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¿QUÉ ESTÁ  PASANDO EN OAXACA? 

             Siento especial predilección por Méjico, justificada  por varias razones, entre ellas, la cariñosa acogida que nos dispensó a muchos españoles al finalizar nuestra Guerra Civil. Dotado de todo tipo de recursos por la Madre Naturaleza. Tiene todo para estar entre los países desarrollados, o, cuando menos, en el grupo de desarrollo medio. Y sin embargo no es así: terribles desigualdades, corrupción generalizada, déficit de infraestructuras, carencias educativas, etc. Y eso que ya hicieron su Revolución, aunque de poco les sirvió  Y  los acontecimientos actuales no indican que las cosas vayan a cambiar.  

            El reciente proceso electoral fue una especie de sainete. Nada más conocerse los resultados, se presentó como vencedor a Felipe Calderón del PAN por un estrecho margen de 200.000 votos. A renglón seguido, Andrés Manuel López Obrador, del PRD manifestó que se había producido fraude. En  breve el primero recibirá de Fox las riendas de Méjico, aunque el segundo no ha dicho su última palabra.

            El 22 de mayo se planteó en el Estado de Oaxaca, con enormes riquezas turísticas, llámese arte, comida, playa o pirámides y patria de Benito Juárez, al que se atribuye la frase: Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la PAZ,  un conflicto de los maestros dirigido por la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza, solicitando reclasificación de plazas y aumento de sueldos. Este hecho no es novedoso. Lo tradicional ha sido que los Gobiernos les concedan un ínfima parte de sus peticiones, por lo que al año siguiente, en torno al 15 de mayo (día del maestro) vuelven a la carga, haciendo plantones, rodeando el Palacio de Gobierno de Oaxaca, logrando paupérrimos triunfos; el paro duraba pocos días, pero ahora ya son varios meses.

            Los maestros se manifestaron pacíficamente e hicieron un plantón en el Zócalo (Plaza de Oaxaca), de donde el 14 de junio, cientos de policías intentaron desalojarles de manera contundente, a lo que respondieron los maestros con piedras y palos. El gobernador del Estado, Ulises Ruiz, del PRI, al que se atribuye la frase: Campaña (electoral) que no deja (dinero) para (adquirir) un rancho, no es campaña, prefirió el uso de la fuerza al diálogo, lo que supuso la radicalización de los maestros, exigiendo su la dimisión. Entre el 17 y 21 de junio se constituyó la APPO (Asociación Popular de los Pueblos de Oaxaca), conjunto de diferentes movimientos sociales, que ha llevado a cabo estos meses marchas multitudinarias, ha ocupado edificios de gobierno, vehículos oficiales, estaciones de radio y carreteras. Actualmente está celebrando un Congreso para institucionalizarse con sus propios estatutos, que para empezar a negociar exige la dimisión de Ulises Ruiz, al que acusa de fraude de malversación de fondos para apoyar a Roberto Madrazo en las últimas elecciones.

            Ante la radicalización de los acontecimientos desde el Legislativo Federal se le instó a Ulises a que dimitiese. Vano Intento. Por ende, llegó a Oaxaca la Policía Federal Preventiva (PFP) el 29 de octubre con material antidisturbios, actuando de una manera expeditiva para desalojar a maestros y miembros del APPO del centro histórico de la capital y la plaza del Zócalo, violando, incluso, la impunidad de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca. Van ya 17 muertos, 334 detenidos y decenas de desaparecidos. También han irrumpido grupos paramilitares, vinculados a Ulises Ruiz. El incendio va a más, ya que se extiende a los Estados vecinos. En Michoacán por solidaridad hay una huelga de maestros. Desde Chiapas hay una marcha hacia Oaxaca de los indígenas tzotziles, portando 5 toneladas de alimentos a la APPO.

La situación política mejicana es enrevesada. Aquí en Oaxaca hay muchos culpables. Uno, el primero, FOX, “El hombre de las botas”, que utilizó el problema de Oaxaca, lo azuzó con fines politiqueros; tuvo mucho que ver en las solicitudes de los maestros, no proveyéndoles de recursos para los aumentos de salarios. La  prestación del servicio educativo se otorgó a los Estados, sin embargo, no se les facilitó el presupuesto, que lo sigue controlando la Secretaría de Educación Pública, quien concede el dinero según el pelaje de los gobernadores. Oaxaca, con gobernador del PRI, se ha visto privado de él. También ha tenido mucho que ver Elba Esther Gordillo, que ni siquiera es maestra, “propietaria” de un sindicato del gremio más fuerte de América Latina, en alto grado de putrefacción el SNTE, que cambió sus estatutos para ser su Presidenta, algo inusitado en un sindicato; aliada de Fox, saturada de dinero  y poder; el primero, producto de cientos de miles de millones de pesos de las cuotas de los afiliados, a los que obliga a sindicarse; el poder, le viene de sus arreglos con gobernantes corruptos, a los que amenaza con huelgas o paros en la enseñanza. Azuzó en Oaxaca a través de la Sección 22 del SNTE, que sin serle totalmente afín, si está de acuerdo en tirar a Ulises Ruiz, lo que beneficiaba a Elba, quien de repente se volvió enemiga de Madrazo. Tampoco está libre de culpa el líder de la Sección 22 del SNTE, Enrique Rueda Pacheco, vinculado con el PRD de López Obrador, al que le interesa la explosión social.

El problema parece insoluble, a pesar de que los maestros se van a incorporar a las clases y que Ulises Ruiz haya presentado un plan basado en 6 puntos: reconciliación, rediseño de estructuras de Gobierno, reforma del Estado, reactivación económica, seguridad y avance en el cumplimiento de los acuerdos con la Sección 22 de  Magisterio.

Si como acabamos de ver, es la clase política la que ha metido a la sociedad de Oaxaca en este auténtico cenagal. Ella tendrá que buscar algún atajo. Por ende, hará falta que los Calderón, López Obrador, Madrazo o Fox se esmeren, para sacar a ese su pueblo de este túnel, para lo que se requerirá, como acaba de escribir recientemente su egregio paisano, el escritor Carlos Fuentes, mucha inteligencia, intuición e imaginación. Hasta ahora lo que están mostrando es mucha ignorancia, idiotez y mala fe. Méjico se merece algo mejor.

   

CÁNDIDO MARQUESÁN MILLÁN

             

 

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