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Irquierda versus derecha

 

 

La izquierda se muestra mucho más crítica hacia los gobernantes de su propio partido que la derecha. Lo estamos constatando en estos momentos que el Gobierno de ZP está poniendo en práctica un conjunto de medidas políticas, muy alejadas de los principios ideológicos de la socialdemocracia.

Esta circunstancia resulta impensable en los populares, tanto en su clase dirigente como en sus votantes. Cabe recordar la pasividad y la indiferencia que mostraron cuando José María Aznar decidió meternos en la guerra de Irak, con la histórica foto de las Azores, que debió pensar iba a tener tanta trascendencia como la de Churchill, Stalin y Rooseveelt en la Conferencia de Yalta. Muy pocos dirigentes populares se atrevieron a discrepar de su gran líder, que estaba en aquellos momentos en la cresta de la ola, con la única excepción de Rodrigo Rato. El comportamiento fue muy parecido entre sus militantes y votantes. La derecha siempre cierra filas y sigue votando a los suyos, pase lo que pase.

            En la izquierda hoy vemos cómo destacados dirigentes del PSOE han levantado la voz discordante contra el Gobierno de ZP. Especialmente este hecho se ha producido tras la hecatombe electoral del Partido Socialista de Cataluña(PSC), aunque también hay que tener en cuenta la proximidad de las elecciones municipales y autonómicas. También es cierto que hoy es más fácil oponerse a ZP por su política actual y porque parece una figura en clara decadencia. Me desagradaría profundamente que fueran válidas las palabras que  el Conde de Romanones, auténtico zorro político, dijo en cierta ocasión Cuando se derrumba uno desde las alturas del Poder, es difícil averiguar quiénes son los últimos en abandonar al caído; porque al caído todos le abandonan de golpe. Acontece como con las ratas cuando el barco comienza a hacer agua.”   El primer aldabonazo lo hizo Tomás Gómez el pasado junio, líder del Partido Socialista de Madrid (PSM), cuando se negó ante ZP a retirar su candidatura a la presidencia de la Comunidad de Madrid y dejar paso a toda una ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez. Prosiguió otro barón socialista, José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, cuando en el pasado octubre se atrevió a decir “Los socialistas estamos fallando estrepitosamente. Si no se cambia el rumbo, el partido va a una catástrofe electoral”. Posteriormente rectificó por presiones de la cúpula del PSOE. Ahora mismo, de nuevo, ha sido Tomás Gómez, que no ha tenido problema alguno en señalar ante el Comité Regional del PSM “Apoyamos las medidas adoptadas por el Gobierno, pero estamos muy preocupados, ya que los mercados deben ser gobernados por los Gobiernos”. “La reforma de las pensiones tiene que venir desde la izquierda no de lo que marquen los mercados. No podemos seguir a expensas de esos mercados que apuestan claramente por reducir el Estado del bienestar”. Se incorporó a esta línea crítica el lehendakari, Patxi López, al expresar con no menos contundencia "Parece que la única salida a la crisis es reducir los servicios públicos universales y reducir las pensiones, y si hacemos eso, los mercados se ponen contentos. Ellos lo han decidido: si no queréis que os ataquemos, empezad a reducir el Estado del bienestar.” Criticó la actuación de los "lobbys" que defienden "intereses especulativos" y que se han situado "por encima de los Gobiernos legítimos". Admite que la izquierda ha ido perdiendo peso en el ámbito internacional. “El que no logremos que las medidas de izquierda sean hoy las que imperen en los acuerdos entre Gobiernos, no quiere decir que tengamos que olvidarlas. Tenemos que reivindicarlas con más fuerza, permanentemente, para recabar apoyos y que los más débiles no se queden huérfanos”. Desde Izquierda Socialista también han surgido voces discrepantes, criticando todas las políticas de ajustes, destacando entre ellos, la de José Antonio Pérez Tapias, diputado del Congreso y portavoz de IS-PSOE. Igualmente el diputado socialista Antonio Gutiérrez ha mostrado en repetidas ocasiones sus críticas, sobre todo ahora por el apresuramiento que está mostrando el Gobierno para reformar las pensiones, cuando por la trascendencia y calado del tema debería hacerse con sosiego. Joaquín Leguina ha dicho también de una forma provocadora: “¿Por qué llaman reformas de las pensiones, cuando lo que quieren hacer son rebajas?”.

