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Un siglo de grandes cambios

                                  

 

Acaba de ser publicado el estudio Actividad y territorio. Un siglo de cambios, de la Fundación BBVA. La investigación -dirigida por los profesores de la Universidad de Valencia y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas- Matilde Mas y Francisco J. Goerlich-analiza los cambios producidos en España durante los últimos 100 años.

En este período de tiempo se ha producido un progresivo envejecimiento de la población, aumentando el porcentaje de la población mayor de 65 años. Este hecho es especialmente intenso en la mitad norte peninsular; las provincias más envejecidas hoy son: Zamora, Ourense, Lugo, Teruel, Soria y Ávila. Y las más jóvenes son: todas las de Andalucía, Murcia, Las Palmas, Badajoz, Albacete y Ciudad Real.

Entre los datos más espectaculares, se recoge la "drástica reducción del analfabetismo" en España durante este siglo: del 63% en 1900 al 2,4% en 2001, reducción que ha sido aún más evidente en la población femenina, cuya tasa de analfabetismo ha descendido del 71,4% al 3,4%. En la actualidad, el analfabetismo se concentra en las provincias del sur. Jaén es la provincia con un mayor porcentaje. Además se ha producido un espectacular incremento de españoles con titulación universitaria. En 1960 sólo el 1,68% tenían estudios superiores, y las mujeres el 0,14%. En los años 60, las mujeres en la universidad eran algo así como un elemento extraño. El porcentaje actual de mujeres universitarias es del 12,96% (el de hombres, 12,61%).

La población española está más formada que hace un siglo, pero también trabaja más: en 1900 la tasa de ocupación era del 40%, mientras que en 2001 se situaba en el 47%. Este avance se debe sobre todo a la incorporación de la mujer al mercado laboral: la tasa de actividad femenina ha pasado del 14,2% en 1900 al 37,2% en 2001, mientras que la masculina se ha reducido del 67% al 57%. Además, si en 1900 las mujeres suponían tan sólo el 19,1% de la población activa, en 2001 este porcentaje ha aumentado hasta el 40,4%.

El porcentaje de asalariados sobre la población ocupada también ha aumentado: si en 1960 era del 63,2%, en el año 2001 la cifra alcanzaba el 82,3%. De nuevo, el incremento en el caso de las mujeres es mayor, llegando hasta el 86,1%. Por provincias, Madrid y Cádiz las que cuentan con mayores tasas de asalarización, y Lugo la que menos.

En cuanto a la actividad económica. En 1900 el 71,4% de la población ocupada estaba en la agricultura, en el 2001 es solo el 6,4%. En cuanto a la industria se ha pasado del 13,5% en 1900 al 18,4% en el 2001, aunque hay que señalar que desde 1960 se ha producido un retroceso porcentual de 10 puntos. Ha habido un aumento espectacular del sector servicios, ya que se ha pasado del 15,1% de 1900 al 63,5% en el 2001. Aquí el trabajo femenino es mayoritario, ya que representa el 80,6% de la ocupación femenina.

Son muy interesantes los datos referentes a la movilidad geográfica. En 1900 el 91,1% residía en un municipio de la misma provincia en la que había nacido; en 2006 había caído al 69,4%. En 1900 el 0,3% de la población había nacido en el extranjero; en 2006 alcanzaba ya el 10,8%. En 1998 la población nacida en el extranjero representaba el 3% de la población residente total. Este porcentaje casi se ha cuadruplicado en 9 años, situándose en el 11,6% en el 2007. Esta población foránea se concentra sobre todo en la vertiente oriental de la península y los 2 archipiélagos. En la provincia de Alicante llega al 20%, donde hay pueblos como Teulada con el 60%. En su mayoría alemanes y británicos. Es la inmigración feliz, la de la jubilación. En el otro extremo de la vida están Marruecos, el principal país de origen de la inmigración (11,8%), seguido de Rumanía (9,8%) y Ecuador (8,2%) y Reino Unido (6,2%). La mayor parte del colectivo extranjero posee estudios de secundaria (62%), casi idéntico al de los nacionales que ha cubierto esa etapa escolar (61,5%). El porcentaje de analfabetos y personas sin estudios o con estudios primarios es mayor entre los extranjeros, mientras el porcentaje de universitarios es menor.

            Los aspectos más destacados según los autores de este siglo de cambios han sido la normalización de la mujer en la vida de la sociedad, ya que ha mejorado su nivel de cualificación, ha incrementado su peso en la población activa, contribuyendo al aumento de la tasa de actividad, y siendo su presencia dominante en el sector servicios.  Hemos pasado de un país de emigrantes a uno de acogida, mas en un período muy reciente de un década. Ha afectado a todo el territorio, pero con mayor intensidad a las zonas más desarrolladas, y así se han agudizado los desequilibrios territoriales. También ha frenado el envejecimiento; ha atendido a una demanda de trabajo insatisfecha, ha elevado la tasa de actividad y ha contribuido al cuidado de los colectivos vulnerables.

¿Qué futuro se puede esperar después de un siglo de cambios? Matilde Mas, coautora del informe, manifestó ayer sus previsiones: "La mujer todavía tiene un recorrido grande en el ámbito laboral, ya que entre ambos sexos hay una diferencia superior al 10%. En los próximos años también asistiremos al predominio de los inmigrantes entre la población joven (entorno a los 15 años de edad), y asistiremos a movimientos de la población hacia ciudades intermedias, de 10.000 a 50.000 habitantes) porque son más baratas para vivir que las grandes urbes".

A la vista de la evolución del fenómeno de la inmigración en nuestro país, los expertos ponen un nuevo aspecto sobre la mesa: "¿Debemos apostar por captar población con un elevado nivel de estudios, como están haciendo en otros países europeos (como Reino Unido), o debemos seguir con la política actual?" Con esta pregunta, Matilde Mas dejó abierta la puerta a nuevos análisis demográficos.

 

Cándido Marquesán Millán

 

 

 

 

           

 

 

 

 

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