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Paisaje después de la batalla electoral

   

Los resultados electorales de las recientes elecciones del 9-M me sugieren una serie de comentarios. La idea extendida por expertos politólogos de que a los españoles no les interesa la política se ha desvanecido, si tenemos en cuenta el alto porcentaje de participación, (75,32%). Esta circunstancia podría deberse a que esta campaña electoral ha sido  de las más duras y tensas de toda la reciente democracia española, por lo que la ciudadanía se ha visto empujada inexorablemente a ejercer su derecho al voto.

 

Se ha producido el triunfo indiscutible del PSOE, aunque sin alcanzar la mayoría absoluta, algo que entraba dentro de lo previsible, si tenemos en cuenta toda la legislación social aprobada en los últimos 4 años y la buena marcha de la economía. Es posible que esos aspectos positivos hayan sido contrarrestados en determinados sectores de la sociedad por su política territorial y antiterrorista. También en estos buenos resultados ha contribuido el voto útil. Parece que el miedo a la llegada del PP, ha propiciado una recepción importante de votos de Izquierda Unida y de Esquerra Republicana por parte de los candidatos socialistas. Aunque este dato habría que matizarlo. El PSOE ha incrementado sus votantes en unos 38.000. Izquierda Unida ha pasado de 1,3 millones a 963.000 votantes. Y Esquerra Republicana de 652.000 a 296.000. Por tanto, si el PSOE ha recibido numerosos votos de Izquierda Unida y Esquerra, habrá sido a costa de haber perdido votantes del 2004. Este dato parece claro.

 

El otro partido, el PP, cuyo candidato aspiraba a ocupar el Palacio de la Moncloa, ha salido derrotado. Se podrá argumentar que ha aumentado los votos, el número de diputados, mas la realidad desagradable asoma, que por segunda vez ha sido vencido por el PSOE. Es cierto que ha incrementado sus votos alrededor de 400.000, aunque sería interesante averiguar su procedencia. Entiendo que habrán sido captados en el centro político, ya que a su derecha es imposible, ya que no hay nada. Entiendo que Rajoy y todo su equipo debieran llevar a cabo una profunda reflexión sobre cómo encarar el futuro político de su partido. Un candidato derrotado en dos ocasiones seguidas, no parece un buen bagaje para unas próximas elecciones. No obstante, doctores tiene la iglesia.

 

Han salvado los muebles los partidos nacionalistas moderados como el Convergència i Unió, y el PNV. En cambio, los nacionalistas radicales han sido los grandes damnificados, como  Esquerra Republicana, que ha pasado de 8 a 3 diputados, por lo que ya han tomado determinas decisiones, al abandonar el gobierno de la Generalitat,. Joan Puigcercós, para dedicarse a las tareas estrictamente de partido.

 Estas elecciones han sido letales para Izquierda Unida. También era previsible, si tenemos en cuenta la indefinición de su programa, así como el haber sido Gaspar Llamazares el mejor portavoz del Gobierno socialista. Las decisiones no se han hecho esperar, ya que Llamazares no se presentará a las próximas elecciones. La coalición no da más de sí y necesita replantearse su futuro. De esta debacle sacará beneficio Gaspar Llamazares, que no tardará mucho para llamar a la puerta del Partido Socialista. Allí le espera López Garrido entre otros compañeros que han contribuido a dinamitar la coalición. 

La consecución de un escaño por parte de Rosa Díez, también es digno de destacar, aunque habrá que estar a la espera en cuanto a su consolidación en próximas elecciones.

 

En cuanto a los resultados en la Comunidad Autónoma de Aragón ha significado una contundente muestra del bipartidismo. La irrupción de la figura de Pizarro, pareció en un momento que podría suponer cambios importantes en la evolución del voto en nuestra Comunidad. Nada más lejos de la realidad. Ni siquiera en la provincia de Teruel, donde los socialistas han superado a los populares con creces, en relación a anteriores elecciones. El PSOE ha sido el vencedor nítido, ha aumentado sus diputados, de 7 ha pasado a 8; en votos absolutos ha crecido en unos 30.000; y en porcentaje del 41,68% al 46,25%. En cuanto al PP ha perdido votos, en una cantidad de 2.000; aunque no el porcentaje ya que ha pasado del 36,48% al 37,12%. El fracaso de los populares tiene varias explicaciones.  Rajoy ha considerado que vender el trasvase en Valencia, Murcia y Almería era rentable electoralmente, aunque supusiera perder votos en Aragón. Por ende, es probable que sus dirigentes aragoneses hayan recibido directrices de su Ejecutiva Nacional, de tragarse el sapo del trasvase, cambiando el nombre por trasferencias. ¡Qué papelón ha tenido que asumir Gustavo Alcalde! Este nuevo fracaso está suponiendo ya revueltas orgánicas en el partido, tal como acaba de manifestarse Manuel Blasco, el Presidente del PP en la provincia de Teruel, exigiendo renovación y que no se puede seguir en la misma línea.

 

Otro dato a destacar es que el Partido aragonés se ha convertido en la tercera fuerza política de la Comunidad, aumentando sus votos en 2.500, y su porcentaje ha pasado del 4,68% del 2004 al actual del 5,25%.

 

Lo ocurrido a la CHA es semejante a lo de otros partidos nacionalistas de izquierda. El declive manifestado nítidamente en las anteriores elecciones municipales y autonómicas continúa de una manera incontrolable. El voto útil, y el no encabezar la lista por Zaragoza José Antonio Labordeta, puede explicar en parte el que haya perdido 57.000 votos con respecto a las elecciones generales del 2004, pasando del 12,07% de votos a un raquítico 5%. Sus dirigentes sería conveniente que llevasen a cabo una profunda reflexión, ya que, de lo contrario, podría llegar a desaparecer del espectro político aragonés, algo que no sería deseable.

 

En cuanto a Izquierda Unida los votos y porcentajes han sido los mismos que en el 2004, por lo que el repunte que se manifestó en las autonómicas y municipales últimas se ha visto frenado, aunque es factible que el voto útil les haya perjudicado.

 

Merece la pena destacar que la UP y D, de Rosa Díez ha alcanzado una cifra de votos de  8.680.

 

En definitiva, Rodríguez Zapatero ha sido refrendado electoralmente por la ciudadanía, para que siga llevando a adelante su proyecto político. Así de clara la conclusión.

  

Cándido Marquesán Millán

     

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