Los militantes y votantes del PSOE se muestran no menos críticos. No hay más que oír los comentarios de la calle y los sondeos de las encuestas, que muestran la expectativa de voto socialista en caída libre. El último cambio ministerial que generó tantas expectativas de producir un viraje en las encuestas se ha desvanecido. Por ello, de no mediar un cambio radical de la política del Gobierno, un porcentaje importante de quienes fueron sus votantes, se van a decantar por otras opciones: la abstención, el voto a otros partidos verdaderamente de izquierdas, e incluso hacia los populares. Tengo la impresión de que por mucha labia que muestre Rubalcaba, que la tiene, hay determinadas decisiones políticas, como las que estamos constatando desde mayo pasado, que son inexplicables e indigeribles de asumir para un ciudadano de izquierda, pero de izquierda de verdad, no de boquilla. Por ello, hoy entre muchos votantes socialistas predomina un sentimiento de gran desconcierto.

La cúpula dirigente del PSOE debería hacer un profundo acto de reflexión,  a no ser que ya haya asumido que se ha acabado un ciclo y también admitir con buen talante las críticas dentro de sus propias filas, ya que “cualquier idea que no pueda ser cuestionada, que no se enfrente abiertamente a sus opuestas, con el tiempo degenera”. Mientras tanto desde el PP se frotan las manos. Mariano Rajoy ha llegado a la conclusión de que lo mejor para sus intereses electorales es que ZP, ahora que sigue a rajatabla las directrices de los mercados, termine de quemarse del todo haciendo todo el trabajo sucio, para que cuando él le suceda el panorama esté suficientemente despejado. Lo que no libra a ZP de recibir los implacables ataques  un día tras otro de los Rajoy, la Cospedal, la Soraya y González Pons. Así es la política.

 

Cándido Marquesán Millán

 

 

 

 

1 comentario

tomas -

Deseo hacer algunos comentarios porque creo que hay matices (típico de un socialista).
En primer lugar, por favor, ser socialista no viene ni de un dia ni de otro. Lo llevas en el corazón desde siempre y no te lo vas a quitar ni aunque te lo laves con ácido sulfúrico. No pasa eso con la gente que vota (no que es) a la derecha.No existe por mi parte ningún desprecio hacia esas personas pero, hecha una mirada a la historia: Socialistas hubo, hay y habrá para siempre, pase lo que pase y pese a quien pese. Gentes que se digan del PP, por ejemplo (cuidado no es el único partido de la derecha en este país),practicamente desde hace 4 días. Fueron de UCD, porque los de AP, nacen con la democrácia, luego AP vive en un nido confortable pero eran 4 y unidos por los intereses particulares de la dictadura. Es cuando el PSOE de Gonzalez se empieza a descomponer cuando aparecen los votos (que no los partidarios) del PP y, a pesar de su rapidísimo crecimiento (practicamente en solo 3 años), el núcleo sigió siendo muy escaso.Se suben a las paredes a partir del 11 de marzo cuando "sienten que les han quitado un gobierno que era suyo",no se donde vives pero,yo que vivo en Barcelona he podido oir lo mismo de las gentes de Convergencia y Unió. La señora Ferrusola, esposa del señor Jordi Pujol, que asistia a la votación del señor Artur Masd en el Parlament de Catalunya tambien ha vuelto a decir lo mismo que los del PP aquel 14 de marzo: "... aplaudiremos a Mas, a pesar de haberlo pedido desde la institución que no lo hicieran, porque hemos recuperado lo que nos quitaron hace unos años...".Es decir, ellos no tienen otra cosa que les una mas que la "posesión del Poder"; nosotros, lo que nos une es el objetivo del beneficio social de todo el mundo.
No es posible comparar ambas connotaciones.Una se forja en una idea, otra en una comunidad de intereses parrticulares que en la medida en que se pueden mantener como las frutas en un mercado, se aguantan pero sino se esparcen por todo el suelo.
Hablas de abandonar el barco. No compañero, no se puede hablar así.El compañero Tomás Gómez, tenía y tiene todo el derecho del mundo porque no ha sido él quien ha roto nuestra Ley Estatutaria; ha sido el Gobierno quien ha pretendido saltarse a la torera la misma en beneficio de una candidatura impuesta. Y, aunque vivo muy lejos de Madrid (soy madrileño), se que la FSM nunca ha sido un "corralito" para los diferentes gobernantes que han pretendido imponer su personal criterio interesado. A Leguina le sigo desde hace muchos años, tengo casi su edad, y siempre ha mantenido las mismas creencias. No se si el resto de "barones", como el de castilla-La Mancha es o no es, eso lo dirá el tiempo pero ha citado usted algunos que jamás han sido, son, ni serán las ratas que abandonan ningún barco. Ya veremos quien es el que primero abandone el barco una vez que nos llegue el agua al cuello a causa del mal gobierno y de las traiciones a la causa que han cometido "nuestros dirigentes". El CFR, la Trilateral y el Club Bildelberg están ahí para recompensar y veremos que cargos reciben algunos y algunas una vez les obliguen a jubilarse.
Bueno, amigo, es un apunte, sencillo, sin pretensiones, solo matizar algo alguna idea. Gracias por dejarme participar