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Radiografía de la sociedad española

 

                      

 

            Acaba de presentarse  el Estudio de la Fundación BBVA sobre Actitudes Sociales de los Españoles. Es muy interesante ya que viene a ser un retrato sociológico, tal como nos vemos a nosotros mismos.  Da la sensación de mostrar una España en transición, ya que los valores tradicionales los defienden las personas de más edad y menos estudios, mientras que los jóvenes y las personas con más estudios se muestran más tolerantes y relativistas.

Está dividido en tres grandes apartados. El primero trata sobre Valores y Creencias, y tiene tres ejes principales: Principios éticos y religiosidad, normas sociales y visión de la familia.

 La mayoría (74,1%) se define católica, frente a los que no tienen ninguna (23,4%). La pertenencia religiosa es mayor entre las mujeres, las personas mayores y aquellos que sólo tienen estudios primarios. Entre los católicos, la mayoría cree en Dios, aunque se da un cierto margen para la duda. Entre los no adscritos a una religión, aunque la mayoría no cree en Dios o tiene dudas, hay un espacio para las creencias religiosas o espirituales. El sentimiento religioso se da en un nivel medio entre la población y se da más en el segmento que predomina la definición como católicos. En consonancia con ese sentimiento medio de religiosidad, el peso de las ceremonias y prácticas centrales en la religión católica, como la misa y la oración, es muy limitado. Sin embargo, la Iglesia sigue estando presente en ceremonias características del ciclo vital de las personas (bautizos, bodas y funerales), incluso en aquellos que no son religiosos. Un 43% considera que no es necesaria la religión para tener valores y actuar éticamente; frente a un 35% que piensan lo contrario. Un 42% considera que las personas con creencias religiosas hacen que las sociedades sean mejores, frente a un 35% que piensan lo contrario. Los no adscritos a una religión rechazan claramente la asociación ética-religión.

El abandono de animales, conducir ebrios generan un rechazo casi universal, mientras que la marihuana, prostitución y el empleo de los inmigrantes ilegales encuentran franjas de aceptación social. El consumo del alcohol en espacios públicos y de drogas como la marihuana son rechazados en la población de más edad y con sólo estudios primarios; y la aceptación en un significado porcentaje en población más joven y con estudios superiores.

Además del matrimonio, se admiten otras posibilidades de vida en común. 8 de cada 10 piensan que vivir en pareja sin casarse es aceptable; 6 de cada 10 aceptan el matrimonio entre personas del mismo sexo. El divorcio es una práctica ampliamente aceptada. El 44% acepta la adopción en parejas homosexuales, y un 42% la rechaza. La aceptación del matrimonio del mismo sexo predomina entre los jóvenes, los de estudios superiores, los no adscritos a religión, y de izquierda o centro-izquierda. Lo rechazan los mayores de 55 años, sólo con estudios  primarios, y de derecha y centro-derecha. El matrimonio se mantiene como institución, aunque es compatible con una alta aceptación del divorcio. Para ser feliz no se considera necesario estar casado o tener pareja. La maternidad/paternidad no es vista como condición para la realización personal.

El trabajo es un importante elemento de realización personal,  y también el disponer de tiempo libre. Factores claves para el empleo son el nivel de ingresos y la estabilidad. La conciliación familiar y laboral es importante. Las oportunidades de desarrollo profesional y la creatividad ganan  peso entre quienes tienen estudios superiores y los adultos de 35 a  44 años le dan importancia la conciliación de la vida laboral y familiar.

El segundo es Espacio público y los ejes son: interés por la política, visión del Estado, de la democracia, de los 3 poderes, confianza institucional y participación ciudadana.

Los temas informativos que menos les interesan son los de política. El 22,5% se declaran de izquierda; 15,7% de centro-izquierda; 18% de centro; 7,8% de centro-derecha; 6,7% de derechas; y 29,4% no saben/ no contestan. El Estado del Bienestar es un modelo ampliamente aceptado, con poco peso la orientación ideológica. Un porcentaje del 71,1% es partidario de que el Estado asegure el bienestar de todos los ciudadanos, frente a 23,5% que es garantía de cada persona. Se asume plenamente el rol como contribuyentes en 77,7% para garantizar unos servicios públicos. El 85% cree que las desigualdades se deben ir reduciendo.

La democracia funciona bien para un 65,7%; neutro para el 16,5%; y mal para el 13%. La valoran mejor el segmento de población de 25 a 54 años. En cuanto a los poderes del Estado alcanzan una nota media. La confianza en las instituciones públicas y organizaciones privadas se mueve en un nivel medio-alto. Las más valoradas con 6,9 sobre 10, son la universidad y el C.S.I.C.; las que menos con un 4,4 las multinacionales y la iglesia católica. Las profesiones más consideradas son los médicos, científicos, ecologistas..; las que menos funcionarios, religiosos y políticos. Se consideran distanciados de los partidos políticos, porque la agenda política esta distanciada de la ciudadanía y hay poco estímulo a la participación, aunque se reconoce pasividad en la participación política.

 

En el tercero Valoración del contexto: España y el mundo, los ejes son: valoración general: situación personal, nacional e internacional; problemáticas y prioridades nacionales.

Altamente satisfechos y relativamente optimistas respecto a la vida personal. Siendo superior entre jóvenes, individuos con estudios superiores y simpatizantes de izquierda y centro-izquierda. Y sobre todo están satisfechos por la situación familiar, amistades, vida en general, salud, situación laboral e ingresos en el hogar.

Más moderados y continuistas en lo que respecta a España. Valoración más positiva en los hombres, individuos con estudios superiores y simpatizantes de izquierda y centro-izquierda.  El terrorismo y, a distancia, paro, inmigración y vivienda sobresalen; luego, política, inseguridad y precios. Consideran que el Gobierno debería atender por orden de prioridad: terrorismo, vivienda, control inmigración, creación de empleo… El terrorismo e inmigración es prioritario para mayores de 65 años, individuos de estudios primarios, y  de derecha y centro-derecha. El acceso a la vivienda es prioritario para los más jóvenes. La inmigración es percibida más como fenómeno positivo que negativo.

Críticos en la percepción de la situación del mundo.

  

Cándido Marquesán Millán

 

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