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Cuando hablamos de patrimonio cultural aragonés expoliado o exiliado los aragoneses solemos mirar hacia el este, pero también hay que mirar al oeste…”

Santo Domingo de Silos (Bartolomé Bermejo) 22 ago 1982 Tabla central del Retablo de Santo Domingo de Silos de la parroquia de Daroca, Zaragoza, que representa al santo abad benedictino vestido de obispo. El personaje aparece sentado en un trono gótico decorado con estatuas policromadas de las siete virtudes, las teologales: Fe, Esperanza y Caridad y las cardinales: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza. Destaca especialmente el extremo realismo del rostro de Santo Domingo y la fuerza de su mirada, características propias del arte flamenco que, en este caso, no son verídicas sino ideales, ya que fue en el siglo XI cuando el monje Domingo fundó, cerca de Burgos, el Monasterio de Silos, donde vivió. Este realismo contrasta con el abundante uso del oro que, como se había especificado en el contrato, no aparece embutido, como es habitual en Aragón. Cuadro comentado por Gonzalo Borrás.

 

En estos meses pasados el relato en Aragón ha sido diseñado por la clase política y con plena connivencia de los medios de comunicación. Ha sido un relato monocorde e unidireccional: los bienes de Sijena. Y la población aragonesa lo ha asumido con auténtico frenesí. Ella sabrá sus motivos.  Ha servido para tapar muchas de nuestras carencias.  No quiero pensar que tal relato se deba a razones electoralistas. De tanto mirar hacia allí los aragoneses, algunos se han visto aquejados  con una enfermedad, un tanto contagiosa: tortícolis.  Pero ha merecido la pena. Si  ya están aquí parte de  los bienes de Sijena, los grandes problemas de Aragón ya están resueltos. Por lo que parece, las visitas de los aragoneses, a Sijena van a ser muy numerosas y masivas, por supuesto pagando y cuando nos dejen las monjas. Si con ello los aragoneses nos sentimos interesados por el arte, debemos sentirnos todos plenamente satisfechos.

En un aviso a navegantes despistados y malintencionados, que no faltan en esta Tierra Noble, soy partidario del retorno de todo el patrimonio aragonés en el exilio o expoliado, sin importarme su procedencia. Sea el Norte, el Sur, el Este o el Oeste. Además, porque así lo establece nuestro Estatuto de Autonomía en su Artículo 22. Patrimonio cultural.

  1. Los poderes públicos aragoneses promoverán la conservación, conocimiento y difusión del patrimonio cultural, histórico y artístico de Aragón, su recuperación y enriquecimiento.
  2. En particular, los poderes públicos aragoneses desarrollarán las actuaciones necesarias para hacer realidad el regreso a Aragón de todos los bienes integrantes de su patrimonio cultural, histórico y artístico que se encuentran fuera de su territorio.

Por ello, manos a la obra por parte de los poderes públicos aragoneses, sean autonómicos, provinciales, comarcales o municipales. Sería de agradecer que mostrasen a la hora de recuperar nuestro patrimonio ausente, el mismo interés y diligencia  mostrados con el retorno de los bienes de Sijena. Al respecto me parece muy pertinente recordar las palabras que en el 2013 y en la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados del diputado de CHA, Chesús Yuste, con el objetivo del mantenimiento de los arcos mixtilíneos, un rosetón, varios capiteles y algunos frisos de la Aljafería, que habían sido cedidos por el Museo Arqueológico Nacional (MAN) con motivo de la Expo, y que de momento no han sido devueltos. Ahí van: “Cuando hablamos de patrimonio cultural aragonés expoliado o exiliado los aragoneses solemos mirar hacia el este, pero también es importante volver la vista hacia el oeste…”

El alcalde de Daroca Miguel García, perteneciente al Partido Aragonés, partido que va repartiendo carnets de aragonesismo urbi et orbi, podría emprender alguna iniciativa con el objetivo de recuperar todo el inmenso patrimonio de su localidad. Gonzalo Borrás en un artículo de Andalan.es,  titulado Patrimonio aragonés en el Museo del Prado habla de El santo Domingo de Silos, la tabla principal del retablo encargado a Bartolomé Bermejo en 1474 para la iglesia de su advocación en la ciudad de Daroca, pieza capital de la introducción del renacimiento flamenco en Aragón. La salida de Daroca, como la soberbia puerta mudéjar de la iglesia de San Pedro, con destino al recién creado Museo Arqueológico Nacional en el año 1869, se debe a la frenética actividad del pintor Paulino Savirón Esteban, que se incautó de las mismas, alegando su deficiente conservación.

Y el alcalde de Tobed, Juan Antonio Sánchez Quero del PSOE, además de presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza, lo mismo con respecto a la tabla de la Virgen de Tobed, que según el mismo Gonzalo Borrás constituye el oscuro relato de una venta eclesiástica por parte del párroco a fines del siglo XIX, con una rotunda denuncia civil desde el ayuntamiento. Es una pintura al temple, atribuida a Jaime Serra de 1375 y una obra clave de la pintura italogótica aragonesa.

Pero no solo hay que tratar de recuperar el patrimonio aragonés expoliado en gran parte, que permanece en el exilio. También hay que conservar, dar a  conocer y difundir el existente en esta tierra nuestra.  Por favor, hagan algo con todo el extraordinario patrimonio artístico de la Expo de Zaragoza  como el Pabellón de Aragón, el de España, la Torre del Agua y el Pabellón Puente… Quiero fijarme en la situación actual, lamentable e inexplicable del Pabellón de Aragón, que sigue cerrado desde el 2008, solo visitable por fuera. Ocupa una superficie de 2.500 m2 y tiene una altura de 25 metros. Se distribuye en planta sótano, planta calle o palenque, planta primera, planta segunda y terraza. La superficie expositiva con la que cuenta en el interior (sin contar la plaza-palenque) es de 2.774 metros cuadrados (+135 metros cuadrados en las oquedades de las columnas).El pabellón tiene la forma de las cestas de mimbre típicas aragonesas conseguida por paneles entrelazados de vidrio y micro-hormigón con fibra de vidrio blanco, por lo que el edificio goza de una gran cantidad de luz natural en el interior. Esta urdimbre es más opaca en la base y más transparente conforme el edificio gana altura. El interior de esa gran cesta es atravesado por nueve grandes columnas irregulares, de las que tres actúan como apoyos y núcleos de comunicación, y seis como prismas o paisajes. Pero, lo mismo podríamos decir sobre la Torre del Agua, el Pabellón de Puente y el de España…¿Qué fue del Instituto de Investigación sobre el Cambio Climático en el Pabellón de España?  Por favor hagan algo. ¡Qué espacios más idóneos para el montaje de espacios museísticos!  Deben hacerlo, porque así lo establece nuestro Estatuto de Autonomía. Sería lamentable que ocurriera lo mismo que con el Teatro Fleta. Si así fuera, la sociedad aragonesa por su pusilanimidad no estaría exenta de culpabilidad, aunque la mayor parte recaería en la falta de liderazgo político y de iniciativa del mundo empresarial de esta tierra.

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