Blogia
dorondon

Reflexiones sobre la inmigración

 

 

Están proliferando con relativa frecuencia en esta nuestra querida España determinados comportamientos claramente xenófobos y racistas hacia la población inmigrante, y con la crisis más todavía, provenientes desde diferentes ámbitos: la política, la intelectualidad, el mundo empresarial… Sin que estemos libres de culpa los ciudadanos de a pie.

            Desde la política, tan denostada en las últimas fechas, nos acaba de sorprender un folleto xenófobo, editado por el líder del PP en la ciudad de Badalona, Xavier García Albiol, en el que se establece una relación directa  de la inseguridad con inmigración e incluye, entre otras, la fotografía de una pancarta con la frase: No queremos rumanos. El susodicho Xavier ya había dado muestras palpables en otras ocasiones de actitudes semejantes., ya que encabezó  manifestaciones contra la construcción de un oratorio musulmán y contra los pisos patera de Badalona. Impulsó  también  un DVD corto y lamentable sobre la inmigración..  En la misma línea se mostró en febrero de 2008, don Miguel Arias Cañete, Secretario Ejecutivo de Economía y Empleo del PP, con sus conocidas disertaciones sobre las tensiones generadas en nuestra sistema de salud, con las urgencias colapsadas, porque los inmigrantes habían descubierto que para hacerse una mamografía en Ecuador debían pagar el salario de 9 meses y aquí, en urgencias, se la hacen en un cuarto de hora; y con la descalificación de los camareros sudamericanos, que ya no son como  los de antes, a los que les podía pedir un cortado, una tostada con crema y una de boquerones sin vinagre, y te lo traían todo con gran eficacia. Obviamente tales actuaciones se explican por razones electoralistas, ya que  los populares piensan que pueden  arrancar  votos en determinados sectores de la sociedad española, transfiriendo exclusivamente el origen de la delincuencia a determinadas comunidades foráneas. En cuanto a los camareros maravillosos que hacen suspirar a Arias Cañete, están condenados a desaparecer por el funcionamiento del propio sistema capitalista, ya que debemos tener en cuenta de que, inmigrantes o no, y bajo la sombra del desocupación, muchas personas insertas en el subempleo decidieron vender su fuerza laboral por un trabajo que, demandando menos cualificación, implica un salario más bajo.

Desde la intelectualidad, Sánchez Dragó en su libro Y si habla mal de España… es español (2008), nos obsequia con perlas como las que siguen: Besarán los pies e impondrán la laureada de San Fernando a todo aquel que en cayuco y sin papeles arribe a nuestras playas, los instalarán en los chalés de las urbanizaciones que hayan sido abandonadas por sus amedrentados inquilinos y por último, pues de eso, en definitiva, se trata, otorgarán a los inmigrantes la plena ciudadanía y, con ella, en nombre del buenismo, el ternurismo, el igualitarismo y el sacrosanto multiculturalismo que todo lo nivela, descabeza, equipara y justifica, el derecho al voto. Así amigos, cayó Roma. Así caerán España y Enrabia.

Igualmente el afamado Arturo Pérez Reverte en  el artículo Los fascistas llevan corbata, aparecido en IX El Semanal de 18 de noviembre de 2008 califica a algunos sudamericanos que le habían insultado con los siguientes epítetos:  En ese momento pasamos junto a dos individuos con cara de indios que esperan el autobús. Inmigrantes hispanoamericanos. Uno de ellos, clavado a Evo Morales, tiene en las manos un vaso de plástico, y yo apostaría el brazo incorrupto de don Ramón Menéndez Pidal a que lo que hay dentro no es agua. …. Mis posibilidades callejeras frente a un sioux de menos de cuarenta son relativas, a no ser que yo madrugue mucho o Caballo Loco vaya muy mamado. Sin contar posibles navajas, que alguno es dado a ello.

