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Aragón bajo las bombas

 

Entre el ingente volumen de publicaciones relacionadas con la Guerra Civil, hay obras que merecen ser destacadas de forma especial. Este es el caso del libro del historiador bajoaragonés José María Maldonado titulado Aragón bajo las bombas, editado por el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón dentro de su Programa “Amarga Memoria”.

Como historiadores, nos sentimos profundamente satisfechos ante este nuevo libro de Maldonado, especialista  y profundo conocedor del tema de los bombardeos como arma bélica y psicológica empleada por vez primera con tales fines durante nuestra Guerra Civil. El autor nos ofrece un libro serio, riguroso y objetivo, producto de largos años de investigación y elaborado tras la consulta de la documentación conservada en numerosos archivos nacionales e internacionales tales como el Archivo General de la Guerra Civil Española en Salamanca, Archivo General Militar de Ávila, Archivo Histórico del Ejército del Aire de Villaviciosa de Odón, Archivo de la Fundación Anselmo Lorenzo de Madrid, el Ufficio Storico dell´ Aeronautica Militare Italiana de Roma además de los Archivos Históricos Provinciales de Zaragoza y Teruel o diversas hemerotecas de Zaragoza, Madrid y Barcelona.

Tal vez la documentación más novedosa sea la obtenida por Maldonado del citado archivo italiano, fundamental para conocer en detalle la participación de la Aviación Legionaria enviada durante la Guerra Civil por Mussolini en apoyo de las tropas rebeldes y liberticidas del general Franco. Esta fue una documentación empleada por Maldonado en su libro Alcañiz, 1938, el bombardeo olvidado (2003), una obra que tuvo gran repercusión puesto que dio a conocer una de las páginas más dramáticas y olvidadas de la guerra civil en Aragón y, por extensión, en el conjunto de España, tragedia superior en cuanto al número de víctimas (con toda probabilidad superó los 500 muertos) al mítico bombardeo de la localidad vasca de Gernika por la Legión Cóndor hitleriana. En este nuevo libro, Maldonado recupera una serie de fotografías espectaculares del cruel bombardeo realizado en la ciudad de Alcañiz aquella tarde soleada del 3 de marzo de 1938, por los 14 aviones Savoia-79 italianos, así como también las imágenes de aquellas otras localidades aragonesas objetivos del terror indiscriminado que siempre ocasiona un bombardeo, que no distingue la edad, sexo o condición de las víctimas que ocasiona.

Todo este trabajo encomiable de Maldonado lo ha tenido  que realizar compatibilizando sus tareas docentes en el IES “Bajo Aragón” de Alcañiz. Circunstancia esta última que hay que valorar en justicia, y que conviene señalar, puesto que evidencia la importante e intensa labor historiográfica  llevada a cabo en Aragón por parte del profesorado de enseñanzas no universitarias.  

Además, este libro nos permite a los aragoneses preocupados por nuestra historia, conocer en profundidad uno de los aspectos, hasta ahora prácticamente desconocidos,  de nuestra Guerra Civil, cual es la trascendencia de los bombardeos en su desarrollo y en su final y como éstos cambiaron las tácticas y los efectos de nuestra contienda, iniciada como una guerra de fusil y alpargata y convertida, tras la intervención en ella de las potencias fascistas (Alemania e Italia), en campo de pruebas para el desarrollo de una guerra moderna, en la que la aviación pasó a tener un papel fundamental, convirtiendo a su vez a toda la población civil en objetivo indiscriminado de su acción destructora..

