cada una de las fuerzas políticas ha hecho su propia valoración. Por parte del Gobierno se ha dicho que de Eta nada de nada, y que el partido de la oposición. debería reconocerlo. El partido popular, por voz de su presidente, Mariano Rajoy aceptó la sentencia, aunque dejó abierta la posibilidad de seguir investigando, ya que los autores intelectuales no han sido hallados y por ello no han podido ser condenados. Este apartado de la autoría intelectual, no deja de ser cuestionable. A la hora de inculpar a un terrorista, nadie se pregunta por la autoría intelectual, ya que él es plenamente consciente de lo que está haciendo. El jurista Martínez-Fresneda lo ha señalado muy claro: “Todo reo condenado como autor material de un delito es a la vez su autor intelectual. Si no, sería absuelto por haber actuado con ignorancia o privado de razón. Cuando se habla por separado de los autores intelectuales, se hace una referencia vulgar a quienes, por defecto, intervienen en un hecho delictivo sin ser sus ejecutores materiales”.

            No obstante, el tema de la “autoría intelectual”; al periodista “paradigma” del periodismo de investigación; y al locutor de la verdad revelada, les ha servido como pretexto para seguir manteniendo su teoría de la conspiración. A ellos se la trae floja.. Siguen en sus trece. De lo que se trata es de llegar a las próximas elecciones generales embrollando todo, aunque la realidad sea tan clara como el agua cristalina. No obstante, era previsible este comportamiento en personajes de tal prepotencia, que no tienen inconveniente alguno en cuestionar todo el aparato institucional del Estado: jueces, fiscales, policía, Guardia Civil o Parlamento. Por ello sería una utopía pensar en que puedan pedir disculpas algún día. Antes se les tragaría la tierra. Todo  lo que han dicho y escrito, durante estos tres años y medio, estos ínclitos “periodistas” sobre los acontecimientos del 11-M,  podría recogerse en una enciclopedia del disparate y de la paranoia. Un día era el tema de la “mochila de Vallecas”, “la Renault Kangoo”, “la caravana de la muerte”; otro día era el “caso del ácido bórico” o “el culebrón de los explosivos”….. Al día después era la mujer, la cuñada o la suegra de Trashorras, que pasaba por allí. Al día posterior era la abuela o la cuñada de uno de los reos. Aquellos que hemos tenido la paciencia de seguir sus andanzas, perdíamos nuestra capacidad de sorpresa. Y pienso que la cosa no ha acabado, tiempo al tiempo. La autoría intelectual les va a servir de pretexto y excusa para darnos la tabarra en los meses próximos.  Hoy mismo en Libertad digital, se nos dice que: El Tribunal afirma que las bolsas de la Kangoo y de Vallecas son iguales, en contra de los informes periciales.

  Como  estos “periodistas” han marcado la agenda política a los Rajoy, Acebes o Zaplana, éstos han tenido que subirse también al carro de la mentira. Angel Acebes indicó a las 13,30 del 11-M que eran “miserables” los que dudasen de la autoría de Eta. El 13 de septiembre de 2006 Eduardo Zaplana llevó al Congreso la teoría de la conspiración. Lo más grave es que todavía hoy siguen hundidos en el lodazal de su propia mentira. Han arriesgado tanto en ella que no pueden prescindir de ella. No pueden dar marcha atrás. Saben perfectamente que son políticos sin futuro alguno, y por ello se lo juegan todo a una carta. Por ende,  acogieron con sorpresa y enfado el artículo publicado recientemente por la diputada popular en el Parlament, Montserrat Nebrera en El Periódico de Cataluña, dirigido Mariano Rajoy a cuenta de la sentencia del 11-M en el que le recomendó "soltar lastre" y cerrar "la puerta" que une al partido "con el pasado". La misiva estaba acompañada por un artículo del diputado en el Congreso Jesús López Medel, que pedía que el fallo judicial sirviera para cerrar toda controversia sobre los atentados. Como no podía ser de otra manera ambos parlamentarios han sido reprendidos y cabe pensar que su futuro político no será muy halagüeño. Además como todos ellos parecen clónicos, en cuanto a prepotencia, engreimiento y chulería es impensable que puedan algún día pedir disculpas. No hacen otra cosa que seguir el ejemplo del Sr. Aznar, que todavía no ha emitido una palabra de contrición por hacernos entrar en la Guerra de Irak. En la presentación de un libro en Pozuelo de Alarcón, nos obsequió con unas manifestaciones que no tienen desperdicio y que demuestran su catadura moral: Que él no sabía en aquel entonces que no había armas de destrucción, como tampoco otros muchos, y que no era tan listo para saberlo. Con motivo de la visita de Benedicto XVI, nos dijo que  no le habían pedido todavía disculpas los árabes por haber invadido España en el 711, y haberla dominado durante ocho siglos. Resultan grotescas e indignas de alguien que ha sido presidente de un gobierno democrático. Quiero acabar con unas palabras de uno de los políticos de más calado de la Historia de España, el Conde de Romanones: Hay hombres que mienten a todos y también se mienten a sí mismos. Éstos llegan a estar convencidos de que la mentira forjada  por ellos es la verdad, y  la defienden con mayor empeño que la verdad misma. Por eso son los más peligrosos en la política. 

Cándido Marquesán Millán

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