            Según Alexander Sequén-Mónchez,  Sánchez Dragó  para emitir tales juicios ha tenido en cuenta un libro de divulgación: Rubicón. Auge y caída de la República romana (2005), de Tom Holland, del que hace una interpretación sesgada, queriéndonos advertir a los españoles de que Roma se vino abajo como consecuencia de la inmigración, enemiga de la deseable homogeneidad. Tal visión está relacionada con el concepto de colonización inversa, expresado por Chris Parry, que entronca con la idea de Samuel Huntington de reconquista. Lo que Perry y Huntington vienen a querer expresar es que hoy los conquistados y colonizados en razón de su inferioridad humana, lejos de quedarse en la historia, están de vuelta con la inmigración. Colonizados que colonizan; conquistados que conquistan. En palabras de Huntington, lo que los inmigrantes están poniendo en peligro es la  “sustancia de la cultura y el credo americanos”.  Esa nueva oleada de inmigrantes procedentes de América Latina y Asia-y también de África para los europeos- podría cancelar la superioridad de quienes conquistaron y colonizaron sirviéndose de la explotación y del exterminio en tiempos no muy lejanos.

En el mundo empresarial, cabe recordar el caso truculento de junio de 2009, del inmigrante boliviano, Frans Rilles Melgar, que perdió el brazo en la panadería que trabajaba, 12 horas diarias a cambio de 23 euros; no descansaba los sábados, ni tenía vacaciones, como tampoco estaba dado de alta en la Seguridad; su patrón lo dejó tirado y desangrándose a 200 metros del hospital, no sin antes arrojar el miembro mutilado a la basura. Y qué decir del accidente ocurrido en el 2001, en el que murieron arrollados por un tren 12 ecuatorianos en Lorca, cuando iban en una furgoneta camino al trabajo. Ambos casos, que no son más que la punta del iceberg, demuestran la crudeza y los abusos cometidos con esta clase de trabajadores foráneos.

Y también hay numerosos casos de racismo perpetrados por ciudadanos normales de la sociedad civil. El joven que pegó a una ecuatoriana en el vagón de un tren en Barcelona; agrediéndola brutalmente, dándole golpes en la cabeza, pecho, terminando con una patada en la cara; posteriormente trató de justificarse aduciendo que se le había ido la olla. El caso de 1992 de la dominicana Lucrecia Pérez. El terror racista y tumultuario que, en febrero de 2000, se desató en El Ejido, contra la emigración magrebí. O la leyenda firmada por algún grupo racista: “Adivina ¿quién es el último? Por tus derechos: casa, trabajo, educación y  sanidad. Si eres español, tú siempre primero.” El mal trato dado por un policía, vestido de paisano, a las afueras de la Maestranza de Sevilla, a una familia mejicana, donde había cuatro niños, ya que les dijo: "lárguense a su país, mugrosos, impresentables, asquerosos".. O el uso despectivo que hacemos cada vez más de los términos: indio, gitano, sudaca, moro, negro..  Como los niños acostumbran a imitar los ejemplos de sus mayores, el Observatorio de la Convivencia Escolar en 2008, nos muestra que los alumnos discriminan a los gitanos y a los negros; aunque tampoco faltaron  en la lista  los árabes y los latinoamericanos.

No deja de ser sorprendente esta visión negativa de la inmigración, sobre todo en un pueblo como el nuestro, que hemos sido emigrante a lo largo de la historia. No obstante sin que puede servir de disculpa,  tenemos en común con todas las potencias, que se denigraron conquistando territorios e imponiendo a los nativos vergonzosos regímenes coloniales, el padecer profundos ataques de amnesia histórica. No quieren recordar que el expolio, reflejado en la explotación sistemática de bienes materiales y humanos, contribuyó en buena manera a su grandeza. El parentesco entre el colonizador y el colonizado se construyó a espaldas de los deseos del último. Quedaron el idioma y la cultura, aunque también una deuda pendiente. El retorno masivo de los que fueron antes colonizados se explica por necesidades de seguridad y trabajo; su ruta inmigratoria se ve facilitada por el idioma, la religión, y determinados hábitos culturales comunes. No deberíamos desconocer tampoco  que al acabar nuestra última Guerra Civil en Méjico a los españoles nos recibieron con los brazos abiertos: y eso que llegábamos desempleados, sin dinero, sin historia, con hambre y provistos de una gran ignorancia. A muchos nos hicieron ricos y hasta supermillonarios. Asturianos, gallegos, santanderinos y demás hispanos nos hicimos dueños de grandes fortunas, amasamos tesoros, incluso, de una manera fraudulenta; de analfabetos nos convertimos en magnates, prepotentes; algunos regresamos a España y nos olvidamos de México, otros nos quedamos, mas siempre nos sentimos de sangre azul.