 Los datos proporcionados por Maldonado son novedosos  y contundentes. Tal como señala el autor, durante la Guerra, los bombardeos ocurridos en Aragón fueron continuos y en aumento. En 1936 hubo 170 bombardeos, en 1937 llegaron a 839 y en 1938 sumaron 1.243,  que supone una cifra total de 2.252. De esta cantidad, el 72% (1.610), fueron realizados por los aviones rebeldes; los republicanos, por su parte, llegaron a los 642, lo que representa un 28%.  Algunos de ellos sobre las poblaciones de retaguardia, alejadas del frente, y que no tenían interés militar alguno, a no ser otro que el imponer el terror a la población civil, por lo que los califica con buen criterio auténticos asesinatos. Demuestra Maldonado gran ecuanimidad ya que describe igual los realizados por los republicanos, como por los rebeldes con sus correspondientes víctimas. Por parte de la aviación republicana cabe destacar los realizados sobre la ciudad de Zaragoza de los días  3, 6 y 13 de mayo de 1937, con 58, 3 y 13 muertos respectivamente. No elude cuestiones harto polémicas, ya que clarifica la cuestión del bombardeo sobre la basílica del Pilar del día 3 de agosto de 1936, indicando que el supuesto milagro no fue tal, ya que desde la distancia que las bombas fueron lanzadas era imposible que pudieran explotar. La ciudad de Huesca, sería bombardeada en 137 ocasiones, con unas víctimas de 83 muertos y 97 heridos. La ciudad de Teruel fue atacada por aire  85 veces, con un número de muertos recogidos en el Registro Civil de 41. Por parte de la aviación rebelde, el del 3 de noviembre de 1937 en Barbastro superó los 2 centenares de víctimas. Además del de Alcañiz, ya comentado, Híjar en los primeros días de marzo de 1938 fue masacrado a conciencia con 8 terribles bombardeos por parte de la Legión Cóndor alemana, y en uno de ellos murieron 28 hijaranos asfixiados en un refugio al ser taponada la entrada por una bomba. Alcorisa por los mismos días sufrió otros 5 bombardeos. Pueden seguirse todos los bombardeos ocurridos en Aragón a través de un CD que se adjunta al libro que estamos reseñando. El repertorio fotográfico es impresionante.

El trabajo es algo más que una descripción exhaustiva de bombardeos. Aparecen el número de aviones en cada bando, los italianos y alemanes, así como los soviéticos, con una superioridad manifiesta en el bando rebelde, lo que le lleva a afirmar al autor que la aviación franquista tuvo en aviación de bombardeo una superioridad manifiesta. Pero no sólo sirve el libro para conocer lo ya descrito, sino que también para reflexionar sobre las terribles secuelas de una guerra. La Historia debe estar impregnada de un profundo sentido ético, debe servir para conocer el presente y tratar de hacerlo mejor, y si no está guiada por estos objetivos se convierte en mera y hueca erudición. Estos valores éticos los tiene muy claro el autor y eso dice mucho a su favor. Ya en la introducción nos recuerda Maldonado el sinsentido que toda guerra supone, todavía más si se trata de una contienda fratricida, salpicada de terribles e inútiles asesinatos que sólo sirvieron para crear más odio, más venganza, mayor horror y más desconsuelo. El mismo  desgarro que produce en nuestras conciencias hoy en día el ver a las mujeres, a los niños heridos o muertos en un bombardeo en Irak, Afganistán o Palestina,  sirve para poder imaginar las dramáticas escenas ocasionadas en los numerosos bombardeos que se produjeron en los pueblos y ciudades aragonesas en aquella fatídica y cruel guerra civil.

 

 

Cándido Marquesán Millán y José Ramón Villanueva Herrero.

1 comentario

Mestizo -

Si algo hay digno de admirar en José María Maldonado es que es un buen tipo, un hombre cercano y con criterio. Y eso, en este mundo de hipocresía ya es mucho decir.
Una persona que no se le suben los galones, pese a poder darle mil pases de pecho a media Universidad. Una persona que cuenta y quiere a su tierra, que siempre está dispuesto a echar una mano a las gentes y asociaciones que se baten el cobre en el medio rural, tan difícil, como él sabe, pero tan gratificante a veces cuando cuentas con gente como él para hacer cosas dignas.

Un abrazo desde aquí y enhorabuena