 Quiero terminar con unas palabras del ya comentado Alexander Sequén-Mónchez de su extraordinario libro El cálculo egoísta : Lo peor que puede ocurrir en una democracia, es que los racistas se jacten de no serlo. Sin importar las injurias de que sean capaces, basta con agilizar la retórica y golpearse el pecho para persuadirnos de que sus dicterios llevan buenas intenciones. A casi nadie interesa que inciten al odio, parapetados detrás de una dramatizada libertad de expresión.

Cándido Marquesán Millán

            .

 

1 comentario

Edgar Gamiz Escanilla -

Para empezar las palabras que cita el tal Xavier García Albiol, no tienen que ser tachadas de mentira, ya que hay un gran indice de delincuencia ( en su mayoria robos ), relacionados con inmigrantes y mas concretamente con Rumanos. También la violencia de género, es su mayoria es a causa de la violencia de inmigrantes, en su mayoria rumanos o musulmanes. Además, el prohibir la construcción de la Mezquita, lo veo mal, porque haber llegado a este punto, habria que derruir todas las mezquitas que hay en España una por una, porque por decir que no se construye una mezquita ya somos razistas, pero haber, si esta preguntas nos hace reflexionar : ¿ porque en el mundo musulman esta tajantemente prohibido construir iglesias ?
¿Quienes son los malos de la pelicula?, pues ellos, ya que vienen y ademas nos imponen su cultura, por ejemplo,se construyen mezquitas, se quitan cruzifijos de los centros de enseñanza publico, pero se admiten velos musulmanes, simbolo de represion y machismo, eso son las cosas que ami , por lo menos, me hacen pensar.
Además, pese a no haber vivido en esa época, a los Españoles, cuando emigrabamos no se nos recibía con los brazos abiertos, y si se me permite la expresion, " nos comiamos la mierda de los demás ".
Otro punto de vista, sobre el que pienso ultimamente es: ¿ en España quien va primero el Inmigrante o el Español?
Yo creo que deberia ser primero el Español, en cuestion de trabajo, en época de vacas flacas, y después el extranjero, sea marroquí, rumano , italiano o francés.
Con esto no digo que los inmigrantes son todos maltratadores y delincuentes o que los razistas son buenas personas, hay de todo, como en todos los lados, pero lo que si digo es que en España saben muy bien que pueden estirar más sus derechos, que todos los demas ciudadanos, ya que son , por lo menos en estas últimas legislaturas, amparados hagan lo que hagan, entonces a la conclusión a la que llego, es dura, pero es la siguiente, la culpa de la delincuencia de los inmigrantes, de su imposición cultural, y de su amparamiento por parte del estado, no es culpa de ellos, si no nuestra por no marcar nuesta cultura, por no poner limites a la inmigración, por no definir nuestras leyes, y aplicarlas para todos de la misma forma, no es raro, se hace en toda europa de manera mas estricta que aqui, y nadie dice nada ni tacha a suiza( por el tema de la altura de los minaretes de una mizquita ) de razistas, por que no lo son, aplican la las leyes por igual, para todos.
En España creo que no hay racismo, solo hay injusticias, favorecidas por el gobierno entre distintos grupos sociales. Solo se que veo esto cada dia, en mi pueblo, aqui se contratan en plena crisis, a inmigrantes en su mayoría, y se despiden Españoles como norma general, yo eso no lo veo bien, no es racismo, es simplemten ayudarnos entre nosotros, entre españoles y después porque no, tenderle la mano al que viene a vivir dignamente sea del pais que sea.
Probablemnte se me malinterprete y se me tache de razista, pero solo hay que comparar como somos tratados en tros paises, como en marruecos, si por ejemplo estas casado y vas con tu mujer, si no lleva velo, puede ser que se lleve una lluvia de pedradas, por ser infiel, para mi ese tipo de cultura e ideas, son injustas y no se deberia favorecer en ningun sitio, y por mi, menos en mi pais, de ahi por ejemplo mi manera de pensar sobre las mezquitas.